MIERCOLES 11 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Existe el dilema de cultura popular y economía


Presiona la mercantilización para pervertir la creatividad artesanal

Ť Globalización, tv y objetos chatarra amenazan la calidad tradicional

Arturo Jiménez, enviado /II y último, Oaxaca, Oax. Ť Las reglas mercantiles han penetrado en las comunidades dedicadas a la actividad artesanal y ese proceso parece inevitable. El mundo de las artesanías enfrenta a su manera el dilema entre cultura y economía: la comercialización de un producto de profunda "raíz cultural".

ƑHasta dónde la artesanía es alterable como producto para el mercado sin que pierda su carácter de creación popular, su contenido cultural que da identidad a grupos sociales?

Por ejemplo, ante la introducción de nuevos diseños mediante la capacitación promovida por instancias gubernamentales, surge la interrogante de si ello altera o no el contenido original de algunas artesanías, como los lenguajes tejidos de algunos textiles.

Juan García Castro, asesor de Artesanías e Industrias Populares del Estado de Oaxaca (Aripo) responde que no y asegura que más bien la acción institucional busca conservar la raíz y el sentido de identidad que representa cada pieza.

Y plantea: "Lo que pretendemos es que la producción sea de mayor calidad, que el proceso productivo se modernice y buscar la demanda que existe en el mercado. Y para ello son los nuevos diseños, para que las prendas de vestir, por ejemplo, sean de uso cotidiano y no de una sola puesta".

Agrega que la mayoría piensa que la artesanía, por serlo, debe ser barata. "Pero no es así, debe tener un valor elevado en función de que, por citar dos aspectos, en ocasiones son manifestaciones artísticas del artesano y requieren mucho tiempo de trabajo. Hay prendas que se llevan de uno a seis meses en su creación".

José N. Iturriaga, director general de Culturas Populares del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, habla en entrevista luego de su participación hace unos días en el Coloquio de Culturas Populares, una reunión sin precedentes organizada por el Instituto Oaxaqueño de las Culturas y que actualizó el debate:

"De entre los millones de artesanos de México existen varios artistas maravillosos, pero también ha habido una influencia proveniente de la globalización, la televisión y la artesanía chatarra, que ha hecho que la calidad tradicional, los motivos originales, autóctonos, de algunas piezas artesanales se hayan pervertido, tergiversado o hasta perdido.

"De manera que parte importante de la labor institucional sería precisamente que la capacitación de los artesanos, el apoyo a la comercialización de sus productos, no fuera a costa de la perversión del arte popular, sino que tratara hasta donde es posible de mantener la tradición.

"Y digo hasta donde es posible porque no se puede ignorar que existen tecnologías modernas muy útiles. Por ejemplo, ya hay la posibilidad de elaborar cerámica sin plomo, y esto abre las puertas del mercado internacional".

Artesanía y cultura popular

El asunto de las artesanías se ubica en el contexto aun más amplio de la llamada cultura popular. Esta es creada por el ser humano a partir de la relación que sostiene con el entorno.

La cultura popular se observa en manifiestaciones como la danza, la música, la gastronomía, los modos de vida, la cosmogonía y, aspecto fundamental, la lengua. Las artesanías de comunidades indígenas o mestizas son una forma de cultura popular.

En un principio creadas para satisfacer las necesidades cotidianas de la gente, con toda la carga de sus culturas ancestrales, artesania-atlahapa-3-jpg las artesanías ahora se han convertido también en un producto para el mercado.

Sin embargo, de acuerdo con un documento de Aripo, existen "diferencias de fondo" entre la microindustria y la artesanía, pues la primera corresponde al sector manufacturero, sus productos se obtienen con cierto grado de automaticidad y, de manera invariable, son objetos industrializados.

Mientras, la artesanía es producto de una actividad manual ejecutada en forma individual, familiar o comunitaria. Su componente principal es la habilidad del artesano o el dominio de un oficio, que se logra mediante la aplicación de técnicas, herramientas o procedimientos transmitidos de generación a generación.

"Ello no significa -aclara el texto- que el artesano deba permanecer alejado de las técnicas modernas de producción, de organización y de los esquemas que le permitan incrementar la calidad y la productividad".

Menciona, sin embargo, aspectos comunes a la microindustria y la actividad artesanal: el tamaño reducido de las unidades productivas o talleres, sus pequeñas escalas para comprar insumos, producir y vender, así como una limitada capacidad de gestión en los mercados.

Epílogo abierto

El tema de las artesanías es amplio y complejo. Lo anterior es sólo un acercamiento a un asunto en permanente debate, como el concepto mismo de cultura popular. Quizá una de las claves para una mayor comprensión se encuentre en el inquietante planteamiento de José del Val durante el coloquio mencionado:

"A mayor pobreza en un país, más cultura popular, a menor pobreza, menos cultura popular". El reto sería que México preservara y aumentara su gran riqueza de arte popular, y que la comercialización de éste ayudara a resolver la marginación social en que se encuentran quienes lo crean.