VIERNES 20 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Trabajó de sacaborrachos y ahora tratará de darle un giro a su carrera


Israel Flores, de la vida nocturna al pugilismo

Carlos Hernández Ť Durante cuatro años, Israel Flores combinó el boxeo con un trabajo de sacaborrachos en varios antros de la Zona Rosa. "Pero siempre mantuve los pies en la tierra. Conozco todo lo de la vida nocturna, pero yo no fumo, no tomo ni le hago a las drogas".

El peleador, quien sólo ha realizado tres peleas en los últimos tres años, se muestra optimista de que este sábado le dará un giro total a su carrera y a su vida.

Mejor conocido por su apodo de Pantera, Israel Flores fue jefe de seguridad de algunos table dance. Con una carrera de altibajos, que él atribuye a que "tuve muchos robos en mis peleas", pareció llegarle el retiro con la muerte de su mánager Lázaro Ayala.

"Lo quería como a mi padre y por eso me retiré dos años", dice y recuerda que antes de morir el manejador le pidió que continuará en el pugilismo, después su esposa Sabina lo animó y el nacimiento de su hija Sabirael terminó por convencerlo.

Sin dudar aceptó combatir este sábado en la función de apertura de la convención 38 del CMB. El prospecto es Genaro Trazancos, en peso superpluma.

-ƑFuiste contratado como víctima?

-No me siento así. Mis cualidades son buenas y tengo confianza en la técnica que me dejó don Lázaro, aunque mi récord tiene muchas derrotas, creo que sólo he perdido dos peleas, porque en el resto me han robado.

El púgil tiene registro de 9 triunfos y 10 derrotas, muy diferente al de su rival, que suma 17 victorias y 2 caídas. "Aunque el papel diga lo contrario, él sabe que será su pelea más complicada y él va para arriba, pero con mi motivación podremos realizar la mejor pelea de la noche", sostiene.

Flores, alejado del ambiente nocturno aunque mantiene contacto con sus padrinos Norberto Ortiz y Ricardo Iglesias, afirma que esta es la contienda que esperaba para enmendar su carrera.

"Me he preparado para salir del montón y no pienso desperdiciar esta oportunidad", expresa y señala que su hija de siete meses es su mayor incentivo para ganar y para asegurar el porvenir.

"Ella es la motivación que me faltaba", dice con el mismo entusiasmo con el que entrena, como si comenzara en el boxeo.