LUNES 16 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Mireya Moscoso acordó con Pastrana reforzar la vigilancia en la frontera


Atacan paramilitares colombianos un caserío en Panamá

Fernando Martínez, corresponsal, Panamá, 15 de octubre Ť Una niña indígena muerta, nueve civiles y tres policías heridos, fue el saldo de una ataque perpetrado esta madrugada por una columna de paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia al caserío de Nazaret, en la provincia de Darién, cerca de la frontera panameña con Colombia.

Residentes de Nazaret, un reducido grupo de unidades de la policía nacional, respondió el fuego de los atacantes, lo que provocó la intensificación de la balacera y la confusión generalizada de la población emberá de Nazaret.

Según los primeros testimonios recabados por las autoridades, los atacantes portaban pañoletas, que tenían inscrito "batallón contraguerrilla", utilizaron fusiles y morteros contra chozas de paredes de cáñamo.

La presidenta panameña, Mireya Moscoso, se trasladó esta tarde en helicóptero al lugar, desde donde declaró que se comunicó con su par colombiano Andrés Pastrana y acordaron reforzar la frontera desde ambos lados.

Los atacantes, dijo Moscoso, "nos han mandado un mensaje que hemos recogido y vamos a reforzar todos estos pueblos", mientras el director de la Policía, Carlos Barés, dijo que Colombia debe preocuparse "más por proteger sus fronteras".

En tanto, Nils Castro, secretario de relaciones internacionales del opositor Partido Revolucionario Democrático dijo a La Jornada que se trata de "la continuación de las provocaciones que se vienen realizando en la zona fronteriza para involucrar a Panamá en el conflicto y justificar la intervención de Estados Unidos a mayor escala".

Recordó que el llamado comandante Alemán, de las bandas paramilitares que operan en la zona, acusó hace una semana a la Policía Nacional de complicidad con las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y amenazó con realizar ataques a los puestos fronterizos panameños para evitar que la provincia se convirtiera en un "santuario de las guerrillas".

El ataque ocurrió a un día de que representantes del gobierno de Colombia, de la guerrilla y la sociedad civil, así como de la Unión Europea, Estados Unidos y América Latina, inicien en San José, Costa Rica, una reunión para analizar el proceso de pacificación colombiano, destacaron agencias internacionales de prensa.

La denominada Conferencia sobre la Paz y los Derechos Humanos en Colombia que se realizará durante tres días y a la que asistirán unos 330 delegados, tendrá como telón de fondo el análisis del controvertido Plan Colombia que pretende combatir la producción y tráfico de drogas.

A última hora, las FARC, que habían rechazado participar en el encuentro, confirmaron su presencia.

En tanto, el FBI y las autoridades colombianas buscan a Gustavo Rueda, comandante de las FARC, que el 29 de agosto ordenó el estallido de bombas durante la visita del presidente Bill Clinton a Cartagena, señaló el diario bogotano El Tiempo.

Finalmente, 19 personas murieron y más de 20 resultaron heridas al accidentarse un autobús repleto de turistas en una zona montañosa del municipio colombiano de Caquetá, mientras que la explosión de una bomba en un centro de rehabilitación de drogadictos en la ciudad colombiana de Cali, por parte de un ex interno, cobró la vida de dos menores y 12 personas más resultaron lesionadas.