JUEVES 19 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Es un fortalecimiento de las sanciones, dicen críticos de la medida


Afloja el Senado estadunidense el embargo a Cuba

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 18 de octubre Ť El Senado de Estados Unidos aprobó hoy una legislación que permite un aflojamiento del embargo sobre exportaciones de alimentos y medicinas a Cuba por primera vez en 38 años, pero la medida fue denunciada de inmediato por críticos que señalaron que se trata, nada menos, que de un fortalecimiento del bloqueo contra la isla.

La medida, que está contenida en un proyecto de ley más general sobre agricultura, ofrece una vívida ilustración del creciente apoyo político en este país a un aflojamiento del bloqueo a Cuba, así como del poder que aún mantiene un pequeño grupo de legisladores de origen cubano y sus bases políticas que lograron obstaculizar la voluntad de la mayoría del Congreso.

Varios grupos elogiaron la aprobación de la legislación como un "primer paso" histórico para levantar el embargo, pero en el pleno del Senado varios legisladores expresaron su frustración e ira.

"Creo que lo que hicimos es un paso hacia atrás, es una apertura superficial y engañosa. No creo que representará nada", declaró agitado el senador Tom Harkin.

La Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), en un comunicado dado a conocer este día, agradeció al liderazgo camaral republicano por haber minado la efectividad de la nueva medida.

La iniciativa ya fue aprobada por la Cámara de Representantes y ahora será enviada para ser promulgada en ley con la firma del presidente Bill Clinton, quien ha expresado su decepción en torno a la iniciativa, pero se espera que firmará el proyecto de ley más amplio de asistencia agraria en el que están las provisiones sobre la isla caribeña.

La legislación agraria contiene una medida inicialmente promovida por una coalición de intereses empresariales y granjeros que declara que Estados Unidos levantará las sanciones a envíos de alimentos y medicina a Cuba, Irán, Libia, Corea del Norte y Sudán, y prohíbe al presidente aplicar este tipo de sanciones en el futuro.

La medida es el resultado, en parte, de una campaña de tres años realizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos y diversas empresas transnacionales que se oponían al uso de las sanciones económicas como instrumento de política exterior.

Como resultado de la presión ejercida por el sector empresarial, la iniciativa que levanta las sanciones a la exportación de alimentos y medicinas a estos países, incluyendo a Cuba, fue apoyada por demócratas y republicanos y aprobada por mayorías en ambas cámaras en varios votos "de prueba" realizados este año.

Estos votos de prueba alarmaron al sector conservador cubano de Miami, que logró convocar a sus simpatizantes para derrotar el intento de levantar las sanciones.

El representante federal Lincoln Díaz-Balart, uno de los legisladores con mayor talento táctico en la Cámara baja, utilizó su puesto en un comité clave que determina los parámetros del debate en el pleno, y logró obstaculizar la consideración de la legislación agraria hasta el momento en que podía minar la medida para Cuba.

Díaz Balart y sus aliados lograron insertar en la versión final de la legislación una provisión que establece textualmente que ni el gobierno estadunidense o los bancos privados de este país podrán extender créditos a empresas que deseen exportar alimentos o medicinas a Cuba.

Sin este tipo de financiamiento, práctica común para toda exportación, es poco probable que se realicen envíos sustanciales de alimentos y medicamento a Cuba.

"Ellos han dicho, šclaro que sí pueden realizar estas ventas!, simplemente que no van a contar con alguna forma de pagar por ellas. Malo para los granjeros estadunidenses, malo para el pueblo cubano, y malo para la política (exterior)", declaró el senador Patrick Leahy.

Sin embargo, al final del día Leahy dijo que de forma renuente tendría que apoyar la aprobación de la legislación ya que dentro de ese paquete está la asistencia federal a los granjeros de Estados Unidos.

Pero los cubano-estadunidenses y su cabildeo no se detuvieron sólo con minar el efecto de las medidas para la exportación a Cuba. Díaz Balart también añadió una medida no relacionada y separada dentro de este paquete, que en efecto quita la autoridad del presidente para determinar la expansión de los viajes a Cuba.

Bajo la ley actual, el Ejecutivo mantiene la autoridad de definir los rubros de quien puede viajar legalmente a Cuba, y Clinton ha declarado que hasta ahora estos incluyen a periodistas, estadunidenses de origen cubano, académicos, atletas no profesionales e integrantes de grupos religiosos.

La nueva medida codifica en ley estas categorías de personas a las que se les permite viajar a la isla, y con ello el presidente pierde su discreción y ya no podrá ampliar los viajes sin aprobación de la legislatura.

"Al final del día ellos lograron introducir en ley algo que no estaba en ella", explicó un frustrado asesor del Senado que trabaja con un legislador que favorecía el aflojamiento del embargo. "No fortaleció el embargo, pero sí lo profundizó".

La FNCA pareció celebrar el hecho en voz de su vicepresidente, Denis Hayes: "Tres años y millones de dólares después, Fidel Castro y sus apologistas, y megaempresas como Archer Daniels Midland, fracasaron en su intento de obtener lo que más desea Castro: créditos y subsidios del contribuyente estadunidense".

No obstante, los promotores del levantamiento del bloqueo a Cuba creen que hay algo positivo a pesar del revés.

"Es un paso en la dirección correcta. Estamos viendo el panorama grande, no relacionado con ventas de alimentos y medicinas. Esta es la primera vez en 40 años que los cubano-estadunidenses de línea dura fueron obligados a negociar", dijo Sean García, vocero de una agrupación cubana que apoya el fin del bloqueo.

García agregó que su organización, el Comité Cubano por la Democracia, está decepcionado con la medida que impide que el presidente amplíe el rubro de los viajes a la isla, pero señaló que una mayoría en el Congreso ha indicado que apoya terminar con las restricciones de viajes y que un proyecto de ley para lograrlo será impulsado el año próximo.