JUEVES 12 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Las negociaciones internacionales habrían fracasado, advierte la ANP 


Continúa la escalada de violencia en Palestina; cuatro muertos

Ť Clinton parece abandonar la idea de una cumbre Ť Llama el Papa a poner fin a los enfrentamientos

Afp, Dpa y Reuters, Jerusalén, 11 de octubre Ť En una nueva escalada de violencia, cuatro palestinos murieron y varios más resultaron heridos en los territorios ocupados, mientras el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, se entrevistaba por separado con israelíes y palestinos.

Pero un consejero del presidente palestino, Yasser Arafat, sostuvo que han fracasado los intentos internacionales por acabar con los disturbios y lograr la creación de una comisión investigadora.

El presidente estadunidense, Bill Clinton, por su lado, pareció haber abandonado los planes para realizar en Egipto una cumbre de emergencia sobre Medio Oriente, al afirmar este miércoles que lo importante no es celebrar "una cumbre más", sino "restablecer la calma" en la región y reanudar las conversaciones de paz.

Juan Pablo II llamó a su vez a poner fin a la espiral de violencia al final de su audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro, y agregó el jerarca católico que "con gran angustia hemos estado siguiendo la grave tensión en Medio Oriente, una vez más sacudido por acontecimientos que han causado numerosas víctimas y no han pasado por alto lugares sagrados".

Tras dos días en que reinó relativa calma, aunque ayer un niño palestino fue herido por disparos israelíes y este día se encontraba clínicamente muerto, tropas antidisturbios israelíes mataron en Cisjordania a dos palestinos de 17 años y 18 años, y a otro joven de 22 en la franja de Gaza, y más tarde se informó que otro civil palestino murió en la zona cisjordana de Kalquilia.

Además, dos artefactos explosivos fueron detonados esta noche cerca del asentamiento judío de Katif, en Gaza, uno de los cuales provocó heridas leves a un civil y a un soldado israelí, según Radio Israel, mientras que otros dos israelíes resultaron heridos durante el funeral de un colono judío asesinado por palestinos en días pasados.

El conflicto en Medio Oriente repercutió en Francia, donde una sinagoga de la región parisina de Trappes fue incendiada anoche, al tiempo que varias pintadas contra Israel, Barak y los judíos aparecieron en muros de las regiones de Puteaux y Suresnes.

Esta escalada se registra en momentos en que Arafat ordenó a Fatah (principal componente de la Organización para la Liberación de Palestina) "evitar enfrentamientos con el ejército israelí", informó Marwam Barghuthi, responsable en Cisjordania.

Sin embargo, precisó que Arafat no ordenó poner fin a esta nueva intifada, que se desató cuando el 28 de septiembre el político ultraderechista israelí Ariel Sharon acudió --rodeado de soldados-- a visitar un sitio sagrado tanto para musulmanes como para judíos en Jerusalén.

En lugar de ir a Beirut como había previsto, Annan se reunió hoy por segunda vez con el primer ministro israelí, Ehud Barak, para luego volver a Gaza a reunirse por tercera vez en tres días con Arafat.

"Se ha convertido en una suerte de idas y vueltas. La idea es alcanzar una fórmula para que las dos partes llamen a la calma", dijo el portavoz de la ONU, Fred Eckhard.

Mientras, Clinton se mostró este miércoles en Washington reticente a viajar a un Medio Oriente envuelto en un contexto de violencia, y señaló que "lo más importante ahora es restablecer la calma".

Washington buscaría evitar una reedición del encuentro entre la secretaria de Estado Madeleine Albright, el primer ministro is-raelí Ehud Barak y Arafat el miércoles pasado en París, donde los compromisos de restaurar la calma no sirvieron para apaciguar la situación en la convulsionada región.

La ausencia en el terreno de representantes estadunidenses de alto nivel contrasta con la multiplicación de los viajes de personajes internacionales.

El canciller británico, Robin Cook, se reunió este miércoles con israelíes y palestinos en Tel Aviv y en Gaza, poco después de la partida de su homólogo ruso, Igor Ivanov, de Damasco, mientras el alto representante de la diplomacia de la Unión Europea, Javier Solana, viajaba de Beirut a Ammán para tratar también el tema del secuestro de tres soldados israelíes en la frontera con Líbano, el sábado, por milicias de Hezbollah.

Este grupo fundamentalista, que busca canjear a los soldados por prisioneros en Israel, anunció hoy que podría aceptar la mediación de Annan en el conflicto.

Italia, por su lado, ofreció organizar en Roma una conferencia en la cumbre sobre Medio Oriente, dijo el primer ministro Giuliano Amato, al tiempo que Egipto condicionó la realización de la cumbre propuesta por Estados Unidos en su territorio a que Israel "retire sus amenazas y ultimatums contra los árabes", acepte una comisión investigadora internacional y evite "visitas du- dosas" a lugares santos musulmanes, como la que realizó Sharon.

Los palestinos también descartaron que se pueda realizar la cumbre si Israel continúa negándose a la creación de la comisión investigadora sugerida por el Consejo de Seguridad de la ONU para indagar sobre los hechos de violencia, que han dejado ya 103 muertos, de los cuales sólo cinco no son palestinos o árabes.

Un funcionario de los servicios de seguridad israelíes, citado por Reuters, dijo hoy que Tel Aviv no aceptará "una investigación parcializada que de antemano busque echar toda la culpa" a su país.

Barak dijo el martes que Israel sólo aceptará una comisión investigadora que esté dirigida por Estados Unidos e integrada únicamente por israelíes y palestinos.

Hoy, su ministro interino de Relaciones Exteriores, Shlomo Ben Ami, acusó a Arafat de querer "involucrar a todo el mundo en las conversaciones de paz para tener el apoyo de la comunidad internacional a sus exigencias máximas de regresar a las fronteras de junio de 1967, y del derecho de retorno para los refugiados palestinos".

Por su lado, el veterano negociador palestino Saeb Erekat expresó su disgusto por la posición adoptada por la ONU, y puntualizó que "esperábamos que el señor Annan viniera aquí y anunciara su decisión de llevar a cabo una investigación internacional sobre el origen de la violencia".

Nabil Abu Rudeineh, consejero de Arafat, señaló que todos los intentos internacionales de mediación han fracasado, y precisó que una reunión cumbre no debería tener lugar antes de que se celebre la conferencia de la Liga Arabe, el 21 de octubre.

Barak, por su lado, sostuvo hoy que está dispuesto a acudir a una cumbre patrocinada por Estados Unidos siempre y cuando disminuyan las "agresiones palestinas".

El enviado especial del primer ministro y ex jefe de gobierno Shimon Peres reconoció, por su parte, que en Israel podría formarse un gobierno de unidad nacional "si los problemas de seguridad fueran más importantes que la paz", aunque insistió en mostrarse confiado en que se logre una salida pacífica a la violencia.


El bloqueo israelí

Los ultimatums del gobierno del laborista Ehud Barak para que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, ponga fin a esta nueva rebelión de las piedras fueron acompañados por una serie de duras sanciones contra los territorios de Cisjordania y Gaza.

Entre ellas está el cierre del aeropuerto de Gaza, donde sólo se permite el despegue o aterrizaje del avión de Arafat, luego que un ataque contra un autobús dejó ocho heridos entre los empleados israelíes de la seguridad del aeropuerto.

Sobre este aeropuerto, según denunció hoy el jefe de la seguridad nacional palestina, Abdel Razzak al Majeida, aviones israelíes realizaron, por primera vez desde el comienzo de la ola de violencia el 28 de septiembre, un simulacro de ataque.

Otras medidas para bloquear los territorios autónomos son la reducción de la mayor parte de los permisos que autorizan a los palestinos a trabajar en Israel, lo que afecta a casi 100 mil trabajadores, el cierre del pasaje entre Gaza y Hebrón y el retiro de permisos de tránsito rápido para las autoridades civiles palestinas.

Además, las fuerzas israelíes no necesitan trámites previos para utilizar armas pesadas y helicópteros o destruir edificios. También pueden desplazar a la población, y si no es por la fuerza, parece que puede ser por la disuación.

Así, un fortín de cemento y sacos de arena con ametralladoras protege la entrada principal de la colonia judía de Psagot, cerca de un nuevo camino abierto por los bulldozers a través de un olivar palestino.

Pero al frente de la colonia, que ofrece el aspecto de apacible barrio residencial, sólo hay casas vacías. Los palestinos huyeron, al parecer, luego que militares israelíes les advirtieron del peligro que corren si llegara a registrarse algún ataque de esa dirección hacia la colonia. (Afp)