LUNES 9 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Propone cursos especializados para los jueces de la caminata
Noé Hernández disfruta en casa el sabor del triunfo
Ť De su entrenador Pedro Aroche dice que ha sabido librar situaciones difíciles de la mejor forma
Jorge Sepúlveda Marín / II y última, Chimalhuacán, Méx. Ť Noé Hernández Valentín ríe poco. Más bien es serio, aunque con buen sentido del humor. Explica que está disfrutando lo que la medalla de plata de los Juegos Olímpicos de Sydney le ha traído. Habla de lo que es "el sabor del triunfo", difícil de explicar con palabras, pero que disfruta a plenitud.
Toca su presea y suelta, incontenibles, las sensaciones que le produce. Mientras pasa sus dedos sobre las figuras del metal, cuenta que siente deseos de echarle muchas ganas, de platicar con la gente, de ver a los amigos.
Es más, el viernes tuvo una recepción en la secundaria donde estudió, José María Pino Suárez, porque los chavos andaban bien alocados, querían conocerlo, saber qué y cómo le hizo para colgarse del cuello la plata. En una palabra, buscó comprobarles que es de carne y hueso y vecino de este municipio.
Noé les platicó que aunque esporádicamente le habían ofrecido algunos lujos, como quedarse en un hotel de gran turismo en Toluca, prefirió concentrarse en el Centro Ceremonial Otomí durante varias semanas. Les contó que si no hay esfuerzo, tampoco hay resultados. Los invitó a hacer deporte, no necesariamente caminata, sino actividades físicas.
El andarín dice que ha vuelto a su vida normal, pero la verdad es que no es así. Porque ahora atiende a los medios de comunicación que lo persiguen sin cesar. Recibe visitas en su casa y es detenido en la calle para arrancarle un autógrafo sobre una gorra, la playera o en un hoja del cuaderno escolar.
Tiene pendiente entrevistarse con el presidente municipal de Chimalhuacán, Jesús Tolentino Román; el miércoles estuvo en Los Pinos con el presidente Zedillo y está por ser recibido, al lado de los otros medallistas del estado de México, por el gobernador Arturo Montiel.
Su casa se encuentra en obra negra, con paredes de la azotea sin terminar y los muros sin recubrimientos.
Más medallas y ser ingeniero, su sueño
El Chivito, como le apodan entre los caminantes, estima que lo esperan algunas medallas más en su camino, aunque no sabe de qué colores, porque eso lo decide la competencia, las ganas que le ponga al paso. Pero paralelamente le gustaría estudiar la carrera de ingeniería, otro de los sueños que tiene casi desde niño.
Y no necesariamente debe egresar del Tecnológico de Nezahualcóyotl, a unos kilómetros de su casa, sino que espera que alguna universidad particular le dé una beca.
-Uy, te imaginas. He visto que muchos deportistas practican sus disciplinas, pero al mismo tiempo están en la universidad. Y pienso, caray, les debe costar mucho trabajo, y luego me digo, a poco yo no puedo. Y pues claro, porque si ya pasé por una situación bien difícil, no creo que ahora no la pueda hacer.
Y es que tiene ya la preparatoria avanzada, así es que prácticamente en cualquier momento puede entrar a la licenciatura para hacer una carrera con la que pueda mantener su vida y la de los suyos. "ƑIngeniería?, pues sí, porque me gusta", anota.
Va de un tema a otro. Ahora aborda el futuro de su deporte. La caminata no debe ser puesta en el predicamento de desaparecer para evitar las malas actuaciones de los jueces. Es una cantera inagotable de buenos resultados para México.
Lo que se debe hacer, estima, es dar cursos especializados a los jueces de todo el mundo, para que cuando la Federación Internacional de Atletismo Amateur (IAAF por sus siglas en inglés) los convoque y sepan exactamente qué preparación tienen y cuidar que sus fallos estén apegados a los reglamentos.
Y para quienes no cumplan con lo estipulado en las normas o quienes emitan decisiones muy descabelladas debe haber sanciones drásticas, porque no sólo están faltando a la dignidad de su trabajo, sino a la ética deportiva, a lo que le llaman el fair play, y eso definitivamente no se le debe permitir a nadie, sobre todo porque perjudican sin razón a los atletas que se han preparado a profundidad, durante largo tiempo.
Toma ejemplos, pero tiene su estilo propio
Aunque en el pasado y en el presente el medallista olímpico ha admirado a varios andarines, deja en claro que nunca ha intentado copiar el estilo de ninguno de ellos, porque "para qué trato de forzarme a hacer algo que a la mejor no puedo. Mejor, me concentro en mis cualidades y hago mi estilo propio.
"Antes me decían que con el modo de caminar que tenía se notaban mucho las fallas, pero luego de trabajar y trabajar en eso, ahora creo que ya tengo una técnica más refinada", sostiene.
En el patio de la casa de los padres de Noé, la familia cría un par de guajolotes para Navidad. Tienen algunos gatos, un perro lanudo de apenas unas semanas de nacido, además del rotwailer negro llamado León.
El suelo presenta algunas partes de cemento, y desde ese punto se observa a lo lejos la parte baja de Chimalhuacán y Ciudad Nezahualcóyotl, una vista que llena los ojos. Como una pintura, brumosa por la neblina.
Su casa, de dos plantas, carece aún de algunas puertas y otros acabados. Uno de los objetivos del medallista olímpico es terminarla para que sea más confortable, pero hasta eso debe planearse adecuadamente para que sea funcional. "Con el tiempo, con el tiempo se hará", dice como pensando en voz alta.
-ƑQué opinas de Pedro Aroche?
Apenas piensa unos segundos. Responde que siente que su entrenador ha pasado por situaciones difíciles de las que, por fortuna, ha sabido salir airoso, se ha recuperado y ya está aquí otra vez con un medallista olímpico que se le reconoce.
Agrega: "es una persona que carga con algún resentimiento, pero que lo saca de la mejor forma, con el trabajo, es de los que me dicen que no me vaya a subir al tabique (de la fama y el dinero) y luego me caiga mareado.
"Más que consejos, abunda, lo que da son órdenes y no queda de otra más que obedecerlo, porque sabes, creo que es difícil acostumbrase a otro entrenador. Además, él me hizo".
Asiduo observador de los noticiarios de televisión, lector de periódicos y algunos libros, además de escuchar música de todo tipo, el entrevistado se saborea cuando platica que su mamá le hace unos chilaquiles especiales, porque sabe que lo vuelven loco. Es uno de sus pequeños placeres.
Noé apura la plática, no sin antes bromear con su familia. Jugar unos segundos con León y luego de explicar la infinidad de actividades que aún debe cumplir, se va a paso veloz a seguir con lo que comenta, "es mi rutina normal".