MARTES 17 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Importante número de ingenios "en una etapa de virtual quiebra", afirman
El sector azucarero presentó propuestas al equipo de Fox
Angélica Enciso L. Ť La industria azucarera atraviesa una etapa "económica y financiera muy difícil, al grado de que un número importante de ingenios que operan hoy en el país están en una etapa de virtual quiebra", advierten en un documento industriales, cañeros y sindicato al equipo de Vicente Fox Quesada, al señalar que es impostergable el cambio estructural del sector.
En un texto consensado por la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera (CNIAA), la Unión de Nacional de Productores de Caña de Azúcar de la CNC, la Unión Nacional de Cañeros de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales y el Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana, se propone una mesa de trabajo que formule propuestas para la integración y solución de los problemas de la agroindustria con compromisos de transición que permitan revertir su descapitalización.
El texto entregado al coordinador económico Luis Ernesto Derbez señala que la industria azucarera, considerada como actividad de interés público, se reprivatizó entre 1988 y 1991, pero quedó pendiente la revisión de fondo de la política del sector.
Precisa que cerca de 440 mil trabajadores, jornaleros, agricultores y transportistas dependen de esta actividad en forma directa, además de que casi 2.5 millones de personas más se dedican a trabajos relacionados con el azúcar.
Indica también que de la producción nacional, 58 por ciento es para uso industrial --refrescos--, 32 por ciento es de uso doméstico y el 10 por ciento restante se exporta al mercado mundial.
La crisis del sector comenzó en 1990 por la importación indebida de 1.8 millones de toneladas, aunado al desorden en el mercado interno. Destaca los altos niveles de endeudamiento y descapitalización y el "nulo acceso al financiamiento, el que se tiene es insuficiente, caro e inoportuno".
Entre las propuestas se menciona que es necesario establecer una política integral de corto, mediano y largo plazos con el consenso de todos los sectores, así como un área específica del gobierno que instrumente y vigile la política industrial. También, indica, es necesario un sistema de ventas de azúcar que garantice el abasto nacional y favorezca el orden en el mercado del dulce.