VIERNES 13 DE OCTUBRE DE 2000

 

Ť Luis Javier Garrido Ť

El escándalo

el escándalo brindado por Carlos Salinas y Ernesto Zedillo en el otoño de 2000 no hace más que hundir a ambos individuos en un mayor descrédito, pero no merma en nada el poderío económico de los salinistas que siguen siendo dueños del país, y por lo mismo recuerda a Vicente Fox que su dilema real es enfrentarse o subordinarse a ellos.

1. La quinta visita "oficial" de Salinas a México desde marzo de 1995 no sirvió a fin de cuentas para presentar el libro México. Un paso difícil a la modernidad, con el que pretende justificarse históricamente, o para lanzar una andanada contra Zedillo en la emisión Zona Abierta de Héctor Aguilar Camín (7 de octubre), sino para que su hermano Raúl lo exhibiera con toda premeditación en una grabación clandestina (10 de octubre) recordando a los mexicanos lo que todos sabíamos: que en sus crímenes actuaron en connivencia y que parte de su incalculable fortuna proviene no sólo del narco sino del peculado.

2. El viaje sirvió también para evidenciar que quienes siguen gobernando el país tienen un enorme desprecio por los mexicanos, a los que no dejan de agraviar.

3. Este escándalo mostró el nivel de descomposición de la tecnocracia en el poder y la inviabilidad de las instituciones políticas, financieras y sociales en las condiciones actuales, pero sobre todo manifestó la urgencia que reviste para el nuevo gobierno tomar decisiones políticas fundamentales a fin de quebrar en definitiva al antiguo régimen: no sólo procesando a Carlos Salinas y a un buen número de miembros de la tecnocracia gobernante, como se demanda de manera creciente, sino desmantelando el aparato de poder del narcosalinismo, que involucra a amplios sectores del Estado y de instituciones privatizadas como la banca y entidades de servicios.

4. El régimen priísta se termina con sus dos últimos gobernantes violando la legalidad del país y las normas no escritas del "sistema", y por lo mismo ya no tiene importancia precisar que la ruptura definitiva entre Zedillo y su predecesor vino del incumplimiento de aquél al pacto verbal que efectuaron en casa de Arsenio Farell el 3 de marzo de 1995 y por el cual se comprometió a no hacer nuevas acusaciones a Raúl.

5. La confrontación entre Salinas y Zedillo --se olvida-- no entraña sólo una disputa por su responsabilidad personal en el "error de diciembre" de 1994 y la devastadora crisis económica que le siguió, sino que es parte de un escenario más vasto: la lucha que libra cada uno de ellos por defender sus intereses económicos y mantener una influencia determinante en el próximo sexenio, de ahí que se parezca tanto a la que libraron Frank Nitty y Bugs Moran en el Chicago de los 30. Zedillo filtró durante seis años informaciones sobre los nexos de Raúl Salinas Lozano y de sus hijos con los cárteles del narcotráfico (aunque la acusación a Raúl sea por "enriquecimiento inexplicable"), y ahora Salinas se la revira en su libro recordándole que él no es inocente, pues se ha señalado a su hermano Rodolfo Zedillo vinculado con Amado Carrillo, El Señor de los Cielos (pág. 1260).

6. Los principales beneficiarios de este escándalo son sin duda Vicente Fox y sus colaboradores, que aparecen por encima del sistema en descomposición, de la misma manera que los principales perdedores son una vez más quienes aún se asumen como integrantes del PRI y que no han recibido una respuesta ante los acontecimientos. No sorprende que la confrontación esté siendo bien recibida por un sector de académicos y de empresarios, en especial de aquellos vinculados con Carlos Salinas, que la están aprovechando para aparentar que han tomado distancia frente a éste y así lavar su imagen, aunque hayan sido pilares del salinismo, estén asociados con Salinas y sigan representando sus intereses, todo ello para acomodarse en el nuevo régimen.

7. La reacción de Fox es en extremo preocupante, pues en entrevistas o a través de sus voceros ha buscado minimizar los acontecimientos, haciéndolos aparecer como pleito de lavandería entre dos priístas desprestigiados, y ni él ni sus colaboradores parecen tener una visión de Estado ante el desafío que les espera a partir del 1Ɔ de diciembre, como tampoco estar dispuestos a desmantelar el "sistema" anteponiendo los intereses de la sociedad a aquéllos de los grupos dominantes. La transición de un gobierno surgido del PRI a otro no priísta es visto por ellos como "ejemplar", y dado que ambos ex gobernantes están tan desprestigiados --argumentan--, ya no tienen importancia política y sólo se investigará si hubo o no en sus sexenios actos de corrupción a fin de aplicar la ley.

8. La decisión de Fox y de los hombres del nuevo régimen de aplicar a sus predecesores el "borrón y cuenta nueva", de gobernar con gentes cercanas a Carlos Salinas y a Ernesto Zedillo, que fueron sus cómplices (aunque sean panistas o empresarios), y de seguir el mismo modelo económico, se situaría dentro de la lógica de las reglas "no escritas" del sistema priísta y configuraría una política de apología del delito que llevaría a un gran desánimo social que a la postre sería suicida, pues ningún proyecto de gobierno puede tener viabilidad cuando una mafia impune sigue controlando las principales riquezas del país, por muy desprestigiada que esté.

9. ƑPara qué deberían los mexicanos pagar impuestos y seguirse apretando el cinturón, en esa lógica del "perdón", si no es para seguir financiando por varias décadas los fraudes de los últimos sexenios y permitiendo a esa minoría de neoempresarios salinistas seguirse enriqueciendo de manera ilimitada. ƑEs eso un proyecto nacional?

10. Un nuevo régimen no puede edificarse sobre apariencias, manoseando la Constitución y gobernando con las mismas políticas y con la misma gente, sino haciendo cambios de fondo y enfrentando los intereses dominantes. Ť