JUEVES 19 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Octavio Rodríguez Araujo Ť
Fox y el Ejército
Hace seis años el Ejército Mexicano le presentó al presidente electo, Ernesto Zedillo, a varios candidatos para la titularidad de la Secretaría de la Defensa. Escogió a Enrique Cervantes Aguirre. En aquel entonces, hasta donde pude indagar, el general Raúl Juárez Carreño, oficial mayor de Riviello Bazán (secretario de la Defensa con Salinas de Gortari), era el único de los funcionarios de Sedena que había tomado cursos de contrainsurgencia, guerra psicológica e información del Ejército en Estados Unidos. Sin embargo, el general Cervantes Aguirre tomó esos cursos en su práctica contraguerrillera en Guerrero, además del amplio conocimiento en Chiapas.
Ocupó asimismo cargos importantes en Guerrero de 1970 a 1976. De 1974 a 1976 fue jefe del Estado Mayor de la 27 Zona Militar en Acapulco, la misma que participó, después de un encuentro a tiros, en el rescate de Rubén Figueroa padre y en la muerte de Lucio Cabañas en la región El Ocotal, municipio de Tecpan de Galeana, el 2 de diciembre de 1974. De 1982 a 1985 fue comandante de la 31 Zona Militar en Chiapas, luego pasó a Monterrey, y de ahí a ser agregado militar de la embajada mexicana en Washington, donde fue condecorado con la Legión al Mérito Militar por el gobierno de ese país. Antes de esto tuvo que haber estado en contacto con la Brigada Blanca dirigida por José Salomón Tanús y Mario Arturo Acosta Chaparro, ya que era secretario particular del general Félix Galván, secretario de la Defensa con López Portillo. No es de dudarse que la guerra de contrainsurgencia en Chiapas durante el gobierno de Zedillo haya sido planeada y dirigida por el general Cervantes Aguirre y que las persecuciones contra los diversos grupos guerrilleros, que han surgido en este gobierno, también se deban a su estrategia basada en sus propias experiencias en Guerrero.
Ahora le toca a Vicente Fox escoger entre varios candidatos al próximo secretario de la Defensa Nacional. Se mencionan tres, según nota de Jesús Aranda en La Jornada (17/10/00), y uno de ellos es el general Mario Renán Castillo Fernández.
Fuerzas castrenses lo presentan como una persona no asociada al círculo cercano del general Cervantes Aguirre y como un factor importante para evitar que la violencia se desbordara en Chiapas, y para tender puentes con autoridades civiles, partidos políticos y medios de comunicación en ese estado mientras fuera jefe de la VII Región Militar.
Puede ser correcta la versión de los militares, pero no debemos olvidar que el general Renán Castillo estudió en el Colegio Militar al mismo tiempo que los generales Cervantes Aguirre y Fromow García, este último de la confianza personal del secretario de la Defensa en el gobierno de Salinas de Gortari. En más de una ocasión los nombres de Cervantes Aguirre y Castillo Fernández han estado relacionados, además de que el primero destacó al segundo como jefe militar precisamente en Chiapas. ƑLo hubiera hecho Cervantes si Castillo no hubiera sido de su confianza?
Respecto a su papel como jefe de la Región Militar en Chiapas, Renán Castillo llegó a declarar en agosto de 1997 que el desmantelamiento del campamento militar de San Cayetano no era indicio ni señal de reanudación de diálogo, contrariando las declaraciones del subsecretario de Gobernación Ausencio Chávez. Se desmanteló el campamento y luego se volvió a montar con trincheras y alambre de púas, entre otros dispositivos. Fue también Renán Castillo quien trató de justificar la participación del Ejército como coadyuvante de la Policía Judicial Federal después del 9 de febrero de 1995, cuando todos pudimos constatar que era al revés y que constitucionalmente no había fundamento para perseguir a los presuntos dirigentes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional por medio del Ejército Mexicano.
Vicente Fox, quien ha dicho que quiere un arreglo justo, digno y pacífico con el EZLN, tendría que ser muy cuidadoso en la selección de su secretario de Defensa, pues de otra manera correría el riesgo de convertirse, como Zedillo, en un seguidor (Ƒrehén?) de los militares por lo que se refiere a la estrategia contra el EZLN y otras formaciones guerrilleras que han surgido en estos últimos años. Zedillo no sólo escogió al experto en contrainsurgencia, sino a alguien ligado a los grupos de interés más poderosos dentro de las fuerzas armadas del país. Fox deberá escoger a un secretario de la Defensa que, además de aceptar ser subordinado del comandante en jefe de las fuerzas armadas de México, reivindique para el Ejército su papel de la defensa nacional y, por lo tanto, lo aleje de las funciones policiacas en que se ha visto involucrado para perseguir por igual a guerrilleros y estudiantes que a narcotraficantes seleccionados.