SABADO 21 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Grupo Titanium ha encontrado en el amparo su modus operandi
Los dueños del antro operan 80 sitios similares
Ť Tenía licencia para restaurante bar, pero funcionaba como centro nocturno, sin cumplir las normas
Susana González G. y Laura Gómez Ť Escenario desde su apertura de importantes figuras del espectáculo, y a poco de cumplir seis meses de su inauguración, el Lobohombo acumula graves irregularidades, similares a las cometidas por el resto de los casi 80 giros negros que el Grupo Titatium tiene en el DF -entre otros, Hawaii, Manhatan, Caballo de Hierro, Issi o Crazy Bodies-, cuya mayoría operan "amparados".
El centro nocturno en el que se presentaron figuras como Oscar D'León, el Gran Combo, Gloria Stephan, La India de Oriente, entre otros, quedó ayer reducido a cenizas.
Lobohombo abrió sus puertas en mayo de este año sin documento legal o autorización oficial expedida por el Gobierno del DF. No obstante, sus dueños Alejandro Iglesias y Antonio Grez, "cabezas visibles del Grupo Titanium" según las autoridades delegacionales, han obtenido hasta 11 amparos otorgados por juzgados federales.
Cuatro de los amparos fueron concedidos por el juzgado noveno -a cargo de Carlos Ronzón Sevilla, sustituido por Armando Cortés Galván-, mientras que los restantes provinieron de los juzgados primero, décimo, cuarto, octavo, tercero, séptimo y sexto. Sin embargo, actualmente únicamente dos de ellos están vigentes: uno en el noveno juzgado y otro en el cuarto, en tanto el resto fue sobreseído o anulado.
Dolores Padierna, jefa delegacional en Cuauhtémoc, aseveró que el Grupo Titanium es una de las mafias que operan giros negros en la demarcación, que recurre al amparo como parte de su modus operandi para corromper a las autoridades locales y federales. Tal ha sido el caso, señaló, "de Eduardo de la Vega, quien fungía como subdirector de Verificación y Reglamentos en Cuauhtémoc durante la administración de Jesús Avila Narro y Oscar Espinosa Villarreal".
La funcionaria indicó que en la demarcación existen 181 giros negros con graves irregularidades que funcionan "amparados" y advirtió que una vez que se integre la fundamentación legal y social necesaria "no pasarán cinco días antes de que la delegación proceda a cerrarlos".
Para ello, Padierna Luna demandó el respaldo de la población e hizo un llamado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los jueces para que modifique su actuación en torno a los giros negros porque, dijo, "por una actitud irresponsable con sus amparos permiten y propician que se envenene a la juventud y se agudicen los delitos y la violencia".
A su vez, el consejero jurídico del Gobierno del Distrito Federal, Manuel Fuentes Muñiz, señaló que la jurisprudencia 12/90 aprobada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha posibilitado a algunos jueces, a favor de los giros negros, interponer una serie de amparos y romper la clausura legal, sin la presentación de pruebas suficientes o sin ir al fondo del problema.
Así, indebidamente los quejosos evitan el cierre de sus negocios y mantienen a las autoridades delegacionales al margen, pues "si un delegado viola el amparo no sólo se le destituye, sino consigna, aprovechando los vacíos jurídicos existentes, lo que les permite a los dueños de estos lugares actuar con impunidad".
Pese a que la designación de un juez es por sorteo, cuando éstos no convienen a los intereses de los bufetes de abogados se desisten de la solicitud de amparo respectiva y esperan el momento, para interponer una nueva, a fin de que el caso quede en manos de algunos de los jueces, que están en contra del cierre de dichos giros.
El funcionario comentó que aun cuando se tiene una relación de los jueces con la mayor emisión de amparos, no es posible proceder en su contra, porque es una decisión de la SCJN. La solución sería emitir una nueva tesis de contradicción o reformar la ley de amparo, para imposibilitar a los jueces a tomar esas medidas y dar vista a la autoridad delegacional y los comités vecinales.
Historia de impunidad
La historia de Lobohombo, que ayer quedó reducido a cenizas comienza en octubre de 1999, cuando luego de adquirir la Discoteca Omega -que funcionaba desde 1995 bajo el giro de restaurante bar con pista de baile- el Grupo Titanium determinó remodelar el interior y la fachada del inmueble pero sin contar con la respectiva licencia de construcción.
Las autoridades clausuraron la obra, pero los dueños rompieron los sellos sin inmutarse y tras denunciar el hecho ante el Ministerio Público el 8 de diciembre, los sellos volvieron a ser colocados.
Dos días después fueron rotos nuevamente y hasta el 16 de diciembre pasado los empresarios solicitaron la respectiva licencia de construcción, por lo que la Subdelegación de Obras determina los requisitos que debe cumplir.
El inmueble se quedó con la acreditación de uso de suelo para restaurante bar con una pista de baile de mil metros cuadrados con un horario de siete de la noche a dos de la mañana, sin embargo Lobohombo funcionó hasta ayer como centro nocturno, sin respetar la hora de cierre fijada y triplicó el área considerada originalmente al adquirir un predio vecino y edificar un segundo nivel.
Al deslindarse de haber solapado acciones ilegales durante su gestión, el ex delegado en Cuauhtémoc, Jorge Legorreta Gutiérrez, aseguró que en tres ocasiones la discoteca fue clausurada, pero los dueños actuaron por la vía judicial y lograron obtener el amparo.
Precisó que el cierre del inmueble fue por las adaptaciones realizadas tanto en su fachada como en interiores y recordó que cuando las autoridades trataron de ejecutar la última clausura, en mayo mayo, "fuimos recibidos con perros y agentes, y pese a contar con el apoyo de granaderos, se evitó un enfrentamiento estéril, pues lo único que se buscaba era cumplir con la ley".