JUEVES 19 DE OCTUBRE DE 2000

 


Ť Claudia Sheinbaum Pardo Ť

Otra vez el cuento de la privatización

Con enorme urgencia, los legisladores del Partido Acción Nacional quieren aprobar la privatización de la industria eléctrica durante el próximo periodo de sesiones del Congreso de la Unión. Como si se hubiesen mimetizado con el discurso de la actual administración, estos legisladores ya auguran una crisis del sector si éste no se privatiza. Es más, ya manejan las mismas cifras que el secretario de Energía, sin haberlas siquiera revisado.

A pesar de que pretenden incorporar a la agenda legislativa el tema del sector eléctrico, hasta ahora no se ha dado a conocer a la opinión pública la propuesta del presidente Fox o su partido en torno a este importante tema. No sabemos si van a desenterrar la propuesta de Zedillo de reforma constitucional presentada en enero de 1999 o si están preparando una nueva iniciativa. Si se trata de aprobar la presentada por Zedillo o su frustrada enmienda preparada por el CEN del PRI a finales de 1999, los legisladores panistas tendrían que explicar a la sociedad por qué en aquel entonces se opusieron a esa reforma y ahora la presentan como propia. Si se trata de una nueva oferta, valdría preguntarse si la quieren aprobar sin que la sociedad mexicana la conozca.

En cualquiera de los dos casos lo único que nos podrían generar los legisladores panistas es pena. No puede ser tan grande el oportunismo. Se opusieron a una reforma por razones electorales y ahora que están por ejercer el Poder Ejecutivo ya se les olvidó la opinión ciudadana.

Durante cerca de dos años se ha dado un debate intenso sobre el tema eléctrico. Se ha hecho un diagnóstico de las empresas públicas, se han planteado diversas alternativas para que el país pueda tener un servicio de mejor calidad y con los menores costos. Aún más, a diferencia de 1999, en los últimos dos años se han presentado nuevas evidencias de que la desintegración vertical de las empresas eléctricas en otros países, sólo ha generado mayores problemas y peores servicios; y que muy por el contrario de lo que se pensaba, la competencia es cada vez menor y el mercado está tendiendo a la monopolización. La revisión de los casos de California, Chile, Argentina, nos muestra las enormes debilidades de una reforma eléctrica al estilo de la presentada por Zedillo.

La oposición a la reforma eléctrica tipo inglesa, que es la propuesta por la actual administración y que al parecer será la presentada por Fox, no sólo proviene de la convicción de que ciertas empresas estratégicas deben mantenerse como públicas. También se sustenta en que los costos que para el país tendría una privatización de este tipo serán enormes, no sólo porque no se resolvería en el mediano plazo la falta de capacidad instalada, sino que por el contrario la probabilidad de estar en condiciones de falta de suministro en algunos años son muy altas.

Por estas razones, antes de que se apruebe cualquier iniciativa de reforma eléctrica en el Congreso de la Unión, las propuestas deben ser presentadas ante la opinión pública y discutidas ampliamente. En 1999, el sector eléctrico nacional percibió por concepto de ventas, la cantidad de 75 mil 792. 4 millones de pesos. Si a esto incorporamos el hecho de que Comisión Federal de Electricidad tuvo ganancias netas durante ese año, entenderemos porqué hay tanto interés por parte de los inversionistas privados nacionales y extranjeros de invertir en el sector eléctrico nacional. Por eso insistimos, la privatización de la industria eléctrica nacional no puede ser aprobada por fast track.