DOMINGO 15 DE OCTUBRE DE 2000
Ť La semana política en Estados Unidos
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 14 de octubre Ť ƑBombardear o no bombardear? En parte dependerá, como mucho en la respuesta estadunidense a la actual crisis de Medio Oriente, del cálculo del efecto electoral que pudiera tener aquí cualquier acción en la región.
La crisis de Medio Oriente inmediatamente se convirtió en un factor de la política electoral en Estados Unidos. El ataque contra el buque de guerra estadunidense en Yemen, los más de cien muertos en 17 días de violencia entre israelíes y palestinos y el ataque a las oficinas de Yasser Arafat por bombardeos israelíes, así como el incremento del precio de petróleo y el nerviosismo en los mercados bursátiles, que se tradujo en un desplome de 300 puntos en la Bolsa de Valores de Nueva York, esta semana, llevaron a que el conflicto se convirtiera no sólo en preocupación central para el actual ocupante de la Casa Blanca, sino también para los candidatos que buscan llegar a la presidencia en las elecciones que se celebrarán dentro de menos de tres semanas.
Con el ataque terrorista (concepto que no se aplica cuando un buque de guerra lanza un misil contra un pueblito o soldados matan a niños de 12 años) contra el buque de guerra USS Cole, que dejó 17 marinos muertos, el conflicto ha cobrado sangre estadunidense. La ultima vez que esto ocurrió, Estados Unidos buscó la revancha inmediata. Después de atentados en sus embajadas en Kenia y Tanzania, Clinton ordenó el bombardeo de blancos en Afganistán y Sudán. El ataque contra una supuesta fábrica de armamentos químicos para actos terroristas en Sudán resultó en la destrucción de una fábrica de productos farmacéuticos. Pero lo que importaba entonces era el mensaje político.
Ahora, mientras 50 agentes estadunidenses examinan el buque y los servicios de inteligencia buscan el grupo "terrorista" responsable de tan "salvaje" ataque, Clinton de nuevo deberá evaluar si desea un contrataque "demoledor". Pero con la elección presidencial tan cerca, un factor clave en su decisión será el impacto que su decisión tenga sobre la competencia electoral.
Por el momento, la crisis en Medio Oriente ha obligado a los dos principales candidatos a la presidencia a apoyar la política estadunidense en curso. Siempre en momentos de crisis internacional como éste, en donde corre sangre estadunidense, los políticos locales tienden a expresar su apoyo a la presidencia. El candidato demócrata y vicepresidente Al Gore suspendió su gira electoral para regresar a Washington y aparecer a lado del comandante en jefe, aprovechando esta imagen para sus propósitos electorales. El republicano George W. Bush expresó apoyo a la posición de la Casa Blanca en el conflicto. Con ello, hay un efecto complicado para ambos en la recta final: están obligados a expresar unidad sobre el tema.
Pero eso no durará mucho. Bush ya ha buscado la manera de señalar que esta crisis demuestra que sus críticas a la política del equipo Clinton-Gore en la Casa Blanca son correctas: hay dependencia del petróleo extranjero y existe falta de preparación y recursos adecuados para el sector militar. Gore, consciente de que históricamente el nivel de apoyo al presidente se incrementa cuando hay crisis internacionales en las que se encuentra involucrado Estados Unidos, espera que ese fenómeno beneficie su candidatura.
El conflicto también afecta la estrategia electoral en otras formas. El candidato a la vicepresidencia republicano es un ex secretario de Defensa. Su contraparte demócrata es el primer judío (con absoluto apoyo a Israel) en una fórmula presidencial de los dos partidos principales. Ambos utilizarán esto dentro de su estrategia electoral.
Para Gore, que según la última encuesta CNN/Time está ahora cinco puntos por debajo de Bush, con 43 contra 48 por ciento del republicano, la crisis representa una buena oportunidad para destacar su mayor experiencia en asuntos de política exterior. Sin embargo, el mismo sondeo encuentra que los encuestados creen que Bush haría un mejor papel en Medio Oriente que Gore.
Entre los políticos de la cúpula del poder, salvo algunas excepciones, no hay gritos de protesta por la muerte del niño palestino, cuya imagen en brazos de su padre se trasmitió en todo el mundo. ƑPor qué? Será que no se llamaba Elián, o que por ser palestino no pesa en las políticas internas para Estados Unidos. Esa muerte no formó parte del discurso sobre el "interés nacional", la "seguridad nacional" y los "derechos humanos", que tanto importa en la retórica oficial.
Clinton viajará a Egipto para participar en la cumbre de emergencia entre Israel y los palestinos. Mientras tanto, sus agencias de inteligencia buscan a quien responsabilizar por las bajas militares estadunidenses en el acto "terrorista" de Yemen, y cuya lista de sospechosos incluye a Osama Bin Laden, quien fuera acusado de las explosiones en las embajadas estadunidenses en Africa. Contra él se bombardeo la fábrica en Sudán y un campamento en Afganistán. Ahora se espera la orden del contrataque.
Y en esta espera, se calcula cualquier decisión sobre el conflicto, no sólo en torno a cuestiones geopolíticas, ni necesariamente en el interés de promover la paz, y al parecer tampoco para evitar la muerte de un niño más, sino también por su impacto político y electoral en Estados Unidos.