VIERNES 20 DE OCTUBRE DE 2000

Ť En seis años, logró filtrar a más de 17 mil indocumentados, revelan


Toman el AICM como base de una red de traficantes

José Galán Ť Con la detención de ocho elementos de la Policía Federal Preventiva adscritos al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, cuatro el pasado martes y cuatro más el jueves, esa corporación inició una investigación sobre la principal red de tráfico de inmigrantes en nuestro país, compuesta por alrededor de 350 policías de instituciones federales y estatales, funcionarios del Instituto Nacional de Migración y miembros de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, quienes también están sujetos a investigación por tráfico de drogas.

En las investigaciones interviene la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada (UEDO) de la Procuraduría General de la República, y donde actualmente se encuentran detenidos los agentes Agustín Hugo Partida Alatorre, José Luis Espíndola González, Juan Ernesto Mejía Ortega y Juan Francisco Rosales Ramos, considerados como los líderes de la banda, además de los cuatro elementos detenidos este jueves y cuyos nombres no fueron dados a conocer, todos ellos adscritos a la comisaría regional 33, con base en el aeropuerto internacional Benito Juárez, acusados de tráfico de indocumentados y drogas.

Esta acción provocó la suspensión de labores de 42 elementos más de la PFP este miércoles, en protesta por la detención de sus compañeros. Muchos de ellos no se presentaron a laborar porque, reveló una fuente de la PFP, ''ya sabían que andamos detrás de ellos, así que pueden considerarse desertores''.

Los paristas, por lo pronto, fueron cesados de sus funciones, se les requirió entregar el arma de cargo y serán dados de baja de la corporación, sujetos además a procesos penales por el delito de coparticipación en la violación a las leyes generales de población del país, delincuencia organizada y delitos contra la salud.

Algunos de ellos se presentaron esta mañana en las oficinas administrativas de la corporación, en avenida Miguel Angel de Quevedo 915, para conocer su situación, y allí fueron informados de la separación de su cargo.

Fuentes de la Policía Federal Preventiva revelaron a La Jornada que la red de tráfico de indocumentados actúa particularmente en los aeropuertos de Oaxaca y Chiapas, en el sur del país, y en todos los aeropuertos de la franja fronteriza norte. Tienen como base precisamente el aeropuerto capitalino.

''Tenemos hoy (ayer) cuatro detenidos más, y bajo investigación a un grupo importante de la PFP'', añadió la fuente. Indicó que elementos de otras corporaciones y del Instituto Nacional de Migración también están involucrados. ''Se trata de una limpia total. Sobre aviso no hay engaño'', indicó.

Desde el quince de junio pasado, el comisionado Wilfrido Robledo se reunió con mandos y con elementos de base de la desaparecida Policía Federal de Caminos -que pasó a formar parte de la PFP desde principios de año-, y les advirtió que sería implacable en la persecución de la corrupción, precisó la fuente, y añadió que la Policía de Caminos es una institución ''muy viciada desde sus orígenes''. En esa reunión, el propio comisionado los acusó de ''estár viviendo de la protección a actividades ilícitas de transporte y tráfico de personas y drogas''.

Hasta el momento la PFP tiene plenamente identificados a 150 miembros de esa banda, y en las próximas horas espera detenerlos y consignarlos ante el Ministerio Público federal adscrito a la UEDO, a fin de someterlos a proceso penal. De acuerdo con las primeras investigaciones de la PFP, esta banda cuenta con vínculos internacionales en el sur y el norte de América, y sus operaciones comenzaron hace más de seis años.

Informes de la coordinación de inteligencia de la corporación calculan que en ese lapso la banda logró filtrar a través de los aeropuertos del país a más de 17 mil indocumentados, con una ganancia de aproximadamente mil dólares en promedio por persona, es decir sacaron por lo menos 17 millones de dólares.

La banda practicaba lo que en el argot policíaco se denomina el columpio: si un grupo de indocumentados era embarcado en Oaxaca, llegaba al aeropuerto de la ciudad de México, era enviado a sala de equipajes para recoger sus pertenencias y de allí era trasladado a otro avión, como si hubiera llegado en tránsito con rumbo a la frontera norte. El grupo, con no más de 15 personas, era siempre escoltado por los elementos de la PFP y del Instituto Nacional de Migración.

Para entonces, los miembros de la banda ya habían acordado en qué aviones los subirían, todos ellos pertenecientes a las líneas Aeromar, Mexicana de Aviación, Aerocaribe, Aeroméxico o Aerocalifornia.

Cuando no podían hacer el columpio -que también se conoce como el carrusel-, entonces los indocumentados eran escoltados por elementos de la Policía Judicial capitalina y hospedados en hoteles cercanos al aeropuerto para regresar al otro día a tomar su avión.

El desmantelamiento de esta red apenas comenzó.