MARTES 17 DE OCTUBRE DE 2000
Ť La manifestación, organizada por Farrakhan y el líder de la secta Moon
Marcha del Millón de Familias frente al Capitolio
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 16 de octubre Ť Cientos de miles de personas, en su mayoría de raza negra, mezclados con pequeñas agrupaciones de blancos, asiáticos, latinos e indígenas, se congregaron hoy en una de las manifestaciones más grandes de la última década frente al Capitolio, en lo que se llamó la "Marcha de un millón de familias", por el fortalecimiento de las comunidades locales, la familia, y para superar la pobreza.
El programa de 150 páginas dado a conocer por el principal convocante de la manifestación Louis Farrakhan, líder de la organización musulmana estadunidense, Nación de Islam, incluye demandas sociales que van desde resolver el problema de los sin techo, la pobreza y el apoyo por servicios de salud para todos, hasta un retorno a la responsabilidad individual y el fortalecimiento de las familias.
Aunque en el pasado Farrakhan ha sido acusado de promover un ultra nacionalismo negro, hoy intentó abrir el abanico de sus bases, e incluyó como copatrocinador del acto a un millonario ultraderechista coreano, el reverendo Sun Myung Moon.
La participación de cientos de miles de personas, en su mayoría negros en esta manifestación, es una indicación del fracaso de otras organizaciones nacionales negras de ocupar un espacio político que representa los intereses de la comunidad negra, así como una demostración del apoyo que goza el controvertido líder musulmán. Además, la masiva participación -fue una de las más grandes de los últimos diez años- también señala el fracaso de esta sociedad para abordar los altos niveles de pobreza, falta de servicios de salud, y vivienda que afectan a las comunidades pobres en las zonas marginadas urbanas durante el auge económico más sostenido en tiempos recientes.
Es precisamente en este espacio en que se ha colocado Farrakhan con un mensaje populista, a favor de la responsabilidad individual y del "orgullo negro" exigiendo la solución de los problemas sociales producto de una historia de racismo y discriminación. Al mismo tiempo, esta mezcla de mensajes "progresistas" con otros que podrían ser considerados conservadores, se hace hasta más complicada, ya que los que deciden ser fieles a la corriente de Farrakhan deben adoptar una filosofía rígida islámica que obliga a las mujeres a vestirse cubriéndose la cabeza y aceptar vivir en casa mientras los hombres asumen el papel tradicional de jefe de familia.
Lo sorprendente no es que Farrakhan pueda atraer a cientos de miles de habitantes de las zonas pobres urbanas y que cuentan con pocas instituciones de apoyo, sino que ha logrado ampliar esa base con sectores más progresistas de la comunidad negra.
Se recordará que es este mismo Farrakhan el que pidió el asesinato del legendario líder negro Malcolm X, y que años después admitió haber ayudado a "crear un clima" que condujo a ese crimen, aunque ha negado otras versiones de haber participado en la organización del asesinato.
Más recientemente, Farrakhan fue criticado por el establishment político de este país después de haber calificado a los judíos de "chupasangres", o de organizadores del comercio de esclavos, y en otro momento dijo que los blancos eran "demonios". En parte para superar esta reputación, Farrakhan ha buscado alianzas con otros sectores, y el acto de hoy fue organizado junto con el movimiento religioso encabezado por el reverendo Moon, y también permitió hablar en el mitin a otros líderes religiosos, entre ellos cristianos y hasta un judío.
Pero aún hay cierta cautela entre el mundo político sobre la figura del líder musulmán, y ninguno de los principales candidatos a la presidencia apoyó la marcha. Pero los dignatarios invitados hoy representaron una diversidad mucho más amplia que hace cinco años, cuando Farrakhan organizó la marcha de un millón de hombres, a la que acudieron más de 700 mil personas.
Entre los presentes hoy estaban legisladores federales negros, entre ellos el ex Pantera Negra Bobby Rush, la esposa del reverendo Jesse Jackson, varios artistas del movimiento hip hop, como la cantante Whitney Houston, y hasta el líder sandinista Daniel Ortega.
Farrakhan, en un discurso de dos horas, ofreció una mezcla de retórica populista con mensajes conservadores, desde la defensa de la mujer, pero en contra del aborto, hasta el fin de la pobreza, pero invitando a los negros a hacer sus propios negocios; condenó el racismo, pero defendió la idea de mantener "puras" las razas. Aunque su público en varias ocasiones pidió que se lanzara a la presidencia, el líder negro insistió en que la política no le permitiría ser un servidor a la "verdad".
Pero todo su tono era el de un político. "Este gobierno supuestamente era uno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo", declaró Farrakhan, citando una de las frases más famosas de la Declaración de la Independencia. "Pero en su lugar este es un gobierno para los ricos, por los ricos y de los ricos". Señaló que la "avaricia empresarial" ha tomado el control de la política en este país, y con ello ha robado el voto del pueblo.
Su discurso culminó con un "síganme a mí", convocando a un movimiento para promover el desarrollo económico de los pobres, mantener presión sobre los políticos y por la "unidad", pero eso sí, y no lo disfrazó mucho: unidad en torno a él.
Este acto registra una amplia necesidad de representación política efectiva de un enorme sector estadunidense. Esta manifestación a la vez demuestra un amplio desencanto y un aviso a los políticos, sólo por sus dimensiones. Pero también genera una pregunta: Ƒdónde están los otros líderes sociales que han dejado un vacío tan enorme para que lo ocupe un hombre tan cuestionado?