MIERCOLES 11 DE OCTUBRE DE 2000
Inhibirla implica el secuestro de la voluntad nacional
Sociedad civil, la clave: Garcés
Karina Avilés y Miguel Angel Velázquez Ť Para su interminable lucha, Joan Garcés lleva en una mano la justicia y en la otra, como arma fundamental, la democracia, pero advierte que si ésta es despojada de su vivencia en cuanto a la participación consciente y organizada de la sociedad civil, si sus valores son perturbados, en cierto modo se secuestra la voluntad nacional.
Joan Garcés está armado de razones, de explicaciones transparentes sobre las tareas de la sociedad y los quehaceres de los gobiernos para llegar a la democracia plena, como él le llama.
-ƑSe puede reducir el concepto de democracia sólo al ejercicio del voto?
-Esa definición de la democracia intenta obviar la necesidad de la participación en la gestión de los intereses que le son comunes. Intenta vaciar la vivencia democrática de la participación consciente y organizada de la sociedad civil en la gestión de los intereses comunes. Naturalmente, desplazar la responsabilidad de esa gestión a otro nivel, al margen de la propia sociedad civil, es una especie de secuestro de la voluntad nacional por parte de grupos de presión o por intereses particulares que pueden continuar hablando de democracia, pero en tal caso ésta no puede ser plena. En la democracia es la participación civil la que está realmente gestionando su propio presente y su propio futuro mediante los mecanismos establecidos para ello.
-ƑHabría lugar al autoritarismo?
-Es un problema permanente. Es la tendencia de algunos intereses a gobernar al margen de la sociedad, en nombre del pueblo pero sin su participación; a mayor distancia entre los gobernantes y la sociedad, mayor autonomía tienen los gobernantes respecto de esa sociedad y, por consiguiente, mayor posibilidad para actuar de manera arbitraria o incontrolada. A partir de ese momento hacen lo que quieren, puesto que los mecanismos de control sobre el gobierno están aletargados, adormecidos o de vacaciones.
-Pero a veces parece más grave. La democracia tiene ahora tantos apellidos que en algunos lugares es cristiana, en otros social y en otros dirigida, pero para muchos es un gran artículo de lujo que compran ciertas economías para dirigir ciertos países donde se inhibe el pensamiento, aunque se hable de democracia. ƑCaímos en un gran engaño? ƑEs real el secuestro de la voluntad? ƑQué pasa con la democracia?
-Digamos que el desenlace de la Segunda Guerra Mundial significó la derrota de los países, de los regímenes y de las ideologías que negaban la democracia. El nazifascismo se definía como antiliberal, antidemocrático, hablaba de la decadencia democrática, de los regímenes decadentes democráticos, era la negación misma de los valores democráticos. Esa ideología fue derrotada en el 45 por países que reivindicaban la función de la democracia como criterio de organización social, de manera que desde 1945, el concepto de democracia resultó vencedor y nadie se atreve formalmente a negar su valor.
"Otra cosa es el que se intente desvirtuar el alcance y la grandeza de la organización democrática de una sociedad mediante mecanismos distintos, en los que se rinde formalmente culto al concepto que ganó la Segunda Guerra Mundial, el de la democracia, y llamándose demócratas, hablando de democracia pero con un contenido material que dista mucho de favorecer el desarrollo de los valores democráticos participativos de conciencia informada de la población, de control efectivo de las instituciones de gobierno por parte de sus representados. Es una tarea de cada día de la sociedad, porque la democracia no se instaura por decreto ni se consolida indefinidamente por una decisión de un solo día.
"Yo diría que la lucha por el desarrollo de la democracia en la sociedad es como el horizonte, y uno va caminando, aproximándose hacia él, pero siempre hay un más allá, ese es el desarrollo de la democracia. Otra cosa es la tentación de lo que en el siglo XVIII se llamaba el despotismo ilustrado, pero eso es propio precisamente de la época prerrevolucionaria. El despotismo ilustrado es un régimen en el que el poder está concentrado en personalidades, durante la segunda mitad del siglo XVIII, pues tenían un nivel intelectual innovador.
"En aquella época se introdujeron grandes reformas y se hicieron progresos en la economía, en las universidades, pero partiendo del presupuesto de que el poder estaba en manos de un déspota, de un rey con poderes absolutos que los utilizaba, entre comillas, de un modo ilustrado, es decir, para favorecer las nuevas ideas de esos regímenes, pero estamos hablando de una forma de gobierno anterior a la Revolución francesa.
"Todo eso cambió a partir del desarrollo de las ideas revolucionarias, de la Revolución francesa, de la revolución americana y de la independencia de los países iberoamericanos en los que el principio del gobierno para el pueblo, que tenía el despotismo ilustrado anterior, se mantiene, es decir, el gobierno para el pueblo, por el pueblo y no con un poder concentrado exclusivamente en un nivel superior, que fue la de control del pueblo. Esa es la dialéctica permanente: el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, es una frase brillante de un distinguido americano en plena guerra civil para imponer de manera efectiva lo que sigue siendo y seguirá siendo un desafío y una convocatoria de lucha colectiva para hacerlo vivo y real."
Garcés, catador de realidades, autor de Liberalismo y socialismo: problemas de la transición, editado en Madrid, advierte que "solamente la participación consciente y organizada de una sociedad con sus cuerpos institucionales y que tiene como misión analizar la expresión de los distintos sectores sociales o instituciones del cuerpo electoral en general, hará posible que el concepto de democracia tenga un contenido real y tangible.
"Pero esa es una tarea de cada día, la democracia se basa en valores y los valores son una dimensión de conciencia permanente, con el respeto a la voluntad popular, a las libertades de todos y cada uno para expresar sus opiniones, el respeto al disidente, al minoritario, en cuanto a que también tiene derecho a hacer presentes sus propias opciones y expresarlas."
En el camino de la democracia, entiende Garcés, la prensa juega un papel fundamental: "No puede haber una opinión pública informada cuando esa información está monopolizada en una sola mano, eso es lo propio de las dictaduras. La supresión de la libertad de prensa en una democracia en la que los grandes medios de comunicación son prácticamente unilaterales y unidimensionales, controlados por una pequeña minoría, se llamará democracia, pero para efectos prácticos en cuanto al pluralismo y la real libertad de prensa, queda muy distante de la descripción real de democracia".
-Pero los medios se manejan a través de dinero...
-Por eso hablamos siempre de la democracia participativa, y la participación no significa sólo la toma de decisiones políticas, sino también la gestión de los recursos económicos. En la medida en que esa participación se desarrolle, las desigualdades van a ser menores y reducidas las distancias económicas.
"El acceso a los medios de comunicación, de esa forma, es mayor, y por consiguiente el pluralismo de los medios de información se vuelve indispensable para la libre expresión de las ideas y la confrontación, ante una sociedad que generalmente va a tomar la decisión, pero para eso tiene que conocer los planteamientos de cada cual. No puede haber una opinión publica desinformada."
-ƑY en el mundo global, donde el comercio nos está marcando las pautas?
-Ese mundo global es muy diferente. Por ejemplo, Ƒcuál es la función del Estado? Uno observa cómo en regímenes capitalistas como el japonés, el alemán, el británico o el estadunidense la función del Estado es muy distinta en cada uno de esos países y todos ellos tienen en común un sistema económico basado en la propiedad privada.
"Sin embargo, el papel del Estado en Japón, en la orientación de la actividad económica interna y del comercio exterior es extraordinariamente crucial; el papel del Estado en Alemania, en la regulación de los niveles de bienestar social es muy alto, y no digamos ya de los países de Escandinavia, donde el Estado asume unas funciones de control de impuestos sin paralelo en el mundo, pero a su vez ese Estado asegura una estabilidad y una seguridad a todos sus ciudadanos desde que nacen hasta que mueren, desde la atención médica, la enseñanza pública y el alojamiento, hasta las vacaciones, y todos son regímenes basados en la propiedad privada, por consiguiente, digamos que cada país debe intentar resolver ese problema de acuerdo a su propia capacidad y su propio interés.
"Estamos viendo que unos lo resuelven con más Estado y otros con menos Estado, pero, curiosamente, los países de mayor nivel económico en el mundo y de mayor igualdad económica y democrática son los países escandinavos, en donde el papel del Estado en la economía es muy alto".
-ƑEl sistema neoliberal, qué efectos tiene en lo social y en lo político?
-No cabe duda que la dinámica económica actual tiene muchos componentes internos autodestructivos, tanto desde el punto de vista social, humano, como económico y ecológico. Las diferencias en el control de los recursos económicos se han agudizado en los últimos años y el poder concentrado en cinco o diez por ciento de la población, económicamente hablando, es hoy mayor que el que existía diez o 15 años atrás; y el nivel de pobreza comparativa del 60 o 70 por ciento de la población, o 40, depende de los países, es mayor hoy que hace 15 o 20 años, siempre hablando en términos relativos, y las diferencias entre continentes en cuanto a la participación de los recursos económicos del excedente del planeta han agudizado la diferencia.
"Indudablemente esa dinámica es destructiva y cada vez hay más conciencia tanto en el Primer Mundo como en el tercero, de que eso tiene que encontrar un remedio. Las manifestaciones en Estados Unidos, en las reuniones de Seattle o en Praga en septiembre, lo demuestran. Tendrán que encontrarse mecanismos para que la humanidad pueda atajar la lógica inherente a esa dinámica de los últimos 15 o 20 años y resolver las diferencias económicas y de marginación creciente."
Joan Garcés regresa a España hoy para, dentro de unos días, volver a su tarea de siempre, la búsqueda de justicia, de democracia, porque aún tiene mucho más que decir, mucho más de qué hablar.