JUEVES 19 DE OCTUBRE DE 2000
Ť CIUDAD PERDIDA
Ť Miguel Angel Velázquez Ť
Ť Porrismo fuera de control
Ť Signo de la descomposición priísta
Aunque no parece seguro, hay quienes insisten en afirmar que habrá un final de sexenio sin sobresaltos económicos, pero no hay nadie que apueste por la tranquilidad social y política al término de este gobierno.
Los signos de la descomposición del sistema, creado y alimentado por el PRI, comienzan a emerger, y como consecuencia los grupos de choque y provocación al servicio del priísmo empiezan a salir de control ante la falta de una perspectiva que les asegure la impunidad.
En el interior del PRI se debaten dos opciones: dejarlos vivir para "utilizarlos" en un futuro no muy lejano o bien "soltarlos" para "limpiar" las estructuras internas. Mientras, los grupos porriles han salido a las calles en busca de los dineros y el poder que poco a poco se les acaba.
Por lo que hace a la primera alternativa, quienes se oponen a "darle oxígeno" a esos grupos aseguran que ya no existen los recursos económicos para hacerlos subsistir, y quienes los apoyan, advierten la necesidad de recurrir a "quienes" les deben favores para que abastezcan a los porros.
Aún no hay una decisión tomada, pero, por el momento, las correas de control se han roto. Las cañerías por donde corrían estos grupos de terror sufren fracturas graves y la sociedad, principalmente del Distrito Federal, empieza a pagar la falta de control de estas organizaciones de terror.
Desde siempre, los porros han servido a la Secretaría de Gobernación, pero han dependido económicamente de diferentes dependencias. Su origen y su trinchera, inexpugnable para casi todos, se ubica, según se ha declarado, en el Instituto Politécnico Nacional.
Para no ir muy lejos en el tiempo podríamos mirar el gobierno de Oscar Espinosa Villarreal. En 1995, en cada una de las 16 delegaciones de la capital se tenía una oficina desde donde se controlaba a los porros politécnicos, cuyo jefe era Jorge Otero, un conocido porro del IPN.
Las oficinas tenían el titulo de "Atención a la Juventud" y dependían, también, de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), pero después pasaron a la nómina de Socicultur, al mando de Eduardo Saenz, quien les creó una oficina especial en el norte de la ciudad.
En el PRI hay identificados, por lo menos, 200 porros militando, por así decirlo, en más de una docena de bandas, todas enquistadas en el IPN y, hasta hace muy poco, metidas en el PRI.
Los ejemplos sobran: En la Vocacional 3, Gabriel Felipe López Mompala, investigado por el homicidio de un estudiante, cometido el 21 de abril de 1998, en la Vocacional 11, estuvo en la cárcel en 1996 acusado de robo de autos, pero es, hasta donde se sabe, asesor y líder moral del grupo Estanislao Ruiz, de la Voca 3, y gente cercana a las estructuras priístas del llamado Movimiento Territorial.
El control más efectivo para los jefes de las bandas porriles se ejercía, entonces, desde las oficinas de gobierno. Vicente Ocaranza Sanabria, El Kato, dirigía los destinos de la llamada Tarjeta Joven, pero repartía recursos económicos al grupo "24 de Septiembre" y a la "Federación Nacional de Estudiantes Técnicos", del IPN. Ese hombre es egresado de la Vocacional 1.
Los incidentes dentro de las escuelas del IPN se han multiplicado y en las colonias del norte de la ciudad. En GAM, por ejemplo, las delitos van en aumento, debido fundamentalmente al accionar de las bandas.
Sin duda las autoridades de la institución conocen también, como cualquiera, qué pasa dentro de las escuelas, y aunque se resistan a reconocer la vergonzosa situación que ellos no han creado, las consecuencias de evadir una realidad que aqueja al Poli puede resultar contraproducente, sobre todo si desde el PRI ya no existe la "voluntad total" para mantener a esas bandas.
Pero, por si aún se ignora, es importante señalar que en la Organización Democrática de Estudiantes Técnicos (ODET) opera como jefe Jorge Otero, cooptado por Fidel Pérez Hernández, El Black, quien a su vez fue presidente de la misma organización y llegó a fungir como director del área de turismo en Causa Joven, dependencia de la Conade.
En la tristemente célebre Federación de Estudiantes Politécnicos (FEP) actúa Angel Isaac Ochoa, quien quiso ser dirigente juvenil del PRI, pero lo rechazaron por viejo. De cualquier manera, hizo un buen escándalo en las oficinas priístas para apoyar su exigencia.
Y en la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (Fenet) tiene el control Mario Saldaña, quien actúa en Medicina y Homeopatía, en el Cecyt número 12 por medio del grupo "5 de Mayo" y en Turismo del Poli. Todo esto por si alguien no se quiere dar cuenta.
Por ello, hoy se presenta la mejor oportunidad de extirpar de una vez por todas los tumores que han reproducido por décadas los males del Politécnico, de lo contrario las complicidades pueden causar estallidos en contra de la sociedad.
De cualquier forma, lo más claro del asunto es que en la ingeniería política del PRI las cañerías están rotas y toda la porquería que conducían empieza a inundar las calles, por lo pronto, de la ciudad.
Debido a ello la preocupación de las autoridades del Distrito Federal, que ya detectaron la situación, exige justicia frente al problema. Desde hace algunos meses el ex delegado en GAM, Víctor Quintana, previno de esta situación a todos aquellos que quisieron escucharlo.
El trabajo a este respecto dentro de la delegación se alimentó, principalmente, de las denuncias no nada más de los ciudadanos afectados, también hay directores, maestros y estudiantes cansados de la violencia y la impunidad con la que actúan los porros, y los ejemplos y esas denuncias prueban la peligrosidad de las bandas porriles.
šCuidado!, las mafias están descabezadas y las de los porros no son las peores.