MIERCOLES 18 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Exigen a EU en Costa Rica una "profunda revisión" de su estrategia


Rechazan ONG internacionales el Plan Colombia

Ť Deslindarse de ese proyecto militarista, demandan en la conferencia a Europa, Japón y Canadá

Blanche Petrich, enviada, San José, Costa Rica, 17 de octubre Ť Representantes de más de cien organismos internacionales no gubernamentales, entre ellos fuertes donantes de Europa y Estados Unidos, se unieron al "no" de las organizaciones no gubernamentales (ONG) colombianas al proyecto antidrogas que llevan adelante los presidentes Bill Clinton y Andrés Pastrana, y pidieron a la Casa Blanca "una profunda revisión de su estrategia" hacia esta nación andina ya que su actual política "exacerba la de por sí dramática situación" que vive el país sudamericano.

Y a los gobiernos europeos, Canadá y Japón, comprometidos para cooperar económicamente con el Plan Colombia, las ONG internacionales, que conforman un influyente lobby en los foros mundiales para diversas causas, reclaman también un nítido deslinde a las intenciones militaristas de ese proyecto antidrogas.

Los países del club de los ricos fueron emplazados a contribuir "a una genuina y duradera solución política y social al conflicto colombiano".

Organismos como Amnistía Internacional, Cáritas, Misereor y Oxfam, que asisten aquí a la Conferencia Internacional de Paz y Derechos Humanos en Colombia en representación de un centenar de grupos, se proponen profundizar la fractura que ya se resiente entre el bloque de países europeos y Estados Unidos en el enfoque hacia la "multicrisis" colombiana.

De hecho, son sólo dos los países del viejo continente --España y Noruega-- los que aún mantienen su respaldo al proyecto Clinton-Pastrana. En el seno de la Unión Europea el rechazo se generaliza y se espera que en la medida que avance el debate este bloque se deslindará totalmente.

"Los presidentes de Estados Unidos (Clinton) y de Colombia (Pastrana) vendieron a la Unión Europea este plan como una medida para la paz. Pero a nuestros gobiernos les queda cada vez más claro que no se puede lograr la paz a través de la agudización de la guerra", señaló Anna Dirksmeier, coordinadora de la organización de cooperación luterana Misereor.

Su gobierno, en Berlín, ya puso distancias con el plan patrocinado por Washington, y se espera que próximamente la Unión Europea, de manera oficial, lo haga también.

Este paso representaría un serio tropiezo para Estados Unidos, que mientras tanto ha optado aquí por "nadar de muertito", en el encuentro de San José.

La noche del lunes, durante la tardía inauguración del evento, fue leído un comedido mensaje del Departamento de Estado estadunidense, en el que después de saludar a los "honorables representantes" del gobierno de Bogotá y a los representantes de la sociedad de ese país, y de omitir olímpicamente la presencia de delegados de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, la oficina de Madeleine Albright mandó "felicitar a los participantes" e hizo votos porque se logre pronto "un acercamiento de nuestros objetivos" en pos de crear "un gran mapa para la consolidación de la paz y la democracia" en Colombia.

Acto seguido, los diplomáticos estadunidenses se retiraron para no volver.

En contraste, el despliegue diplomático europeo ha sido intenso durante estos días. Los embajadores de esos países en esta capital asisten, minuto a minuto, a las cinco mesas de trabajo que se desarrollan aquí y han escuchado con atención todo tipo de denuncias y peticiones de las organizaciones populares colombianas.

Aunque se advirtió desde el principio que este encuentro no generaría ninguna declaración o resolución final, se espera que el mensaje sea escuchado no sólo en Bogotá, sino también en la Casa Blanca.

Al menos esa es la apuesta de Jaime Prieto, el obispo de Barrancabermeja, una región que, dice el prelado, se encuentra en el "puro nudo de la guerra colombiana".

El religioso, que por muchos años ha actuado como gestor y mediador de innumerables gestiones de paz, insiste que tarde o temprano el gobierno de Estados Unidos tendrá que acusar recibo del clamor que se ha levantado en este encuentro en contra de su estrategia para solucionar la "multicrisis" colombiana. COSTA_RICA_COL.jpgOK

"Este encuentro es como un referendo donde la mayoría estamos diciendo no al Plan Colombia. Estamos todos, o casi todos. Y hay consenso", afirmó Prieto.

--ƑExiste la idea de proponer este referéndum como iniciativa?

--No, pero ojalá la hubiera.

El obispo de Barrancabermeja se muestra confiado en que Europa no "caerá en la trampa" del plan Colombia. "Aquí se está generando una presión diplomática bastante fuerte", manifestó, y agregó que "éste es sólo el principio".

Para el prelado la ausencia de delegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) --conocida entre los colombianos como la "diplomacia de la silla vacía", que se está haciendo habitual en esta organización insurgente-- no hace mella en el desarrollo del encuentro.

"Aunque de todos modos es una lástima. Muchos organismos colombianos habían cifrado su esperanza en la participación de las FARC. ƑPor qué no vivieron? Yo creo que un poco por desprecio a la sociedad civil. Y otro poco por soberbia. Se olvidan de que la soberbia es peligrosa cuando la lucha es larga", aseguró.

Por su parte, el gobierno del presidente Pastrana ha respondido con evasivas a la demanda de la sociedad civil de decretar un congelamiento de las acciones ofensivas del Plan Colombia por cien días.

"La solución va más allá de las treguas", dijo aquí el ministro de Desarrollo de esa nación, Augusto Ramírez Ocampo, enviado de Pastrana.

El funcionario recordó que al comienzo de las negociaciones con la guerrilla de las FARC su líder histórico, Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo, "nos dijo que quería un diálogo en medio de la paz, no de la guerra. Y fue él quien rompió el cese del fuego y abrió las hostilidades".

Nada más. Una y otra vez los intentos de los periodistas que asisten a la reunión, de obtener una respuesta oficial del ministro al plan de "cien días de paz" planteado aquí, han encontrado la hábil esgrima retórica del secretario de Estado.

Ramírez Ocampo desestimó las críticas que se han expresado en éste y otros foros al Plan Colombia por proponer una vía militar contrainsurgente camuflajeada detrás de la guerra contra las drogas, y afirmó, sin pestañear, que "sólo 8 por ciento" del costo de dicho proyecto contra el narcotráfico tiene un componente militar.

El plan Clinton-Pastrana contempla una inversión de 7 mil 500 millones de dólares en tres años (4 mil millones de aportados por Colombia, mil 600 millones por Estados Unidos y el resto, casi 2 mil millones, por la Unión Europea).

Fuera de este presupuesto, el gobierno de Estados Unidos aportará 60 helicópteros de alta tecnología y 500 asesores antinarcóticos para la lucha contra los cárteles.

"El Plan Colombia contempla una solución integral a la erradicación de los cultivos de droga, incluida la aplicación de recursos para el desarrollo de alternativas para los campesinos cocaleros", añadió por último Ramírez Ocampo.