LUNES 9 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Investigador de la Universidad de Wageningen
Nunca han probado la leche 20 millones de mexicanos: Améndola
Ť Actualmente, el consumo anual por familia es de 300 mililitros
Angélica Enciso L. Ť Alrededor de 20 millones de personas en el país nunca en su vida han probado la leche, a pesar de los programas de abasto social que se desarrollaron en la última década con la intención de llevar alimentos básicos a los más pobres. Además, para otros 60 millones la caída del poder adquisitivo del salario mínimo llevó a que de 20 litros que en 1989 podían comprar por familia al año ahora sólo sean 300 mililitros, explicó el especialista Ricardo Améndola, de la Universidad de Wageningen, Holanda.
En contraposición a ello se tiene que 20 por ciento de la población consume 40 por ciento de los lácteos, lo que signfica una polarización en el acceso a este alimento, agregó en entrevista. ''El problema social que representa acceder a la leche no será resuelto por los productores, ya que es evidente que la gente de bajos recursos no lo adquiere y los programas sociales de abasto prácticamente han desaparecido, lo cual no tiene que ver con la existencia del producto''.
Respecto al consumo de lácteos en el país, explicó que creció en forma importante, entre 1960 y 1980, hasta llegar a fines de esta década a ubicarse por encima de la media mundial de .067 kilogramos por habitante al año y colocarse en los 3.5 kilogramos, pero después se redujo a .66 aunque la media mundial también lo hizo a .096. La realidad, precisó, es que no se puede presentar un consumo per cápita, porque no toda la gente accede a él.
A partir de 1983 ''entró muy fuerte el programa de abasto social, pero después comenzó a decrecer y ahora prácticamente ha desaparecido. Mucha gente accedió a este alimento por esos programas y lo que consumían era la leche importada. No era competencia desleal para los industriales mexicanos, porque tomaban esa leche o no tomaban nada. No había otra opción''.
Para el consumidor la situación de su poder adquisitivo no da para comprar lácteos y con la desaparición de los programas de abasto, se tiene a 20 por ciento de la población sin probar ese alimento, mientras que 80 por ciento que lo puede adquirir se orienta a la leche industrializada, ya que la ''bronca'' prácticamente ha desaparecido del mercado, y a los productos especializados como yogur, quesos y crema.
Recordó que México, primer importador mundial de leche en polvo -el año pasado importó 130 mil toneladas-, abastece 30 por ciento de su demanda de lácteos con las compras del exterior, lo cual cada vez hará más difícil la situación de los industriales, ya que aquí los costos de producción son más altos que los de las naciones competidoras.
Sobre la situación de los productores indicó que en las dos últimas décadas las importaciones de leche en polvo, cuyas dos terceras partes se orientaron a los programas de abasto, afectaron el precio del producto nacional ya que se ligó a la cotización internacional. Sin embargo, la competencia fue con las naciones de la Unión Europea que históricamente han otorgado altos subsidios a este sector y además la leche en polvo es un ''subproducto'' de esas naciones, lo destinan a la exportación, porque las preferencias de sus consumidores se orientan por la leche fresca, dijo.
Detalló que el sector se empezó a recuperar hasta principios de los 90, pero al mismo tiempo el consumo comenzó a decrecer. Ahora para el productor mexicano la situación se vislumbra difícil, ya que la competencia se ahondará. Los ganaderos lecheros de países como Australia, Nueva Zelanda, Argentina y Uruguay obtienen precios de 20 centavos de dólar por litro, mientras que los mexicanos perciben 30 centavos, situación que refleja la mayor competitividad de aquellas naciones, agregó.
Para los productores mexicanos la amenaza viene de esos países y no hay evidencias de que la desgravación de la leche en polvo en el TLC sea realmente un peligro, consideró. En la última década la producción de lácteos creció al colocarse en 8 mil 826 millones de litros, lo cual fue casi 3 mil millones de litros más que los 5 mil 577 millones de litros de 1989.