JUEVES 12 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Esta noche viaja a Roma para asumir un nuevo cargo en el Vaticano
Llama Sandri a los mexicanos a la reconciliación
José Antonio Román Ť El nuncio apostólico Leonardo Sandri llamó al pueblo de México a la reconciliación y al perdón. "A veces hay que saber olvidar y perdonar".
Entrevistado en la sede de la nunciatura, donde ofreció una recepción antes de partir esta noche a Roma, el diplomático dijo que en este momento de transición que vive el país, la Iglesia debe jugar un papel de unidad y reconciliación, colaborando en todo lo que sea necesario para lograr aquellos bienes propios de la humanidad: la paz, la tranquilidad y la serenidad.
Señaló que aunque su estancia en el país fue breve -cinco meses y 17 días-, deja unas relaciones cordiales entre el Vaticano y el gobierno de México, las cuales "seguirán así, como hasta ahora". Apuntó que el nuncio que llegue al país tendrá que hacer muy poco, pues "se le quiere tanto al Papa que recibe todo ese cariño de rebote".
El nuncio expresó su deseo de dejar a México una "palabra de reconciliación", que la necesita todo el mundo, nuestros países de América Latina y también los mexicanos. "Aquí usaría la palabra perdón, que parece que lo hacen sólo los débiles; cuando nosotros ofendemos, cuando hacemos daño al prójimo, somos miserablemente humanos, pero cuando perdonamos somos divinos, es cuando más nos parecemos a Dios".
-ƑSeñor, cuando usted habla de perdón, nota que aquí hay algo de venganza?
-Por algo lo digo. Creo que es bueno perdonar, tener reconciliación y hasta me animo también a usar la palabra perdón, a veces hay que saber olvidar y perdonar.
Desfilaron por la nunciatura sacerdotes, obispos, arzobispos y cardenales, y personajes de los sectores económico y político del país, que compartieron el vino y los canapés en el salón Los Angeles.
Llegaron a la nunciatura Carlos Abascal, Porfirio Muñoz Ledo y Alberto Ortega, todos del equipo de transición del presidente electo Vicente Fox; el subsecretario de Asuntos Religiosos de Gobernación, Humberto Lira Mora; Olegario Vázquez Raña, y José Barroso Chávez, entre otros.
Entre los jerarcas eclesiásticos destacaron el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Abelardo Alvarado Alcántara; el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda; el obispo auxiliar de México, José de Jesús Martínez Zepeda; el de Cuernavaca, Luis Reynoso Cervantes, y el cardenal de Monterrey, Adolfo Suárez Rivera, quien ocupara la presidencia de la CEM entre 1988 y 1994, justo en los años de la administración salinista.
En breves palabras de despedida, frente a los invitados, Sandri dijo que aunque su estancia en el país fue breve, las experiencias vividas en México lo han marcado para siempre, y pidió un brindis por el papa Juan Pablo II y por México.
Más tarde, en las puertas de la nunciatura, el nuncio respondió a una serie de preguntas en tono afable. Se refirió a lo "fácil" que es desempeñar la tarea de nuncio en un país como México; a lo dinámico que son todas las transiciones democráticas; a las relaciones tan cordiales que deja con el gobierno mexicano; al papel que debe jugar la Iglesia en un momento como el que vive México y las características que deberá tener el nuevo nuncio.
También habló de la preocupación del Vaticano por las legislaciones "proabortistas" aprobadas en algunas entidades del país, donde se ampliaron las causales de aborto. Dijo que la Iglesia siempre defenderá la vida, porque es el primer derecho humano y éste debe respetarse desde la concepción hasta la muerte natural del individuo. "Hay preocupación por esa cultura de muerte que hay detrás, porque atenta contra los más débiles, y los más débiles son los que no pueden defenderse, a veces son los pobres, a veces los ancianos, los desvalidos, y otras veces son los niños no nacidos que están en el seno de su madre".
Sandri viajará a las 20:30 horas de este jueves a Roma, en un vuelo de Lufthansa, para desempeñarse, por encargo de Juan Pablo II, como secretario sustituto para Asuntos Generales del Vaticano.