RETRATO DE LA DELINCUENCIA ELECTORAL
El gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo Pintado, erigiéndose
al margen de la ley en autoridad electoral, otorgó el triunfo en
los comicios del domingo a su protegido Manuel Andrade Díaz y describió
la jornada como "limpia, creíble, legitimada por el voto ciudadano
y reconocida por los organismos ciudadanizados".
En cambio, los principales partidos de oposición
--PRD, PAN, PT, PVEM--, Alianza Cívica, diversos priístas
tabasqueños, el gobernador electo de la vecina Chiapas, Pablo Salazar
Mendiguchía, así como medios de información nacionales
e internacionales --habida cuenta de que casi todos los estatales integran
la mafia político-empresarial de Madrazo Pintado-- reportaron la
comisión de un fraude electoral inocultable y vergonzoso, que empezó
mucho antes del domingo y que incluyó la compra y coacción
de sufragios, el acarreo de votantes, la utilización masiva e ilegal
de recursos públicos en la campaña del candidato del gobernador,
la constitución de centros de adulteración de resultados
y de espionaje a la oposición y la contratación de firmas
encuestadoras obsequiosas que, según los indicios, difundieron resultados
preliminares conforme al gusto del Ejecutivo estatal.
Las evidencias del fraude son de tal magnitud, sin embargo,
que el propio Instituto Electoral de Tabasco, mayoritariamente integrado
por madracistas, hubo de suspender el conteo, tuvo que posponer la difusión
de los resultados oficiales --que habrían debido presentarse mañana--
hasta el próximo domingo, y se vio obligado a reconocer que las
cifras de su programa de resultados preliminares son insostenibles, habida
cuenta de las inconsistencias asentadas en las actas de casilla.
Es significativo que en esta ocasión, en el intento
de imponer a un sucesor que le cuide las espaldas, Madrazo haya apostado
a una circunstancia similar a la que, hace seis años, le permitió
ocupar la gubernatura de manera espuria: el vacío de poder característico
de la transición presidencial. Hoy, sin embargo, parece difícil
que el entorno ciudadano del país, más maduro y con mayor
conciencia cívica que en 1994, se resigne a soportar un gobierno
estatal surgido del fraude. Adicionalmente, el priísmo tabasqueño,
que hace un sexenio era una maquinaria cohesionada y eficiente, ha sido
destruido por el propio Madrazo y ha quedado reducido a su núcleo
más duro y arcaico, empeñado en mantenerse en el poder estatal
y a conquistar la presidencia nacional del PRI como formas de evitar que
se ventilen y procesen las responsabilidades penales que tiene pendientes.
Las más recientes son las relacionadas con el ensayo
de distorsión de la voluntad popular efectuado el domingo. Si se
toma en cuenta que el Tribunal Electoral de Tabasco es hechura de Madrazo
Pintado, resulta claro que la instancia realmente capacitada para restaurar
esa voluntad popular es el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación, y a ello deben consagrar sus esfuerzos las fuerzas políticas
y las organizaciones ciudadanas, que en las horas recientes han empezado
a documentar el fraude. Es necesario, además, que el Congreso de
la Unión retome las solicitudes de juicio político contra
Madrazo Pintado y que éste, al salir del cargo, sea sometido a investigación
por las autoridades de procuración de justicia. Los elementos para
ello son del conocimiento público desde hace cuando menos un lustro. |