JUEVES 12 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Astillero Ť

Ť Julio Hernández López Ť

Una intercepción telefónica, utilizada con gran sentido de la oportunidad, ha derrumbado el sueño de Carlos Salinas de reinsertarse en la vida pública mexicana a partir de diciembre próximo y de asumir un papel de primera línea en el diseño del confuso futuro político nacional.

El hermano expiatorio

La preparación puntillosa de las mil 400 páginas que el ex presidente suponía que habrían de ser la llave maestra de su reaparición, y la estrategia cuidadosa de entrevistas y declaraciones a medios nacionales e internacionales, fueron arrasadas por el despecho del recluso Raúl, que sin ningún reparo dijo por teléfono a su hermana Adriana que Carlos (el poderoso, el viajero, el libre, el escritor) sabía de las maniobras que se hacían con dinero del erario y que hasta ahora le han sido endilgadas judicialmente sólo al hermano ya no incómodo, sino cómodo, expiatorio.

La nueva guillotina

Esas virtuales confesiones de que el ex presidente es cómplice del enriquecimiento ilícito por el que está sujeto a proceso judicial Raúl, y de que en realidad el propio Carlos asume como propio el dinero resultante de esos saqueos, constituyen la nueva guillotina con la que se amenazará la cabeza del ex mandatario cada vez que pretenda volver a México a pegarle de librazos o periodicazos a los avisperos locales.

Así como fue puesto a raya durante casi seis años con la amenaza de encarcelarlo por su relación con el asesinato de Colosio, ahora tendrá Salinas frente a sí el riesgo de ser, cuando menos, llevado a declarar ante autoridades judiciales por el robo a la nación del que la inmensa mayoría de los mexicanos le acusan y del que ahora hasta su propio hermano expiatorio le culpa.

El tecnócrata

El talante frío de Ernesto Zedillo, y su fama pública de hombre a quien despiertan más pasión las computadoras que la política, hace que no se magnifiquen gestos y hechos que en un zoon politikon clásico, y en un medio como el mexicano, hoy estarían generando admiración: Zedillo ha sido capaz de vencer al priísmo para dar paso a la histórica alternancia en el poder, personalizada por Fox, y además ha logrado mantener a raya a un hombre astuto, poderoso, peligroso, como Salinas, hasta llevarlo a extremos deplorables como el que hoy vive el hombre de La Habana-Dublín con el escándalo de sangre y corrupción de sus hermanos.

Ni una palabra presidencial

Zedillo, que a unas semanas de entregar el poder mantiene la fuerza suficiente para defenderse y atacar a un Carlos Salinas que pasó años midiendo el tiempo exacto en el que mejores resultados le daría su reaparición beligerante. Zedillo, que parecía condenado a sufrir a partir del 1o. de diciembre próximo la peor embestida revanchista de parte de Salinas y que ahora, sin haber pronunciado una sola palabra, sin responder verbalmente una sola vez a la carga desbordada de su adversario, le ha puesto en jaque y casi mate con el recurso simple de hacer difundir una llamada telefónica interceptada de manera ilegal, clandestina, delictiva, sí, pero eficaz, eficacísima.

El tango familiar

Resulta impresionante, desde luego, la capacidad destructora de unas cuantas frases, pronunciadas en unos pocos minutos, respecto de un esfuerzo de años -cuando menos cuatro- como fue el hecho por Carlos Salinas, en su destierro lleno de amargura y odios, a lo largo del libro que creyó sería su exculpación histórica. Basta escuchar los arrebatos histéricos de Adriana y las densas amenazas de Raúl para confirmar lo que todo mundo ya sabía: que esa familia vive una terrible descomposición derivada del abuso del poder y del enriquecimiento ilícito.

Todo es todo

"Todo", dijo Raúl Salinas que dirá. "Todo" como sinónimo de las complicidades existentes entre los miembros de la familia que soñó con dominar durante décadas al país y que, para empezar, tomó posesión del mayor número de riqueza posible, para así asegurarse fuerza y poder transexenales. "Todo", que fue el proyecto mediante el cual Raúl fue el comisionado de la familia para cobrar y administrar las cuotas ocultas que se cobraban por todo contrato o asignación, por toda venta de empresas paraestatales (es decir, de la riqueza nacional), por todo negocio que se asignaba para provecho de quienes daban la cara en público y la tajada en privado. Mister ten per cent. El diezmo. Que los grandes empresarios se bañaran, pero que salpicaran las cuentas familiares. Para seguir haciendo política. Para financiar trabajadores, partidos, antorchas, crónicas, aztecas. Para ser socios de los grandísimos empresarios. Para poder amenazar a los presidentes venideros con desestabilizar la economía si no había acuerdos políticos, convenios de beneficio mutuo.

La desesperación

El golpe seco dado la noche del martes a través de Televisa tendrá, desde luego, consecuencias varias. Para empezar, es previsible una reacción desmesurada por parte de parte de Carlos Salinas y su familia (quienes habían prometido difundir un comunicado fijando su postura que a la hora de escribir esta columna aún no era dado a conocer). Salinas sabe que en este lance se juega su resto. Si es vencido en esta ocasión, si su esfuerzo de escritor es borrado por un mal episodio de telenovela de pleitos entre hermanos, entonces será altamente peligroso en cuanto desesperado.

Oportunidad para Fox de deslindarse de verdad

Por lo demás, esta estocada podría permitir al foxismo establecer una oportuna distancia con el ex presidente con cuyos intereses ha habido convergencias como en el caso Tabasco. Francisco Barrio y Marta Sahagún expresaron ayer palabras que conllevan un cierto compromiso de deslinde. Habrá que ver si de lo verbal se pasa a los hechos. En ese terreno es posible que el último acto trascendente del gobierno de Zedillo sea el de abrir causa penal contra Carlos Salinas por el enriquecimiento ilícito del que hasta ahora sólo se juzga a su hermano Raúl. Zedillo podría ordenar la apertura de ese expediente para que la siguiente administración le dé curso. Otro punto básico en el combate al salinismo es impedir que Roberto Madrazo conserve el poder en Tabasco y desde allí pretenda reconstituir el priísmo de Salinas, de Hank y de otros connotados especialistas en volver privados los dineros y los asuntos públicos.

El narcotráfico

No está de más recordar que los intereses coaligados en torno a Carlos Salinas son altamente peligrosos. Si se ha de creer la percepción colectiva de que el ex presidente estuvo tras la muerte de su hechura, Luis Donaldo Colosio, también ha de aceptarse que la línea más densa de ese escenario es la del narcotráfico que dio sustento fuerte a la prosperidad económica ficticia del salinismo y que habría sido amenazado con desdenes o incomunicaciones del sonorense que, por convicción o por necesidades de deslindarse e ir construyendo su propio espacio, habría hecho temer a los capos locales que los entendimientos vigentes en el salinismo ya no serían vueltos a suscribir por el sucesor.

El 94

La ruptura del orden establecido por Salinas se dio en un contexto de asesinatos y venganzas políticas mafiosas. Desde aquel 1994 de violencia desatada, nada ha vuelto a ser igual. Ahora, en el curso de eso que algunos llaman transición democrática, y otros simplemente alternancia electoral, el factor Salinas, desesperado, bocabajeado, derrotado hasta en el seno de su propia familia, puede ser igual de peligroso que siempre.

Astillas: Grupos de inmigrantes hicieron ayer vigilia en la sede del Servicio de Inmigración y Naturalización, en Nueva York, en apoyo a las propuestas de enmienda que podrían dar residencia permanente en Estados Unidos a cientos de miles de latinoamericanos que viven allá de manera irregular.

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