DOMINGO 22 DE OCTUBRE DE 2000
Ť La legislación, inadecuada al modelo económico, dice
Con Fox, viable la reforma a la LFT, asegura Jorge de Regil
Ť Patrones y trabajadores, principales interesados en el cambio
Fabiola Martínez Ť La reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que persigue el sector patronal desde la década de los 80 podría avanzar el próximo año con el apoyo del gobierno de Vicente Fox.
"El nuevo gobierno representa un cambio de estilos y de hombres que deben impulsar la reforma, nosotros confiamos en ello y en que los legisladores entiendan lo que dice la realidad del país, no sus partidos", señaló Jorge de Regil, representante de las organizaciones empresariales en las comisiones tripartitas más importantes del sector laboral.
En entrevista, manifestó que los factores de la producción irán en el 2001 por una reforma "en lo sustantivo, de fondo" y, por lo pronto, en la semana que culmina, el comité del diálogo obrero-patronal por una nueva cultura laboral recomendó al comité técnico respectivo iniciar el análisis para una eventual reforma al artículo 123 constitucional y la Ley Federal del Trabajo (LFT).
De Regil ha fungido desde 1975 en diversas representaciones patronales y en la actualidad es miembro del consejo de administración de la OIT, participa en la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, en la Concamin, y es socio del despacho de abogados patronales Baker and Mckenzie.
Convencido de que la actual legislación laboral "ya no corresponde al modelo económico vigente" afirma que los integrantes de "la sociedad obrero-patronal" son los principales interesados en este cambio, por lo que "no cabe duda que hay acuerdos en torno a una primera etapa de reforma".
Lo anterior, comenta, es porque en la semana pasada los representantes de las cúpulas empresariales y del Congreso del Trabajo firmaron, con la anuencia de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, un anteproyecto de Código Procesal del Trabajo.
Este documento, que de acuerdo con la autoridad laboral fue producto del "consenso" y de más de 170 reuniones, realizadas desde 1995, será presentado en el Congreso de la Unión y al presidente electo, Vicente Fox, con el fin de reducir de 600 a 385 los artículos que se refieren a la parte procesal de la LFT.
Destaca lo relativo a las juntas de conciliación y las reglas de procedimiento en conflictos de tipo colectivo como huelgas y recuentos por la titularidad de contratos y en general en los mecanismos para "agilizar y transparentar" los trámites y la justicia laboral.
Por ello, agrega De Regil, es imprescindible que en la próxima administración continúen los trabajos del diálogo por una nueva cultura laboral. "Ya tenemos el anteproyecto de lo procesal y ahora vamos a entrarle a lo sustancial de la ley; tenemos que entrarle a todo, es decir, las condiciones generales de la ley, los sistemas de pago y contratación colectiva y los trabajos especiales. En los sectores de la producción ya hay consenso en esto", afirma.
La "imperante necesidad" de avanzar en la reforma se sustenta, de acuerdo con el entrevistado, en que existe un problema histórico, pues la LFT (vigente desde 1931) corresponde a una economía sustentada en la agricultura, "pero actualmente 70 por ciento del producto interno bruto de nuestro país se sustenta en la industria, esa es la realidad y quien niegue esto pues a ver quién le cree", expresó.
-Los dirigentes sindicales han manifestado que no permitirán ninguna reforma que lesione las conquistas del movimiento obrero, por ejemplo, en lo referente a la estabilidad en el empleo o la jornada de ocho horas, entonces Ƒcómo podrían alcanzar el consenso?
-Algunos dirigentes sindicales sí aceptan modificaciones y la prueba de ello es que ya tenemos un código procesal, eso demuestra que el sector obrero sí está dispuesto a cambiar. En el caso de la industria petroquímica está clarísimo que los instrumentos de regulación laboral están cambiando a través de la contratación colectiva. Hay sindicatos razonables, pero hay otros irracionales que sólo perjudican el empleo. Mire, en algunos liderazgos se dice que se busca el cambio pero en el fondo sus acciones no son así, es decir, hablan de democracia sindical y se religen constantemente.
-ƑA qué se refieren cuando hablan de la necesidad de flexibilizar el empleo?
-La flexibilización es encontrar las normas, esquemas y contratos para que todo mundo tenga acceso al trabajo. Por ejemplo, se ha tomado como bandera el trabajo por hora, reconocido en la LFT desde 1931, un modelo que opera en el resto del mundo, así que en México las cuestiones específicas y su tratamiento quedarían pactadas en los contratos colectivos.
-ƑPodría acercarse ese modelo al aplicado en otros países como Estados Unidos?
-No estamos copiando el modelo estadunidense, pero lo que sí queremos hacer es que empresa y trabajador encontremos la fórmula para que se pueda laborar en casa o por periodos inferiores a la jornada tradicional, con el objetivo de beneficiar a las mujeres y a los jóvenes, pero obviamente esto no le gusta al liderazgo sindical tradicional porque perderían el control sobre la gente.
-Las centrales obreras han dado un rotundo 'no' al trabajo por hora en los términos en que usted lo plantea.
-Es una postura de ellos.
-Sí, pero es justamente su contraparte Ƒno?
-Mire, por mucho que la CTM sea la confederación de sindicatos más grande no engloba ni siquiera a 20 por ciento de la población trabajadora del país, entonces la realidad nos muestra que patrón y empleados ya están arreglando sus contratos (colectivos). El asunto es entrarle de lleno a la solución del mercado laboral, porque si nos vamos a la posición de cada grupo no avanzaremos. Leonardo (Rodríguez Alcaine), Pancho Hernández Juárez y (Alejandra) Barrales tienen su posición, la cual probablemente no es compatible con la realidad.
-En su opinión, Ƒde qué manera podría beneficiar el pago por hora?
-Nos quita en gran medida el problema de la economía informal y amplía la base gravable; el segundo punto de ventaja es que se genera más empleo para jóvenes y mujeres y otro punto es que el trabajo por hora reduciría en gran medida el número de empleados eventuales, pues se pueden distribuir mejor los procesos productivos en razón del comportamiento del mercado. El Seguro Social acepta esta modalidad y, en general, el empleo por hora se puede reglamentar en términos de permanencia, como en el caso de la industria azucarera. Toda esta realidad no se puede ignorar ni desconocer, aun cuando los dirigentes sindicales rechazan esta modalidad sólo por defender una postura.