JUEVES 12 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Aún no solicitan a la Cámara de Diputados incrementar el subsidio


Requiere la UAM 20% más de presupuesto: autoridades

María Esther Ibarra Ť Aunque las autoridades de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) no han solicitado a la Cámara de Diputados un incremento al subsidio federal para el 2001, estimaron que, de manera conservadora, por lo menos la institución requiere un aumento de 20 por ciento al que actualmente ejerce, que es aproximadamente de mil 500 millones de pesos.

Para las autoridades de la UAM, ese porcentaje estimativo se necesita para que la casa de estudios metropolitana cumpla con sus funciones de docencia, investigación, difusión y extensión de la cultura que lleva a cabo en sus tres unidades académicas de Azcapotzalco, Xochimilco e Iztapalapa.

El presupuesto del presente año de la UAM representa aproximadamente el 5 por ciento del total de los recursos destinados a la educación superior, que para el 2000 asciende a cerca de 28.5 mil millones de pesos. De estos, a la UNAM correspondió 31 por ciento, al Instituto Politécnico Nacional (IPN), 18 por ciento; y al conjunto de las universidades estatales del país, 44 por ciento.

Sin embargo, la UAM no estableció si sus autoridades se sumarán o no a la petición que hiciera el pasado 13 del presente el secretario general de la UNAM, Enrique del Val, quien envió una misiva al presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Ricardo García Cervantes, para solicitar mayores recursos para la máxima casa de estudios.

En la oficina del diputado García Cervantes se confirmó que, hasta ayer, únicamente la Universidad Nacional había solicitado por escrito un incremento a su subsidio, pero que ni UAM ni el IPN y ninguna otra institución de educación superior, que integran sus presupuestos con fondos prácticamente en su totalidad del gobierno federal, habían entregado una petición de mayores fondos.

Desde 1998, los rectores de las universidades públicas acudieron por primera ocasión a la Cámara de Diputados para solicitar más subsidio al gobierno federal. Ese año, el entonces rector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro, encabezó el movimiento para gestionar financiamiento adicional por 3 mil millones de pesos, pero los legisladores sólo pudieron negociar con el gobierno federal cerca de 2 mil millones de pesos.

En 1999, nuevamente los rectores acudieron al Palacio Legislativo de San Lázaro para exponer la deficitaria situación financiera de las instituciones públicas de educación superior, pero en este caso las universidades denominadas federales -UNAM, UAM, IPN y Universidad Pedagógica Nacional- no resultaron afectadas, sino las estatales.