JUEVES 19 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Arriesgado, responsabilizar a autoridades federales, atajan priístas


Gobernación perdió el control de porros, afirman diputados

Ť Instancias educativas y del DF deben actuar en el combate a estos grupos: PRD, PAN y PDS

Gabriela Romero Sánchez y Raúl Llanos Samaniego Ť Diputados locales de PRD, PAN y Democracia Social aseguran que la Secretaría de Gobernación perdió ya el control sobre los grupos de porros que operan en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Por lo que enfatizan que tanto las autoridades educativas como las del gobierno capitalino --cada una en el ámbito de su competencia-- deben actuar en el combate frontal a estos seudoestudiantes.

En tanto que diputados del PRI, partido al que se ha acusado de estar detrás de los porros, advierten que es arriesgado responsabilizar a las autoridades federales y/o educativas --rectores y directores-- de fomentar y patrocinar a este tipo de grupos. Aunque coinciden con sus homólogos de otras fracciones parlamentarias en que el porrismo es un fenómeno deleznable, un cáncer para las instituciones de educación media y superior.

En entrevista por separado, el perredista Gilberto Ensástiga Santiago, vicepresidente de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia, señaló que de entrada el origen del porrismo está en las instituciones educativas y que no hay duda de que estos grupos, por años, han sido financiados por rectores de la UNAM y directores del IPN.

Explicó que los porros buscan integrarse en las mesas directivas de los estudiantes con el fin de ejercer un control sobre estos órganos y cuando no logran sus objetivos generan violencia en las instituciones. Sin embargo, "hoy vemos que estos grupos salen a las calles, cometiendo una serie de atrocidades, de desmanes que afectan no sólo a los estudiantes sino al ciudadano común y corriente. Ello hace necesario que se aplique el derecho y que el Gobierno del Distrito Federal actúe, pero no de manera discrecional sino ubicando los delitos que cometen los seudoestudiantes, y sobre la base de esto promover las acciones pertinentes".

Ensástiga dijo que durante mucho tiempo se cuestionó el vínculo que había entre los porros y la Secretaría de Gobernación. "Ahora, ese control se ha perdido y esto puede ser peligroso", alertó el perredista.

Luego de enfatizar que la situación ya se salió del control de Diódoro Guerra, director del IPN, el perredista Edgar Torres Baltazar recordó que el problema de los porros es un fenómeno cíclico, que se recrudece cada tres años al acercarse el periodo de elección de los titulares.

"Los grupos porriles se mueven en busca de cobijo", amplió el diputado local. "El PRI se los daba de manera tradicional, pero ahora que ha dejado de ser gobierno, están en la búsqueda de impunidad", reflexionó.

En opinión de Torres Baltazar, en la solución de este problema deben intervenir por igual diputados locales y federales, jefes delegacionales, padres de familia, autoridades del gobierno capitalino y de las instituciones educativas.

El panista Salvador Abascal Carranza fue tajante al responder: "Es una herencia indirecta y nefasta del antiguo régimen priísta; los porros servían a rectores y directores, a secretarios de Gobernación para ejercer un control político en el interior de las instituciones educativas". Incluso, completó, muchos de los porros llegaron a ser diputados, líderes de partido.

Afirmó que después de 1968 el porrismo empezó a derivar en una especie de feudo independiente al poder académico; a lo largo de las tres últimas décadas el interés dejó de ser político y pasó a ser económico, se antepuso la extorsión. "Esto es más peligroso, es el caos, la anarquía".

Con base en los hechos de violencia protagonizados por los seudoestudiantes, Abascal Carranza remarcó que las autoridades federales ya no saben cómo controlarlos. En suma, "perdieron su autoridad sobre ellos".

El panista equiparó a estos grupos de porros con mafias de criminales que ahora le cobran facturas a las autoridades educativas y del gobierno federal.

Externó que, ante este panorama, no hay más salida que aplicar la ley, o de lo contrario se puede generar una situación de ingobernabilidad. Salvador Abascal dijo que las autoridades no pueden convertirse en cómplices de estos seudoestudiantes, porque las únicas víctimas son los estudiantes que realmente quieren estudiar.

El panista admitió que el gobierno capitalino debe actuar con firmeza, pero también con mucho cuidado, porque estos grupos aún tienen padrinos dentro de los partidos políticos. Indicó que es necesario que haya un deslinde completo de los líderes de éstos.

Abascal Carranza se refirió tanto a las acusaciones en contra de priístas como de perredistas de apoyar a estos grupos de seudoestudiantes.

Piden terminar confrontación

Por su parte, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Enoé Margarita Uranga Muñoz consideró que la situación puede salirse de control. Por lo que apuntó debe terminar la confrontación que se ha dado entre el gobierno capitalino y el director del IPN, Diódoro Guerra, y asumir cada uno su responsabilidad. "Debe acabar esta situación, no se puede estar en el rebote de responsabilidades, porque la línea de división es muy delgada".

El priísta Jaime Miguel Moreno Garavilla, presidente de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia, defendió a su partido y reviró: "en ciertas ocasiones se ha dicho que dirigentes perredistas están detrás de estos grupos. Carlos Imaz --presidente del PRD-DF-- alentó a un grupo del Consejo General de Huelga (CGH) al inicio del conflicto de la UNAM".

Aclaró que con ello no está acusando a Imaz Gispert de haber lidereado a porros, simplemente que alentó a algunos integrantes del CGH,

En el mismo sentido se manifestó su compañero Juan José Castillo Mota, quien remarcó que es peligroso afirmar que la Secretaría de Gobernación, los directores y rectores, o los partidos políticos son los patrocinadores de estos grupos de seudoestudiantes

Para Moreno Garavilla el porrismo es un fenómeno deleznable, es como un cáncer que afecta a la vida de las instituciones de educación.

A diferencia de los diputados de PAN y PRD, los priístas descartaron que este fenómeno se haya salido de control; no obstante, aceptaron que de ser así sería alarmante. "No es que se haya salido de control, sino que la gente se empieza a armar de un valor para denunciar la presencia de este tipo de grupos. Las autoridades educativas están empeñadas en buscar soluciones a este problema, que no debe prevalecer", justificó Castillo Mota.