VIERNES 20 DE OCTUBRE DE 2000
Ť El partido debe reformarse para ser oposición
El PRI, obligado a reconstruir su relación con la sociedad: Sauri
José Gil Olmos Ť Dulce María Sauri Riancho consideró que el PRI se enfrenta a una situación tan compleja como la que tuvo al ser fundado por Plutarco Elías Calles en 1929. Para solventarla, se requiere claridad, decisión y sobre todo actuar sin demora para efectuar un cambio estructural ante las nuevas condiciones a las que se enfrentará como partido opositor, señaló ayer la actual dirigente nacional del tricolor.
La senadora aprovechó la conmemoración del 55 aniversario de la muerte de Plutarco Elías Calles, y presentó un documento de 19 cuartillas en el que resume los principales riesgos y retos que enfrenta el Revolucionario Institucional después de la derrota del pasado 2 de julio.
Dijo que si Calles resolvió la situación con la "institucionalidad democrática" y la entrega del poder a la sociedad organizada, "hoy los priístas estamos decididos a restablecer el pacto con la sociedad mexicana, un pacto social de hondo sentido democrático, de claro espíritu nacionalista, de rotundo carácter popular".
Sauri citó siete riesgos para el PRI si no inicia su proceso de reforma: primero, el riesgo de la nostalgia, esto es, ceder a la tentación de pretender un retorno al pasado y revivir fórmulas que fueron adecuadas para un México distinto.
"Esto es indeseable. Más todavía: es imposible. El problema que enfrenta el PRI no es restablecer la relación con el gobierno, sino reconstruir su relación con la sociedad, transformándonos en un partido moderno".
En segundo lugar señaló el peligro de intentar la reconstrucción "desde arriba", con la promoción del "caudillo" o la habilitación de un "consejo de notables", y como tercer riesgo, la "indefinición ideológica", es decir, la pérdida de los ideales.
Destacó que "hoy como nunca la ideología del PRI, de centro-izquierda, cobra identidad para sus militantes y asume importancia estratégica para enfrentar a la nueva derecha."
También citó el riesgo de la "balcanización", a la que definió como la posibilidad de caer en "ínsulas políticas" o permitir la proliferación de "feudos clientelares". También señaló el riesgo del "extravío democrático", que significa confundir los medios y promover la aplicación de mecanismos y criterios democráticos "olvidando que la finalidad de todo partido es lograr y mantener el poder".
La presidenta nacional del PRI apuntó que se puede caer en el riesgo de la indisciplina y la deslealtad, al confundir el fin de la "cultura de la línea" con la aceptación del "individualismo a ultranza, la ausencia de cohesión partidista o la negación del sentido y el valor de la militancia efectiva y comprometida".
Finalmente, dijo que en el proceso de restructuración se debe superar la posibilidad de desmantelar las "bases de poder", es decir, de las organizaciones de masas o de los sectores.
Sin embargo, señaló que la sobrevivencia del Revolucionario Institucional debe afrontar diez retos: el de la gobernabilidad interna; la legitimidad; la competencia electoral; responder a las demandas del pueblo; corresponder a la confianza de los que lo siguen apoyando -los 13.5 millones que votaron a favor de Francisco Labastida-; recuperar el apoyo de las clases medias; el restablecimiento de las relaciones con todos los niveles de gobierno; satisfacer la demanda de un comportamiento ético; transformarse en un partido de oposición y en una real opción de poder; y mantenerse como un partido nacional, unido y poderoso.