Ť ¡Cierren todo, cierren todo!, ordenó asesor priísta
Reciben a balazos a perredistas en cuartel de cibermapaches
Ť "Si nos vas a dar, tíranos al cuerpo, animal", le gritó Quintero
Jaime Avilés, enviado, Villahermosa, Tab., 14 de octubre Ť "¡Imbécil!, ¿me quieres dejar sordo?", gritó Carlos Imaz, cuando la pistola tronó a cinco centímetros de su oreja.
"Si nos vas a dar, tíranos al cuerpo, animal", ordenó entonces Armando Quintero, mientras la tercera bala rebotaba a sus pies. Con una escuadra de 9 milímetros en la mano derecha, Manuel Zendejas Carmona, asesor de informática del gobierno de Tabasco, dejó de disparar, sorprendido por la insólita reacción de quienes, al frente de un grupo de diputados, senadores, dirigentes nacionales y estatales del PRD, trataban de entrar en el cuartel general de los mapaches cibernéticos de Roberto Madrazo.
Dicho de otra forma, hoy a las 11 en punto de la mañana, la plana mayor del perredismo y docenas de reporteros de todos los medios llegaron a las oficinas de la empresa Chocoweb.com, donde encontraron una antena parabólica, un complejo sistema de cómputo, cajas repletas de tinta indeleble, una copia completa de la base de datos del padrón electoral de la entidad, montones de actas de escrutinio, urnas, mamparas y otros materiales correspondientes a diversos procesos electorales de cuatro estados de la República, una planta de luz marca Powermate Pro-Gem 2000, dos cámaras de circuito cerrado y dos automóviles de la Contraloría de Tabasco, presuntamente robados, porque sus placas de circulación no checan con el engomado del parabrisas trasero.
Pero volvamos al principio: cuando los cazamapaches irrumpieron en la planta baja del edificio número 136 de la calle Carmen Buendía de Candela, colonia Nueva Villahermosa, el ingeniero Zendejas ?un hombre alto y robusto, de pelo blanco y camisa a cuadros?, salió al encuentro de los visitantes y los agredió a empujones, mientras aullaba hacia las alturas: "¡Cierren todo, cierren todo!", al tiempo que se colocaba ante la boca de la escalera, abriendo los brazos como un portero en trance de penalty. El diputado Martí Batres lo pescó del bíceps derecho en lo que otra persona lo aferraba del izquierdo y entre ambos lo levantaron en vilo, para subir, cargándolo, hacia el primer piso. Encolerizado, Zendejas echó a correr hacia arriba, clamando de nuevo: "¡Cierren todo!".
Por su parte, el diputado Armando Quintero, el dirigente capitalino Carlos Imaz y el senador chiapaneco Rutilio Escandón intentaron forzar la puerta del único despacho de la planta baja. Zendejas regresó para enfrentarlos, auxiliado ahora por un vigilante privado, a quien de pronto le pidió una pistola. El guarura le entregó el arma y Zendejas entonces cortó cartucho, apuntando al senador Jesús Ortega. Ante las voces de alarma que se esparcían entre los perredistas, el matón en potencia se envalentonó y soltó el primer plomazo al aire. Y como todo el mundo corriera, jaló del gatillo otra vez, muy cerca de la cabeza de Imaz, quien le dijo, apoyado por Quintero: "Imbécil, ¿me quieres dejar sordo?".
Sorprendidos los tres ?Imaz por haber gritado algo tan absurdo, Zendejas por haberlo oído y Quintero por haberse quedado quieto?, el distinguido colaborador de Madrazo disparó hacia el suelo, mientras el coordinador de los diputados del PRD en la Asamblea Legislativa lo desafiaba: "Si nos vas a dar, tíranos al cuerpo, animal". Esto paralizó al cibermapache, mas no a su guardaespaldas, que cegó al senador Escandón con una nube de gas pimienta. Y entonces entraron en escena los fotógrafos y allí terminó el primer acto de lo que sería un largo sainete.
Un hombre astuto
Con la pistola encajada en la parte trasera del pantalón, Zendejas empezó a negociar con quienes, ahora en tumulto, le ordenaban que abriera el despacho de la planta baja. Ante su negativa, alguien se introdujo por un hueco en lo alto del muro y desde adentro deslizó la hoja corrediza de la única ventana, para que entráramos algunos reporteros. El sitio resultó ser una bodega donde había propaganda de Manuel Andrade, candidato del PRI al gobierno de Tabasco; actas de escrutinio de las elecciones del 2 de julio; cajas repletas de tinta indeleble; copias del padrón electoral con fotografía, dividida por casillas; mamparas, carteles y papelería diversa, relativa a distintos comicios de Tabasco, Veracruz, Sonora y Guerrero, así como actas de acuerdos tomados por el Instituto Electoral de Tabasco (IET), cuyo presidente actual, Leonardo Sala Poisot, se presentó en la mapachera una hora más tarde y desarmó a Zendejas por las buenas.
Con el apoyo del consejero electoral Joaquín Díaz Esnaurrizar, la presidenta y el secretario general del PRD, Amalia García y Jesús Zambrano, lo mismo que el dirigente estatal Octavio Romero Oropeza, escoltaron a Zendejas hasta el tercer piso, junto con Sala Poisot, para revisar, en teoría, otras dos oficinas. Pero ante la puerta de la primera de ellas, Zendejas comenzó a ganar tiempo, diciendo que no abriría si no se retiraba la prensa; desde adentro brotaba un olor a papeles quemados y se percibían ruidos de hojas y hojas que eran desgarradas.
Para que los dirigentes entraran, Zendejas exigió que no pasara la prensa. Así que nos quedamos afuera, y mientras se efectuaba la invisible revisión, comenzaron a aparecer cajetillas de cigarros apachurradas como pan bimbo, lo que habla de la estrechez en que se hallaba la prensa. Veinte minutos después, salieron García, Zambrano, Romero, Salas y Zendejas, pero la presidenta del PRD se limitó a decir que había "un cuartito al que no nos dejó entrar". Pero entonces pidieron ver la oficina de enfrente. Cada vez más seguro de sí mismo, y notablemente menos pálido, Zendejas ganó otros 15 minutos, alegando que si no se retiraban los periodistas no abriría. Cuando al fin lo hizo, dijo a sus colaboradores que estaban en el interior: "María 14, María 14". Era la clave.
Lo que nadie sabe es lo que sucedió allá adentro. En la versión de Zambrano, había varias computadoras, pero Zendejas impidió que las examinara un experto del PRD en la materia. "Nos dio un password, pero no pudimos ver nada", contó. Al ver que allí estaba el cerebro de la estructura cibernética que, conectada a la antena parabólica, se enlaza con el Programa de Resultados Electorales Preliminares del IET, el secretario general del PRD echó su última carta: "Si no nos dejas entrar a tu red, vamos a desconectar todo el equipo", dijo. Zendejas contestó: "Si lo haces, me vas a causar un daño de muchos millones de pesos". Pese a la advertencia, Zambrano desenchufó todos los cables, advirtiendo: "Asumimos la responsabilidad".
La ley en Tabasco, "un asco"
Pero a lo largo de las casi tres horas que permanecieron allí ?mientras afuera, después de siglos, llegaba el Ministerio Público a dar fe de los cartuchos percutidos que había en la planta baja?, Zendejas nunca consintió en abrir una puerta sobre la cual estaba un cartel de letras muy grandes: "Prohibida la entrada a toda persona". Los perredistas nunca adivinaron que detrás de esa advertencia, adentro, en un cuartito, estaba una muchacha sentada ante la pantalla de la computadora maestra, borrando montañas de información clave sobre la elección de mañana.
Todo iba de lo más bien. El PRD había asestado un golpe mortal a la estructura del fraude cibernético de Madrazo. Pero, como se alargaban las horas y nadie había comido, Amalia García dispuso que dos diputados federales, Adela Granier Cáceres y otro cuyo nombre no trascendió, se quedaran en custodia del despacho y de la puerta prohibida, apoyados por un buen número de militantes campesinos que permanecían abajo en la calle. No obstante, al retirarse los dirigentes nacionales, acompañados de Sala Poisot, Zendejas invitó a la diputada Granier a que penetrara finalmente en el misterioso cuartito, donde su empleada, en menos de cuatro horas, había borrado todo. Y como la legisladora se convenciera de que ya no había nada que vigilar, abandonó el edificio tan quitada de la pena, con lo que los mapaches recuperaron la pieza neurálgica de su estrategia delictiva.
En la calle, Sala Poisot dio entonces una primicia. Dijo que Chocoweb.com había sido contratada por el IET para fungir como "espejo" de las computadoras del instituto a su cargo, pero negó que Zendejas fuera empleado del gobernador. Sin embargo, un documento oficial de la Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo del gobierno de Tabasco, demuestra que el matón potencial figura como "asesor en informática" de la dependencia. Y pese a que disparó un arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, y que de esta forma atacó a un grupo de legisladores federales, el Ministerio Público no consideró necesario arrestarlo ni practicarle la prueba de radizonato de sodio, ni resguardar el edificio para realizar las necesarias investigaciones. Nada, simplemente lo dejaron ir porque en Tabasco no existe la ley ni quienes la defiendan.
Pero mientras todo esto ocurría en la vida real, en la radio y en la televisión locales la versión oficial repetía que "un grupo de porros del PRD, encabezados por El Mosh, El Diablo y El Gato, atacaron a un pacífico ciudadano, quien por otra parte denunció que estaba a punto de pagar los salarios de sus empleados, pero que los vándalos le robaron la nómina, por lo que presentará una denuncia".
Asómbrese usted. Esto es Tabasco en octubre del año 2000, a sólo unas horas de las elecciones.