VIERNES 20 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Malestar en la clausura de la cumbre ministerial


Adelante el Plan Colombia con o sin solidaridad internacional

Ť Acuerdan titulares de Defensa cooperar en la lucha antidrogas

Dpa, Afp y Reuters, Manaos, 19 de octubre Ť En un clima de tensión y malestar concluyó hoy la cuarta Conferencia Ministerial de Defensa de las Américas, al advertir Estados Unidos que se aplicará "con o sin la solidaridad internacional" el controvertido Plan Colombia, una estrategia militar antidrogas.

En ese contexto, la última jornada dio paso a la Declaración de Manaos sin ninguna manifestación de apoyo explícito al Plan Colombia, como deseaban Estados Unidos y Colombia, y sin que estos dos países hayan logrado sosegar las inquietudes de las naciones de la región sobre los alcances y repercusiones de la citada iniciativa antinarcóticos.

No obstante, la declaración recogió entre sus conclusiones que las principales amenazas a la seguridad de los Estados son el narcotráfico, el terrorismo, los delitos cibernéticos, la delincuencia organizada y delitos conexos como la corrupción, el lavado de dinero, el tráfico de armas y el contrabando.

Y si bien se destaca que lo anterior supone una amenaza a la paz y la seguridad del hemisferio, se considera sólo que es "primordial" apoyar "los esfuerzos de los Estados e instituciones dedicados a la lucha contra las drogas ilícitas y actividades criminales transfronterizas conexas".

Otra referencia en el documento es en el sentido de que "cada país americano es libre para determinar sus propios requisitos de defensa" a su soberanía, siempre y cuando sean respetados los compromisos de la región con la "no proliferación y la eliminación de todas las armas de destrucción masiva".

Con el acuerdo de Chile como sede para la próxima Conferencia ministerial de 2002, el compromiso alcanzado se refiere a la cooperación e intercambio de información para la lucha contra las citadas amenazas a la seguridad de los Estados, así como revisar los sistemas de seguridad y adoptar algunas recomendaciones.

El Plan Colombia no formó parte de la agenda de discusión, pero acaparó en gran medida la atención de los 24 ministros de Defensa reunidos. Y fue en ese ámbito que se suscitó una tensa disusión entre el subsecretario estadunidense de Defensa, James Bodner, y los delegados de Brasil, Venezuela, Colombia, Bolivia, Perú y Panamá.

Las discrepancias afloraron cuando Bodner afirmó que el Plan Colombia será llevado adelante "con o sin la solidaridad internacional", lo cual generó un gran malestar entre sus interlocutores y una fuerte reacción de los ministros de Defensa de Brasil, Geraldo Quintao, y de Venezuela, Isamel Eliezer.

Quintao interrumpió a Bodner para enumerar las medidas adoptadas por Brasil para proteger las fronteras amazónicas, y puntualizó que esto demuestra que su país "ya está siendo solidario" con los esfuerzos en el combate contra el narcotráfico. Su lucha por agua y tierra, dijo, es la mejor cooperación brasileña con Colombia.

El brasileño dijo que no era lógica la reacción del estadunidense. Asimismo, otro vocero militar sudamericano, que no quiso ser identificado, preguntó que para qué Estados Unidos dice consultarlos si de todos modos lo van aplicar, y si además tampoco lo consultaron la iniciativa antes siendo un problema regional.

A su vez, Eliezer reafirmó la preocupación de Venezuela ante el "componente militar" del Plan Colombia, que es financiado por Estados Unidos con mil 300 millones de dólares; incluye equipos militares y entrenamiento a brigadas del ejército colombiano, y se prevé pronto entre en funcionamiento en Putumayo.

El titular de Defensa de Colombia, Luis Fernando Ramírez, trató de tranquilizar a los países vecinos al señalar que el apoyo que su gobierno está buscando no es político. Apuntó que había "desinformación", que ellos estaban explicando lo que Colombia estaba haciendo y que debe haber acciones similares de los demás.

Aseveró que "no queremos que ningún país intervenga en el conflicto interno colombiano. Esa es la única y absoluta verdad. El combate al narcotráfico será realizado por policías y militares colombianos". Ramírez agregó que Colombia confía en que el polémico programa logre reducir en cinco años el tráfico de drogas ilícitas en 50 por ciento.