VIERNES 20 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Allí, tres cuartas partes de las reservas mundiales


El petróleo, motivo real de la intervención de EU en Levante

Ť La tregua, por el enorme capital político y estratégico de la región

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 19 de octubre Ť La decisión del presidente estdunidense, Bill Clinton, de promover personalmente una tregua frágil en Medio Oriente subraya de nuevo el enorme capital político y estratégico que Estados Unidos tiene en esa conflictiva región del mundo globalizado.

Los fundamentos de la estrategia estadunidense en Medio Oriente son los mismos de siempre: garantizar la estabilidad bajo la influencia de los países más industrializados en una región que contiene casi tres cuartas partes de las reservas petroleras conocidas del mundo.

"Siempre que nuestra economía permanezca basada en la energía petrolera, estaremos ahí en el futuro previsible", explicó esta semana al diario The Washington Post el coronel Charles Dunlop, de la fuerza aérea de Estados Unidos.

"Para mí --agregó-- los intereses estadunidenses en el golfo (Pérsico) son de una manera muy real: sí o no una abuela se congelará hasta la muerte en Boston en algún invierno si los costos de combustible dejan en la bancarrota a otra familia granjera, o si una familia de clase obrera pueda enviar a su hijo a la universidad".

Según Phyllis Bennis, experta en política estadunidense para Medio Oriente del Instituto de Estudios Políticos, el asunto no tiene que ver con el acceso directo al petróleo que tenga Washington, sino de mantener el control sobre el acceso al petróleo por parte de los aliados de este país.

"Estados Unidos por sí solo no depende particularmente del acceso al petróleo en esta región. En el esquema general, cuenta con suficiente petróleo de México, Venezuela y Nigeria", señaló Bennis.

"Alemania y Japón, en particular, son mucho más dependientes del crudo de Medio Oriente. Tradicionalmente Estados Unidos ha mantenido una buena parte de su poder global actuando como garante del acceso de esos países al petróleo del golfo Pérsico", aseguró.

 

Estabilidad antes que paz, el objetivo real de Washington

El objetivo fundamental de Estados Unidos en la región es la estabilidad, no la paz, dijo Bennis, e indicó a La Jornada que "uno debe tener en cuenta que no se está buscando la paz, sólo la estabilidad, la cual se puede imponer con una combinación de fuerza bruta y la promoción de un proceso que promete algo a largo plazo".

En su perspectiva, las actuales negociaciones en que ha participado Clinton no tienen que ver con un intento verdadero por resolver los problemas a fondo de la crisis que sacude a la región, sino sólo la meta de detener la violencia de estos últimos días y rescatar esa "estabilidad" definida por Estados Unidos.

Esta es la estrategia general que Washington ha promovido durante décadas en esta región, y ha utilizado a Tel Aviv como el garante de una estabilidad frágil y temblorosa en Medio Oriente.

Estados Unidos ofrece más de 3 mil millones de dólares anuales a Israel en asistencia militar y económica , el programa de asistencia exterior más grande de la superpotencia en el mundo.

Además, el Congreso de Estados Unidos ha convertido en ley una obligación que compromete a Washington a otorgar suficiente armamento cada año a fin de asegurar que Israel mantenga una ventaja estratégica en poderío militar contra cualquier combinación posible de enemigos en la conflictiva región.

El gobierno de Estados Unidos también ha utilizado su puesto en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para detener cualquier medida que obligaría un cambio concreto de política del gobierno israelí.

Después de la Guerra del Golfo de 1991, la presencia estadunidense en Levante se ha ampliado aún más para incluir el establecimiento de alianzas militares explícitas con varios países productores de petróleo.

Las fuerzas armadas de Estados Unidos mantienen cientos de vehículos blindados, artillería y helicópteros de ataque en bases de avanzada en Arabia Saudita, Kuwait, Turquía, Bahrein, Qatar, y Omán.

En total, según un reciente cálculo del Washington Post, Estados Unidos mantiene unas 20 mil tropas en la región.

Este compromiso estadunidense en Medio Oriente es más grande y más costoso que cualquier otra presencia de la superpotencia en el mundo.

Los cazas estadunidenses bombardean reiteradamente regiones de Irak como parte de la estrategia endosada por la ONU de mantener las zonas de control de espacio aéreo en ese país, y eso no incluye las cinco operaciones militares ofensivas que Estados Unidos ha lanzado contra Irak desde el fin de la Guerra del Golfo.

Tel Aviv, la prioridad; los árabes, secundarios

Según el Washington Post, más de 56 soldados estadunidenses han muerto en forma violenta en Medio Oriente desde que concluyó la Guerra del Golfo en febrero de 1991. En comparación, sólo un soldado estadunidense murió violentamente desde que entraron las fuerzas armadas en Bosnia en 1995, y ninguno murió en Kosovo.

"Estados Unidos mantiene vínculos cercanos con un gran número de países árabes (Egipto, Arabia Saudita, Kuwait). Pero esos vínculos jamas han sido tan íntimos como los que mantiene con Israel", explicó la analista Phyllis Bennis a La Jornada.

Esta relación especial forma parte de una estrategia histórica. Bennis señaló que durante la guerra fría, Estados Unidos contaba con muy pocos aliados en la región e Israel se convirtió en el poder privilegiado de la superpotencia.

De hecho, Tel Aviv cumplió con objetivos estadunidenses que no podían avanzarse en forma directa por Washington, y Bennis recordó que Israel ayudó a Estados Unidos a mantener relaciones con el régimen del apartheid en Sudáfrica, y con los dictadores en Guatemala y otras partes de América Latina, en coyunturas donde era políticamente difícil para este país, por razones internas, mantener relaciones cercanas con estos regímenes.

El conflicto en Medio Oriente, por el momento, es el tema internacional de mayor interés para los estadunidenses, y la propaganda oficial aquí --que históricamente ha justificado la estrategia de Washington en la región-- sigue rindiendo frutos.

Según la ultima encuesta de opinión de Gallup-CNN, 41 por ciento de los consultados apoya la posición de Israel de que los palestinos son los responsables del conflicto, contra sólo 11 por ciento que simpatiza con el lado palestino.

Sin embargo, la gran mayoría dice no saber qué país es el más responsable de la violencia que se ha desatado últimamente en Medio Oriente, pero lo que no se ha definido en el debate publico es el papel de Estados Unidos: ƑEs sólo un promotor de la paz o es parte del problema fundamental de este conflicto?