DOMINGO 15 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Calidad, sólo en grandes construcciones: OAPC
Sólo 20 años, la vida útil de la vivienda popular en México
Ť Constructoras foráneas acaparan gran parte de obra pública, señala
Víctor Zendejas Ť La vivienda en México se construye para una vida útil de 20 años, con altos costos de mantenimiento, materiales que no son los adecuados. Se requiere de una buena gestión de calidad que permita aumentar la vida útil de la habitación popular a 40 años.
De esa forma se podría disminuir a más de la mitad el costo de mantenimiento para ofrecer un mejor nivel de vida a los mexicanos, sin erogar más recursos para sus propiedades particulares.
José Francisco González Prado, presidente de la Organización Asia-Pacífico de Calidad (OAPC), quien participó en el Congreso Nacional de Control de Calidad, precisó que en las grandes construcciones en México ya se han establecido sistemas de calidad, aunque no en todos los casos están siguiendo un buen enfoque. Algunas enfatizan la documentación y la inspección y no dan suficiente importancia a la prevención y a las buenas prácticas.
Recomendó a las empresas involucradas orientar sus sistemas de calidad hacia el valor agregado y reforzar así la competitividad para frenar la agresividad con la que están compitiendo las constructoras extranjeras en nuestro país que se están llevando la mayoría de la gran obra pública.
Otro experto en normas de calidad, invitado a México por el Instituto Mexicano de Control de Calidad (Imecca), el chileno Alfredo Sarmiento, aseveró que en Latinoamérica la industria de la construcción es la más rezagada en cuanto la aplicación de sistemas de gestión de calidad, lo que provoca tanto reprocesos y desperdicios como obras de mediana calidad, principalmente a nivel de las constructoras medianas.
Señaló que en promedio la industria de la construcción eroga 20 por ciento del costo de la obra en costo de calidad que fácilmente podrían reducirse a 5 por ciento ahorrándose hasta 20 por ciento del costo de la obra, lo cual podría utilizarse en el empleo de mejores materiales.
Sarmiento precisó que la industria de la construcción tiene características particulares que han servido de excusa para no establecer sistemas de calidad o para justificar los retrasos que se observan respecto de otras industrias, entre los que destacan que el lugar, los métodos y los equipos de producción difiere de cada proyecto.
Agregó que como resultado de esos factores son pocas las empresas que han iniciado esfuerzos por mejorar la calidad, en su concepto amplio de gestión, en su mayoría exigidas por constructores "extranjeros que tienen experiencia en la implementación de estos sistemas".
Para el experto chileno se ha observado una falta de involucramiento de los organismos estatales en el establecimiento y exigencia de sistemas de aseguramiento y gestión de calidad efectivos.
La mayor barrera para tener sistemas de calidad, añadió, ha sido la visión cortoplacista y la falta de compromiso de los niveles gerenciales sumado un enfoque sesgado de certificación bajo normas internacionales.