MIERCOLES 18 DE OCTUBRE DE 2000

 

Ť Bernardo Bátiz Vázquez Ť

Civilitas

No podía haber sido más oportuna la aparición de la revista Civilitas que un grupo de amigos, agrupados en el Centro Lindavista, lanzó a la luz pública en julio de este año y que lleva a la fecha cuatro números mensuales.

La publicación se ocupa de tres temas entrelazados entre sí, que son: ética, política y ciudadanía, y repito que no podía ser más oportuna su aparición, porque precisamente con motivo del cambio político y de la inminente toma de posesión de sus cargos de los nuevos gobiernos, el federal y el de la capital de la República, se ha hecho necesario reiterar que la política sin un sustento ético carece de sentido y navega a la deriva por los mares de la ineficacia y la corrupción.

Uno de los temas que más ha interesado a los integrantes del Consejo Editorial y al equipo de colaboradores, dentro del cual me encuentro, es elaborar, para quienes quieran usarlo, un marco de referencia ético para la toma de decisiones en materia política.

Llegan al poder políticos que habían militado en las filas de la oposición, pero un buen número de ellos no ha contado con experiencias administrativas previas y por lo tanto requerirá de una guía clara y oportuna que le permita tomar determinaciones mediante análisis de la realidad, que normalmente requerirían de un proceso más o menos largo, pero que las exigencias de la inminencia de los problemas políticos cotidianos hará que se deban tomar sobre la marcha.

Para pensar éticamente, según la propuesta de Civilitas, es necesario seguir unos pasos mínimos, que parecen obvios, pero teniéndolos a la mano en un pequeño esquema facilitan la opción.

ƑCómo debemos analizar un problema sobre el que hay que tomar una decisión iluminada? ƑQué preguntas debemos hacernos al respecto? ƑQué factores debemos tomar en cuenta por ser más importantes o decisivos para que la opción sea la correcta?

En primer lugar se requiere la información adecuada, pero, inmediatamente después, habrá que hacer un análisis de esa información a la luz de los valores, y para ello los autores proponen analizar antes que nada qué beneficios y qué daños produciría la acción que se pretende tomar y cuál alternativa puede llevar a las mejores consecuencias. Enseguida debe verse de qué manera se afectan los derechos de las partes afectadas por la toma de una decisión y cuál de las posibles respeta mejor esos derechos.

Posteriormente, se tienen que analizar cuestiones de igualdad y equidad, averiguar si es un asunto en que debe tratarse a todos iguales o bien si es un caso en el que se justifica una razón de excepción.

Otro tema que no puede quedar fuera del análisis es el de la relación entre nuestra posible decisión y el bien común. En caso de incompatibilidad entre un bien colectivo y bienes personales, o de grupos o categorías sociales, deberá optarse por el primero.

A la luz de estas reflexiones y buscando la formación de políticos y ciudadanos que ejerzan sus derechos y cumplan con sus obligaciones cada vez más conscientes de la importancia que para la colectividad tienen las acciones y decisiones personales, Civilitas seguramente influirá de manera positiva en estos momentos tan importantes para el país, en el que cada quien debe asumir su responsabilidad y actuar buscando que la democracia se afiance en nuestro suelo y que la justicia social sustituya las actuales formas injustas de distribución de los bienes que entre todos producimos.

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