JUEVES 12 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Los incrementos son superiores a los de los salarios
Provoca la liberación de precios aumentos de ciento por ciento
Ť Existen grandes disparidades entre diversos establecimuientos
Humberto Ortiz Moreno Ť En la carrera precios-salarios, los primeros llevan la delantera. La apertura comercial y la liberación de cotizaciones en la totalidad de productos de consumo básico han colocado a la población como rehén de los caprichos del mercado.
Mientras los incrementos a las percepciones de los trabajadores ha promediado de 10 a 12 por ciento, productos de consumo generalizado como la leche, la tortilla y el frijol se han elevado de 10 y hasta ciento por ciento en lo que va del año, dependiendo de la calidad del alimento y el expendio, lo que ha reducido el consumo entre la población de menores ingresos.
El aumento a la leche decretado ayer es similar al de las alzas salariales concedidas en el pasado reciente. En el caso de la tortilla, de 2.50 que costaba a principios de año, ahora llega a cotizarse hasta en más de cuatro pesos, conforme a la región y el estado de la República que se trate.
Los mercados públicos, otrora alternativa para las clases populares, ahora marcan precios en algunos casos francamente superiores a los de los grandes comercios e inaccesibles para familias de escasos recursos y de salario mínimo, particularmente en carnes, frutas y legumbres que registran alzas hasta de 50 por ciento incluso en relación con tiendas de autoservicio.
El kilo de filete de res cuesta en mercados públicos 86 pesos, en tanto que en Mega-Comercial Mexicana vale 118 pesos. El kilo de falda de res tiene un precio de 37 pesos en Superama, mientras que en el ISSSTE es de más de 48 pesos.
El kilo de bistec cuesta 38.90 en las tiendas de la UAM y la cotización sube drásticamente a 49.90 en las del IMSS. Con ello, un trabajador que percibe de uno a tres salarios mínimos diarios difícilmente podría acceder a este alimento más de una vez a la semana, tomando en cuenta los gastos de una familia de cinco miembros.
Por lo que hace al azúcar, se vende de cinco a ocho pesos el kilo, en su modalidad de refinada, y los productores están por acordar un incremento de precios.
En su diagnóstico sobre el aparato comercial interno, la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (Secofi) puntualiza que la apertura de los flujos de bienes, servicios y de inversión extranjera directa, emprendida desde la década pasada, si bien ha modernizado la estructura productiva y los esquemas de comercialización, modificando los patrones de consumo, enfrenta los siguientes problemas:
Falta de competitividad de los establecimientos comerciales de menor tamaño; la difícil situación financiera que afrontan miles de empresas endeudadas; excesivos trámites y regulaciones; inseguridad jurídica en algunas transacciones comerciales; deficiencias en canales de comercialización y el crecimiento del comercio informal, además de la inseguridad.