No llegan a la Tesorería del DF multas impuestas a giros negros
Ť En la clandestinidad, un gran número de antros: Diana Bernal
Susana González G. Ť Por indolencia, ineficacia o corrupción de funcionarios menores de las delegaciones políticas, miles de pesos en multas impuestas a giros negros dejan de ingresar a la Tesorería del DF, pues esta dependencia no es informada ni recibe los oficios correspondientes para actuar contra los infractores, aseguró Diana Bernal, subdelegada Jurídica y de Gobierno en Iztapalapa.
El cobro de esas multas, que por ley se imponen a todo negocio que es clausurado, "es una forma de combate a los antros, pero desgraciadamente no se ha aprovechado", ya que aun cuando los dueños recurren a juzgados federales para ampararse, ello no los exime de pagar. Sin embargo, la Secretaría de Finanzas no recibe los oficios correspondientes.
"Pongamos que un negocio no se puede clausurar porque cuenta con una suspensión provisional de un juez, pero si le imponen multas de 250 o 500 mil pesos, ¿los dueños se podrán defender?". Como ejemplo recordó el caso de la empresa OCESA, la cual tuvo que pagar el año pasado un millón de pesos por irregularidades en la construcción del Foro Sol, cuando ella era delegada en Iztacalco.
"Las multas son cobros fiscales por los cuales se debe
girar oficio a la Tesorería del Distrito Federal, y para que un
juez conceda una suspensión contra cualquier cobro, el afectado
tiene que dar un billete de depósito. Por eso, prácticamente
la suspensión no sirve, y los dueños deben pagar. Sin embargo,
las multas no son ejecutadas. ¿Es indolencia administrativa o corrupción?",
se preguntó.
Incremento de antros en Iztapalapa
La funcionaria, que durante muchos años trabajó
como juez de distrito y magistrada, dijo que en el caso de Iztapalapa se
incrementó en 30 por ciento el número de giros negros
en los últimos dos años. La administración pasada,
precisó, clausuró de 80 a cien antros, pero ninguno pagó
la multa que se les impuso ni permaneció cerrado de manera definitiva,
por "falta de oportunidad y eficacia en el ejercicio de la acción
administrativa", dado que policías o verificadores no reportaron
el hecho.
Es el caso, por ejemplo, del Century, ubicado en calzada Ermita Iztapalapa 385, propiedad de Ana María Iglesias Rebollo ?hermana del dueño de la discoteca Lobohombo?, y el único centro nocturno que hasta ahora las autoridades de la demarcación han corroborado que está vinculado a los empresarios que manejan hasta 80 negocios similares en la capital, la mayoría en la delegación Cuauhtémoc.
Diana Bernal aseguró que en Iztapalapa existen cerca de 300 giros negros, pero aclara que no se cuenta con el número preciso, pues la mayoría opera en la clandestinidad y, lejos de ser grandes locales, "se han generalizado aquellos que aparecen en plenas zona habitacionales co mpletamente camuflageados ".
De cualquier manera, pequeños o grandes, al estilo del Century y el Lobohombo, la mayoría comparten el mismo tipo de irregularidades: operan con documentos falsificados y no cuentan con medidas de protección civil, por lo que las autoridades de la demarcación se preparan para poner en marcha, cuanto antes, operativos especiales de clausura, similares a los que Bernal ejecutó cuando estuvo al frente de la delegación Iztacalco, donde fueron clausurados once sin que a la fecha hayan sido reabiertos.
También se harán los trámites necesarios ante la Secretaría de Finanzas para que cobre las multas pendientes, pues se detectó que sólo en 10 por ciento de los casos los empresarios pagaron, mientras que en 87 expedientes se elaboró el oficio respectivo, pero no se cobró, y en 90 casos más no se envió siquiera la documentación correspondiente a la Tesorería.
Y entre los primeros antros que las autoridades de Iztapalapa pretenden clausurar se incluye el Century, el cual cumple varios meses en funcionamiento aun cuando apenas el mes pasado solicitó la licencia respectiva y se le impusieron dos multas en abril, una por 280 días de salario mínimo, y la segunda por 250 días.