Exigen indígenas respetar los acuerdos de San Andrés

Ť También demandaron el reconocimiento de sus derechos

Al conmemorar ayer los 508 años de resistencia, miles de personas de organizaciones indígenas y campesinas realizaron manifestaciones en varias entidades de la República para exigir el reconocimiento de sus derechos y el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larráinzar.

En la ciudad de México, aproximadamente 500 personas de diferentes organizaciones marcharon de la Plaza de la República al Zócalo, al cumplirse 508 del denominado descubrimiento de América.

Los manifestantes empezaron la marcha 90 minutos después de la hora convocada y en su trayecto por el Paseo de la Reforma exigieron el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés y respeto a la autonomía de los pueblos indios.

El monumento de Cristóbal Colón estuvo fuertemente resguardado por personal del Cuerpo de Granaderos.

La marcha transcurrió de manera pacífica y sin mayores incidentes, salvo la detención de un individuo conocido como El poeta desnudo, quien se despojó de la ropa y caminó sólo con calcetines un tramo de aproximadamente 200 metros, y fue aprehendido por policías capitalinos que lo remitieron a la delegación por haber incurrido en "faltas a la moral".

Con cortes al tráfico vehicular, la manifestación siguió por avenida Juárez y Francisco I. Madero para arribar a la Plaza de la Constitución a las 13:05 horas.

Apoyo a Pablo Salazar en Chiapas

En Chiapas, más de 2 mil personas de distintas organizaciones marcharon por las calles de la ciudad de Ocosingo para conmemorar los 508 años de resistencia popular, y exigieron al gobierno mexicano el reconocimiento a sus derechos, a la autonomía, al territorio y la identidad de los pueblos indios.

Los manifestantes, miembros de la Coalición de Organizaciones Autónomas de Ocosingo (COAO), principalmente, exigieron el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés ?firmados el 16 de febrero de 1996 por el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)?, el retiro del Ejército Mexicano de las comunidades indígenas, la liberación de todos los presos políticos y la cancelación de las órdenes de aprehensión giradas contra líderes políticos y sociales. Además, se pronunciaron contra la privatización de los recursos y la industria de energéticos y que se ponga freno a la política neoliberal.

En un documento leído durante el mitin que se realizó después de la marcha, los manifestantes aseguraron que el gobierno que encabezará Vicente Fox "tendrá que cumplir su palabra y resolver el problema del hambre y la pobreza en que estamos la mayoría de los mexicanos".

Los militantes de la COAO manifestaron su respaldo al gobernador electo de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, y rechazaron "cualquier intento del Congreso estatal de bloquear y obstaculizar la gestión del nuevo mandatario democrático".

En Yucatán, el grupo promotor de derechos humanos Indignación, y activistas sociales y políticos al efectuar el denominado Grito de Maní reclamaron el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés.

En el poblado Maní, los defensores de derechos humanos se unieron a la movilización continental denominada Grito de los Excluidos y las Excluidas. Después se realizó una ceremonia religiosa por la reconciliación.

Los activistas entregaron el libro Nunca más un México sin nosotros, y el grupo Indignación hizo un reconocimiento a la resistencia indígena maya.

Por otra parte, representantes de etnias de Chihuahua, El Paso, Texas, y Las Cruces, Nuevo México, realizaron un acto de desagravio ante el monumento al conquistador español Juan de Oñate, inaugurado en Ciudad Juárez el pasado 30 de septiembre.

En la protesta participaron representantes de organizaciones no gubernamentales, intelectuales y miembros de los pueblos tarahumara, pima, tepehuano, apache y otros. En El Paso se realizó una protesta en la plaza de armas, luego de que el alcalde anunció la intención de erigir un monumento al conquistador español.

En Morelia, Michoacán, unas 8 mil personas efectuaron una marcha y varias movilizaciones. Solicitaron al Congreso de la Unión que apruebe los acuerdos de San Andrés sobre derechos y cultura indígenas, y protestaron por el arribo de Cristóbal Colón al continente. (Juan Antonio Zúñiga M., y Elio Henríquez, Luis A. Boffil, Rubén Villalpando y Raúl López, corresponsales)

Georgina Saldierna Ť Rigoberta Menchú, indígena guatemalteca premio Nobel de la Paz, consideró ayer que el 12 de octubre no debe ser celebrado como el Día de la Raza, porque este título tiene una connotación peyorativa y no toma en cuenta que el mundo es pluriétnico.

Resaltó que en Estados Unidos este día se celebra como el Día de Colón, mientras en otros países se le llama Día de la Unidad Nacional. Para el caso de México, señaló que corresponde a los propios mexicanos proponer qué nombre dar a las celebraciones del 12 de octubre.

Manifestó que a pesar de los esfuerzos que se han hecho contra la discriminación de los indígenas, esta práctica persiste en todo el mundo, y un ejemplo de la problemática que el hecho encierra es que los europeos ni siquiera quieren hablar sobre el tema.

Consideró que una forma de reducir la discriminación contra los indígenas sería establecer sanciones en la ley para quienes la practiquen, y rechazó que los pueblos indios estén perdiendo la batalla: "Si ya la hubiéramos pérdido no habríamos cruzado juntos el milenio".

La premio Nobel resaltó la importancia de los pueblos indígenas, que sólo en México ocupan la quinta parte del territorio nacional y en países de Centroamérica tienen una presencia mayor. Dada la situación, lo mejor que se puede hacer es empezar a entendernos entre quienes no son indígenas y quienes sí lo son, puntualizó.

Aseguró que en materia indigenista se siguen aplicando programas que no corresponden con la realidad o han sido elaborados a partir de ideas fantasiosas de lo que son las etnias, y eso debe cambiar.

Menchú fue entrevistada en la embajada de España en México, donde ayer se celebró la fiesta nacional de aquel país.