VIERNES 20 DE OCTUBRE DE 2000

Ť El color de la piel, decisivo para los agentes


Latinos y negros, "blancos de cacería" policial en San Diego

Ť A la hora de detener, prevalece el "perfil racial", acusa grupo

Roberto Bardini, corresponsal, San Diego, 19 de octubre Ť Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de San Diego y líderes de minorías raciales, a pedido del Departamento de Policía de esta ciudad, revela que los latino- americanos y los afroamericanos constituyen el principal "blanco de cacería" por parte de los agentes que vigilan las calles de esta ciudad y la Patrulla de Caminos.

El informe, titulado Estudio de detenciones vehiculares, reporte de medio año, fue encargado a fines de 1999 por el jefe de la policía, David Bejarano, y demuestra que a la hora de efectuar infracciones de tránsito y detenciones los oficiales bajo su mando se basan en el llamado "perfil racial" (racial profiling), que se caracteriza por seleccionar individuos en relación a su raza.

El grupo de investigadores universitarios y los representantes de las comunidades hispana y negra trabajaron durante seis meses para tratar de esclarecer el motivo verdadero por el cual los prejuicios raciales se convirtieron en la regla que siguen los oficiales de la policía para determinar si una persona debe ser detenida, interrogada, registrada, multada e, incluso, arrestada.

El documento, cuyas conclusiones no dejaron muy satisfecho al jefe Bejarano, demuestra que durante los primeros seis meses de este año la policía efectuó 91 mil 552 detenciones vehiculares, de las cuales 28.5 por ciento correspondió a conductores de ascendencia latinoamericana, grupo que representa 20.2 por ciento de la población que maneja vehículos.

El sector afroamericano, que constituye 8 por ciento de los ciudadanos que conducen, sufrió 11.6 por ciento de detenciones a causa de supuestas violaciones a las leyes.

Lo más relevante de las cifras divulgadas por el informe es que evidencian claramente que los latinos y los negros son tres veces más propensos a ser detenidos que los blancos o los asiáticos.

Para analizar cada caso, los investigadores se basaron en un cuestionario que entregaron seis meses atrás a cada oficial de policía, en el que se incluye fecha, hora y motivo de la detención, área dónde ocurrió, sexo, raza y edad del conductor, procedimiento efectuado (infracción de tránsito, advertencia escrita o verbal, interrogatorio en el lugar de los hechos) y, finalmente, si fue arrestado o no.

Varias organizaciones de defensa de los derechos humanos cuestionaron con dureza la credibilidad del reporte, al argumentar que los mismos agentes sospechosos de prejuicios racistas fueron los encargados de consignar los datos que sirvieron para elaborar las estadísticas.

"Los policías detienen a la gente sin ninguna causa aparente, sin una sospecha legítima que no sea otra que por el color de la piel", afirmó a La Jornada Roberto Martínez, veterano representante del Servicio de Amigos Americanos.

"Los agentes necesitan ser entrenados en leyes, en derechos humanos y en la propia Constitución", señaló por último.