VIERNES 13 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Utilizan las grabaciones para denunciar el acoso de militares en Chiapas


Consolidan red de videoastas indígenas

Ť Los documentales, un instrumento de contrainformación usado por las comunidades zapatistas

Blanche Petrich Ť En marzo de 1998 llegaron a Oventic, centro de una de las regiones autónomas zapatistas, la primera videocasetera, la primera cámara, los primeros casetes. Jóvenes de las comunidades en resistencia se congregaron para participar en el primer taller del Proyecto de Medios de Comunicación en Chiapas. "Vimos en el monitor como si estuvieran vivos los compañeros. Ahí no se conocía eso", dice el ahora videoasta Moisés, un tzeltal de la selva.

Pasado el asombro causado por la "magia del hombre blanco" vino entonces la discusión en las comunidades. ƑLe entraban o no al proyecto que les ofrecía talleres de capacitación y equipo para desarrollar sus propios medios de comunicación electrónicos?

"Acordamos que en la televisión dicen pura mentira de lo que pasa en nuestro Chiapas. O le aumentan o le quitan palabras pero nunca dicen la verdad. También pensamos que estaba bien tener una cámara porque con tanto ejército que se ha metido en nuestras tierras en cualquier momento algo puede pasar. Eso significa que cuando los soldados estén pegando, hay que entrar con la cámara a grabar, hacer el testimonio-denuncia. Dijimos que sí, pues. Si dijimos ya basta, pues ya ni modo. Luego pasamos a decidir quién se iba a quedar en el taller. Nadie quería. No se puede trabajar en el campo y en la cámara. El que no va a la parcela luego no tiene ni un centavito. Ese es la problema. Pero a mí sí me interesó".

Empezó como alumno, aprendió los rudimentos para el manejo de los aparatos, después se introdujo en los vericuetos del guión, la realización, la fotografía, la grabación, la realización, la edición y la posproducción. A la fecha no sólo es realizador de Educación en resistencia, un documental sobre la consulta zapatista del 21 de marzo de 1999, y otro inconcluso sobre las costumbres de su pueblo, sino que también imparte talleres a otras comunidades zapatistas. Lo que los promotores del proyecto (indígenas también, aunque mixes, náhuas y de otras etnias) iniciaron con pequeños grupos de cuatro o cinco talleristas se ha multiplicado. Al último taller que impartió Moisés en su comunidad, Francisco Gómez (La Garrucha), asistieron 30 personas. Entre cañada y cañada, este equipo de cinco realizadores ha impartido más de 20 talleres. "Mientras más ejército llegue a nuestros pueblos, más cámaras vamos a necesitar. Ya tenemos un chingo de imagen de la tropa que permite ver cómo cada vez que hay un relevo aumentan los efectivos".

Después de los primeros dos talleres no pasó mucho tiempo antes de que los flamantes videoastas conocieran la acción. Fue cuando la incursión militar en Unión Progreso y Chavajeval, en junio de 1998. Los comunicadores de las comunidades cercanas apenas supieron de la agresión, tomaron sus cámaras y se lanzaron al camino. Tres equipos procedentes de distintos lugares coincidieron en los retenes. Los soldados les bloquearon el paso. Ninguno llegó a tiempo.

Sin embargo existen dos documentales sobre el penoso proceso de la entrega de los cadáveres, varios días después. "Esa vez aprendimos más. La noticia de la televisión no dijo claro lo que pasó, nuestras imágenes sí lo dicen. Para eso sirve el documental".

Con el tiempo volvieron a probar la utilidad de su nueva herramienta. Fue cuando tropas del Ejército y agentes de Seguridad Pública ingresaron a los municipios autónomos de Francisco Gómez y San Miguel. En la comunidad de San Rafael hubo enfrentamientos. Frente a una de estas cámaras campesinas un niño resultó herido de una pedrada lanzada por la policía. Gente de la comunidad asistió a la 39 Zona Militar de Ocosingo a presentar la denuncia. No les creyeron. Entonces mostraron la grabación. "No es mentira. Lo que se ve es la realidad". Hecho sin precedentes en toda la región, un juez sentenció al policía agresor a pagar los gastos médicos del niño herido.

En estos días Moisés está de gira. Junto con José Luis, tzotzil de Mut Vitz, los Altos, y dos formadores del proyecto, recorren pequeñas salas de exhibición en Oaxaca, Distrito Federal y Guadalajara promoviendo tres documentales.

El esfuerzo de los indígenas de Mut Vitz es uno de ellos. "Somos nosotros mismos, cafeticultores videoastas. Queremos enseñar cómo cultivamos el café. En nuestra comunidad dejamos de usar el químico desde hace tiempo, desde 1993, aunque no sabíamos qué era orgánico. Desde 1997 estamos gestionando papeles para el comercio justo, aunque apenas el año pasado logramos exportar por primera vez. Mandamos tres contenedores a Europa. No fue buena la ganancia, apenas a 13 pesos el kilo y el coyote se quedó con la mayoría. En nuestro documental se ve todo eso y también cómo se siembra y se cultiva, como se lava, todo."

Diez son los frutos de este proyecto que las autoridades intentaron abortar en 1997, cuando fue expulsado el organizador estadunidense Tom Hansen. Como reacción a ese hecho -que años más tarde fue declarado ilegal por un juez-, las donaciones le "llovieron" al proyecto, entre ellas las del director hollywoodense Oliver Stone, que envió a la zona zapatista una decena de equipos completos. Varios de los diez documentales han ganado pr chiapas-che-guevara-3-jpg emios internacionales en muestras de documentales y han sido exhibidos en distintos festivales.

Pero para José Luis y Moisés está por cumplirse uno de los principales objetivos: completar un acervo en video de su propia cultura, su resistencia y su visión de futuro. En la videoteca del proyecto, mientras tanto, se acumulan cajas y cajas de material virgen. Se trata de grabaciones pacientes y detalladas de las fiestas y ceremonias de los indígenas de todas las regiones de los Aguascalientes zapatistas: saludos a la tierra, peticiones al sol, velaciones, bodas, bautizos, fiestas patronales, rezos de los mayores, carnavales. Y sobre todo, relatos y lecciones de los ancianos. Por ejemplo, en el ejido Morelia el viejo Feliciano expuso ante la cámara un testimonio histórico de su generación: colonizadores de la selva. En Mut Vitz, don Salvador, un rezador mayor, emprendió un proyecto de grandes magnitudes: una oración de todos los ancianos de las regiones en resistencia "por una solución buena" al conflicto zapatista. El rezo ya se inició -y se videograbó- en algunos lugares sagrados, pero no ha concluido. Salvador recorre selvas y montañas recabando información. Cuando regrese a su tierra santa reanudará su rezo. Y ahí estarán los jóvenes videoastas.

"Así nos vamos conociendo. Y nos van a conocer como somos de verdad", concluye José Luis.