Ť Reitera Barak ultimátum para que cesen choques en Gaza y Cisjordania
Alerta máxima palestina ante una eventual invasión israelí
Ť Dos muertos y 19 heridos, en las protestas de ayer
Afp, Dpa, Reuters y Ap, Jerusalén, 8 de octubre Ť El primer ministro de Israel, Ehud Barak, acentuó hoy su presión sobre el líder palestino Yasser Arafat para que cesen los enfrentamientos en Gaza y Cisjordania antes la medianoche del lunes, al tiempo que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) decretó el estado de excepción y puso a sus fuerzas de seguridad en máxima alerta ante la posibilidad de una invasión israelí.
En este contexto, militares israelíes y palestinos acordaron crear una célula de crisis con participación estadunidense, con miras a establecer una tregua en los territorios ocupados, donde este domingo un palestino y un árabe israelí murieron y otras 19 personas resultaron heridas en nuevos enfrentamientos.
Barak advirtió nuevamente que en caso de no restablecerse la calma, dará por cancelado el estancado proceso de paz, y sostuvo que utilizará todos los medios necesarios para poner fin a la escalada comenzada luego que el jefe del derechista Likud, Ariel Sharon, visitó el Monte del Templo, el 28 de septiembre, con saldo hasta ahora de 93 muertos, casi todos ellos palestinos o árabes israelíes.
El jefe de gobierno israelí también presionó a Siria para que trate de lograr la vuelta a la calma en la región y atribuyó a Damasco la responsabilidad de todas las acciones hostiles perpetradas contra Israel frente a su frontera norte, al insistir sobre el papel de ese país como fuerza decisiva en Líbano.
Israel reforzó sus posiciones militares en la frontera con Líbano, luego que el movimiento chiíta proiraní Hezbollah capturó ayer a tres soldados israelíes en el sur libanés, y pretende canjeralos por libaneses detenidos durante 22 años de ocupación de la llamada zona de seguridad en el sur libanés.
Obuses contra un puesto militar
Dos obuses de mortero fueron lanzados hoy sobre un puesto militar israelí en las Granjas de Shebaa, en la frontera con Líbano y Siria; ninguna organización reivindicó el ataque.
Cazas israelíes sobrevolaron este día a baja altura el sur de Líbano y Beirut, la capital, lo que provocó temor entre la población ante la posibilidad de ataques de represalia, mientras que por segundo día consecutivo refugiados palestinos se manifestaron en la frontera libanesa-israelí.
El primer ministro libanés, Salim Hoss, y el representante en ese país del Comité Internacional de la Cruz Roja, Henry Fournier, iniciaron negociaciones con un responsable de Hezbollah, a quien pidieron ver a los tres prisioneros israelíes. Sin embargo, el dirigente del movimiento chiíta, Ismael Abu Shanab, aseguró haber examinado con el líder palestino la manera de intensificar la rebelión en los territorios palestinos y de hacerle frente a los desafíos lanzados por los israelíes.
Hezbollah, que abandonó los puestos de observación en la frontera con Israel, anunció que estableció contactos con mediadores alemanes para el intercambio de prisioneros con Israel. La especie, divulgada también por la prensa prosiria en Líbano, fue rechazada por el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán.
A todo esto, el canciller español Josep Piqué informó que la secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, le solicitó en conversación telefónica que junto con Francia intervenga ante Irán para lograr la liberación de los tres soldados israelíes.
Del otro lado de la frontera libanesa, la población israelí inició la mayor fiesta judía, el Yom Kipur (Día del Perdón), enmedio de temores de un estallido con mayor violencia.
En Cisjordania y la franja de Gaza, el ejército israelí reforzó su dispositivo militar con el desplazamiento de tanques de guerra, al tiempo que el general palestino Razek al Majeidah y el comandante de la región sur del ejército israelí, general Yom Tov Samia, llegaron a un acuerdo para detener los combates en Gaza.
Crean célula de crisis conjunta
Durante una reunión en el paso fronterizo de Erez, a la entrada de Gaza, anunciaron la creación de una célula de crisis conjunta, con participación estadunidense, para hacer frente a los problemas de seguridad que podrían ocurrir en la franja.
A su vez, la ANP decretó el estado de excepción en su territorio y puso a todas las fuerzas de seguridad y el aparato de intelegencia en máxima alerta, ante la posibilidad de una invasión israelí.
Este domingo los enfrentamientos en los territorios ocupados y en Jerusalén bajaron de intensidad, con un saldo de dos muertos y 19 lesionados, la mayoría de ellos en combates registrados en las cercanías de la colonia judía de Netzarim, en Gaza, donde el ejército israelí destruyó tres edificios situados en torno a un puesto militar.
Un árabe-israelí murió en la ciudad de Nazaret en combates entre judíos y árabes, mientras que en las cercanías de Kalkilia, Cisjordania, un colono judío ultimó a balazos a un palestino. El balance de once días de combates asciende a 93 muertos, de los cuales 78 son palestinos, 11 árabes-israelíes, y cuatro israelíes.
En Marruecos, cientos de miles de personas, encabezadas por el primer ministro marroquí, Abderrahman Yussufi, se manifestaron en apoyo a los palestinos; en El Cairo, varios miles de personas también les externaron su respaldo. Y en Essen, Alemania, donde hubo manifestaciones de apoyo a los palestinos y por el fin de la violencia, tres ciudadanos libaneses fueron detenidos tras un ataque a pedradas contra una sinagoga.
El general Uzi Dayan, asesor del primer ministro israelí, advirtió que la escalada de violencia en los territorios palestinos podría obligar a Israel a tomar acciones contra los propios líderes palestinos, pero declaró que Barak confía en que Arafat acate el plazo dado para poner fin a las hostilidades. De no hacerlo, advirtió Dayan, el ejército podría cambiar sus tácticas, y "podríamos incluso atacar las instalaciones de aquellos responsables de la actual situación".
La prensa árabe consideró que la "guerra por Jerusalén" o la "revolución de los palestinos" ya comenzó, al señalar que "la hora de los prudentes parece haber llegado a su fin", y la duda es si la propia dinámica puede ser detenida. El diario Al Hayat, de El Cairo, consideró que el presidente Arafat parece haber perdido el control sobre su propia gente.
Ť Viajaría Clinton a Egipto
Afp, Dpa, Reuters y Ap, Washington, 8 de octubre Ť El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, analiza la posibilidad de viajar esta semana a Egipto para reunirse con los líderes israelí, Ehud Barak, y el palestino, Yasser Arafat, para intentar dar fin a la violencia en la región, mientras gobiernos de países occidentales y de Medio Oriente, así como ONG llamaron en las últimas horas a frenar la escalada de violencia en esa región.
Clinton analiza la posibilidad de viajar esta semana a Medio Oriente para reunirse con Arafat y Barak, dijeron fuentes oficiales a Afp, pero indicaron que no es factible que el gobernante estadunidense viaje ante de la visita de cuatro días a Washington del número dos de Corea del Norte, Jo Myong-Rok.
Otras fuentes, éstas citadas por la cadena CNN, señalaron que Clinton propuso a su par egipcio Hosni Mubarak la realización de una cumbre a mediados de esta semana, a fin de detener los enfrentamientos, que ya dejaron 92 muertos y más de 2 mil heridos, la mayoría palestinos o árabes israelíes.
De su lado, el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, viaja esta noche a Israel con la esperanza de que su gestión permita reducir la tensión en Medio Oriente.
Entre tanto, la secretaria de Estado, Madeleine Albright, justificó la abstención ayer de Estados Unidos frente a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que condena a Israel por el uso excesivo de la fuerza, ante la necesidad de su país de mantenerse como mediador de paz creíble en Medio Oriente. "Hemos hallado que ciertas partes de esa declaración son falsas (...) y que había que abstenerse a causa de esas formulaciones", dijo Albright, quien señaló que Estados Unidos no utilizó su derecho a veto porque eso habría creado mayores problemas en la región y "nosotros debemos ser mediadores honestos".
La Autoridad Nacional Palestina se felicitó por la resolución de condena a Israel, mientras Barak dijo lamentar pero comprender la abstención estadunidense, al señalar que hubiera preferido un veto.
Durante todo este día se sucedieron contactos telefónicos entre líderes árabes, y de éstos con Clinton, como fue el caso del presidente sirio, Bachar al Assad, quien pidió al mandatario estadunidense que intervenga ante Israel para que adopte medidas que permitan frenar la escalada; Damasco reiteró su apoyo a la lucha de Hezbollah.
Barak también envió un mensaje al jefe de Estado egipcio para pedirle que intervenga ante Arafat, a fin de lograr un regreso a la calma total. Mubarak, que responsabilizó a Israel por el secuestro de tres de sus soldados en Líbano, rechazó sin embargo los llamados de una guerra en contra Tel Aviv.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, también discutió vía telefónica con Bashar el Assad sobre la situación, en tanto que Gran Bretaña llamó a Israel a reconsiderar el nivel de violencia desplegado por su ejército. De su lado, Francia instó a Barak y Arafat a trabajar con urgencia para llevar calma a los territorios ocupados, mientras en Irán, el consejo de discernimiento, importante instancia de poder, preconizó la creación inmediata de una fuerza islámica destinada a proteger a los palestinos, incluyendo métodos militares.