VIERNES 20 DE OCTUBRE DE 2000
Ť CRONICAS DE UNA ELECCION
El chiste político como factor electoral
Ť Han circulado más bromas sobre Bush que en torno a Gore
Ť Los republicanos son "más chistosos" que los demócratas
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 19 de octubre Ť Los republicanos simplemente son más chistosos que los demócratas, o por lo menos esa es la conclusión de una reciente investigación del Centro para Medios y Asuntos Públicos que indica que han circulado más chistes sobre el candidato republicano a la presidencia George W. Bush (465) que sobre su contrincante demócrata Al Gore (322).
Pero este no es un asunto de risa. Según el Centro de Investigaciones Pew, 28 por ciento de la población estadunidense obtiene por lo menos parte de su información de la campaña presidencial por medio de los chistes contados en programas cómicos y de variedades nocturnos que se trasmiten a nivel nacional por televisión, y que casi 50 por ciento de la población menor de 30 años obtiene información electoral de esta misma fuente.
Para las campañas presidenciales, el acceso al bloque del voto joven es particularmente importante, en parte porque sólo un tercio de los menores de 30 años han indicado que emitirán su voto en las elecciones nacionales. En un sondeo realizado este mes, la cadena de música y cultura joven MTV encontró que una cuarta parte de los jóvenes entre las edades de 18 y 24 años no podían ni nombrar a los dos principales candidatos a la presidencia.
Como resultado, a pesar de los chistes, tanto Gore como Bush se han presentado en varias ocasiones en los programas de charla y comedia de la noche. Por la influencia que tienen estos programas, La Jornada decidió ofrecer algunos ejemplos de los chistes en los dos principales programas nocturnos de charla, Tonight Show con Jay Leno, y Late Night con David Letterman.
Muchos de los chistes sobre Bush se centran en su falta de experiencia. Por ejemplo, cuando el gobernador texano se presentó por primera vez en el programa de Letterman, se le preguntó: "Ƒcómo te ves tan joven y descansado?" Bush respondió: "lo disimulo". Y Letterman señaló: "Y así también vas a dirigir al país".
Los dirigidos a Gore se centran en las repetidas ocasiones en que el vicepresidente ha contado hazañas que carecen de veracidad (como su famoso anuncio de "yo inventé Internet"). "Yo creo que hemos progresado mucho como país", comentó recientemente Jay Leno en su programa, al referirse a esa tendencia de Gore. "Vamos de George Washington, que no podía mentir, a Bill Clinton, que no podía decir la verdad, y ahora Al Gore, quien no entiende la diferencia".
Otros chistes sobre Gore aluden a las acusaciones de que el vicepresidente ha recaudado fondos electorales de forma ilegal (como el incidente de 1996 cuando recaudó 100 mil dólares de un monasterio budista, y después intentó encubrir el hecho ya que la procedencia real de los fondos fue sospechosa).
En un ejemplo, Letterman comentó que ahora que las encuestas demuestran que Gore avanza bien en la campaña, se ha confiado tanto que "hasta está recaudando fondos legalmente". Las encuestas han cambiado desde que se dijo el chiste, (pero La Jornada no cuenta con información de si esto ha cambiado las prácticas de recaudación de fondos de Gore).
Pero el humor en este país, como en el mundo en general, también es un mecanismo para abordar asuntos serios, y ahora hay una creciente lista de chistes sobre el acelerado ritmo de la aplicación de la pena de muerte y las ejecuciones en Texas. Hace poco, Letterman señaló que Bush y su compañero de fórmula, Dick Cheney, se estaban llevando tan bien que el fin de semana habían planeado "conseguir unas chelas y pasar a ver una ejecución".
Unas semanas después, Bush decidió no suspender la ejecución de un reo con capacidad mental disminuida, y Leno comentó en su programa: "ejecutaron a un tipo con un índice de inteligencia de 63. ƑLo pueden creer? Bush le dio la espalda a uno de los suyos".
El Centro para Medios y Asuntos Públicos indica que es difícil calcular el impacto de estos chistes de forma precisa, pero sí señalan que en las últimas tres elecciones presidenciales, siempre hubo más chistes contra los republicanos que contra los demócratas.
El Centro ofreció estas estadísticas al diario The Washington Post: en 1992 hubo 608 chistes sobre el entonces presidente George Bush que buscaba su reelección contra Bill Clinton (423 chistes).
En 1996, el republicano Bob Dole triunfó en esta la competencia con 838 chistes sobre él frente a los 655 de Clinton. Este año, Bush (hijo), hasta la fecha, lleva 465 frente a los 322 de Gore.
Ambos candidatos, según The New York Times, tienen gente en sus campañas encargadas de rastrear los chistes sobre sus jefes. Pero cuando La Jornada intentó investigar el asunto, lo único que descubrió fue que ninguna de las campañas estaba dispuesta a ofrecer chistes sobre sus propios candidatos.