LUNES 9 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Difundió un estudio


La piratería genética ocasiona el ecocidio: Bartra

Matilde Pérez U. Ť La piratería genética y la privatización de los "códigos de la naturaleza" son mecanismos de enriquecimiento especulativo, acciones ecocidas y antítesis de la sustentabilidad, consideró Armando Bartra, director del Instituto Maya.

En el inicio del nuevo milenio, las grandes corporaciones biotecnológicas son los sustitutos de los viejos terratenientes y de las antiguas compañías extractoras depredadoras. "La biodiversidad in situ está mayormente en manos de comunidades campesinas, con frecuencia indígenas; en cambio, la biodiversidad ex situ, los bancos de germoplasma y las bases de datos pertenecen al gran capital".

Bartra, estudioso de la problemática del campo mexicano, destacó que la solución está en la biotecnología y en la conservación de la biodiversidad in situ (en el lugar de origen). "Sin embargo, la lógica mercantil del polo empresarial de este dilema es incompatible con una estrategia cuyo sustento es el respeto a lo diverso".

La respuesta, dijo, está en "articular códigos y biodiversidad viviente, bancos y ecosistemas, saberes locales y saberes formales. La clave del proceso se encuentra en el territorio, pues en última instancia la biodiversidad se pierde in situ y se restituye in situ. El proceso virtuoso empieza y termina en el ecosistema y su clave no está en el capital sino en la comunidad humana".

En su breve escrito El derecho a la información, en el que aborda el tema de la biotecnología o, como la denomina, "la industria de la vida", Bartra advierte sobre el monopolio de la ingeniería genética. "Esta privatización excluyente de un bien natural escaso es de nuevo fuente de rentas perversas y distorsionantes".

Destaca que la producción biótica avanza en la ocupación de espacios. "Actualmente, 45 por ciento de la economía mundial se funda en bienes y procesos biológicos. Arrinconada por más de un siglo, madre natura regresa por sus fueros, y las perversiones que acarrea a su sometimiento a la lógica del mercado irrestricto son uno de los factores más disruptivos del capitalismo".

En el escrito, Bartra afirma que el "nuevo soporte del capital es la informática y sus ganancias dependen cada vez más de la privatización de los bancos de información y del control de las redes por las que fluye".

Insiste en que los bancos de germoplasma y la información sobre los códigos genéticos son la base de la "inédita industria de la vida".