LUNES 9 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Obispos y pastores advierten sobre el riesgo de ''proselitismo agresivo''


Temen iglesias confrontación, si operan medios

Ť La promesa hecha por Fox en ese sentido tiene una redacción ambigua, apunta Bernardo Barranco

José Antonio Román /II y última Ť Con la promesa de Vicente Fox de ''abrir'' los medios masivos de comunicación a las iglesias, éstas aspiran no sólo a tener acceso a esos espacios para difundir sus principios y actividades, sino a convertirse legalmente en concesionarios y dueños de medios electrónicos.

Sin embargo, obispos católicos y pastores evangélicos advierten los ''graves riesgos'' de abrir ''indiscriminadamente'' estos medios y practicar a través de ellos un ''proselitismo agresivo'' en la búsqueda de feligreses. Son múltiples las experiencias de encono y enfrentamiento entre iglesias y fieles de distinta fe, en países donde la legislación permite a las denominaciones religiosas ser concesionarias; muchos de estos hechos, incluso violentos, han tenido su origen en expresiones transmitidas en sus respectivos espacios.

Para Bernardo Barranco, estudioso del tema y miembro del Centro de Estudios de las Religiones en México, el decálogo de promesas hecho a las iglesias por Fox durante su campaña política, donde se incluye el compromiso de ''abrir el acceso a los medios masivos'', tiene una ''redacción ambigua'' y se presta a diversas interpretaciones.

Por ejemplo, cuando el decálogo de Fox Quesada -hecho público el pasado 27 de abril- habla sobre la educación dice: Respetaré el derecho de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos. Pero nunca se precisa en qué consiste el término ''respetar''.

Concesionarios y devotos

Esto mismo ocurre, dice Barranco, con la propuesta siete, en la que Fox se compromete a abrir el acceso a los medios de comunicación masiva a las iglesias, para que éstas puedan difundir sus principios y actividades. ''No hay ninguna propuesta concreta en estos dos apartados polémicos, pues requieren de interpretación y necesariamente de reformas constitucionales''.

Mencionó también que, a su juicio, no todos los obispos católicos están urgentemente interesados en la posesión de los medios, dado que la mayor parte de los concesionarios son devotos católicos y, por lo tanto, no habría necesidad de ser concesionarios propios e invertir grandes recursos económicos. Así que, familias como los Vargas, Aguirre y Azcárraga, sólo por citar algunas, podrían facilitar, como de hecho lo hacen ya, espacios de audiencia.

No obstante, el problema se presenta aquí en términos de pluralidad, debido a que las diferentes iglesias cristianas y protestantes no tendrían el mismo espacio y cobertura.

Pero por su trayectoria, estas iglesias sí cuentan con una amplia experiencia técnica y de comunicación, dado que en Estados Unidos y países de América Latina, desde hace más de 20 años han demostrado e impulsado las comunicaciones electrónicas con resultados francamente espectaculares, en incremento de audiencia y penetración. Aquí, nuevamente toda iniciativa de Fox se enfrentará a un sector secular que aspira a una religiosidad estrictamente privada.

Aun cuando el hoy presidente electo levantó entre los líderes religiosos una gran expectativa con la carta de sus diez compromisos, encuentros privados y manejo de símbolos religiosos durante su campaña, es probable que las reformas constitucionales de fondo deban esperar cuando menos tres años, tal como ocurrió con las reformas del presidente Carlos Salinas, anunciadas en 1988 pero consumadas en diciembre de 1991, con un Congreso distinto al que tomó posesión, según lo han expresado tanto integrantes del equipo de transición, como jerarcas religiosos.

Adoniram Gaxiola, pastor e integrante de la Secretaría de Comunicación Social de Iglesias Evangélicas, descartó que estos cambios se den en lo inmediato, cuando menos no en los tres primeros años de gobierno del presidente Fox, pues no sólo se debe buscar consenso entre el resto de las iglesias, sino que estará ocupado en otros temas prioritarios para el país.

Pero de darse estos cambios, auguró que no todos los grupos católicos ni todos los evangélicos tendrán éxito en su incursión en los medios electrónicos. Así, el movimiento católico de los ''carismáticos'' y los ''neopentecostales'' -en el caso de los evangélicos- serán los sectores que podrían tener una presencia más exitosa en los medios masivos, debido al ambiente festivo con el que realizan la celebración religiosa, donde están presentes los cantos, las alabanzas y una activa participación de la feligresía, dejando atrás las formas ''acartonadas'' de los rezos y los sermones.

Con la experiencia de otros países, y de manera incipiente en México, el éxito de algunas iglesias ha radicado precisamente en la difusión de programas de radio y televisión con un ''rostro más secular que religioso'' y presentando personas ''jóvenes y bien parecidas''. Este es el caso del programa hispano Padre Alberto, de la Iglesia católica en Estados Unidos, que ha tenido un gran éxito y que ya se transmite en cadena privada en México.

Abner López, director de la Sociedad Bíblica de México, expresó su temor de que en el país, con una eventual apertura de los medios y la conversión de las iglesias en concesionarias, se repitan historias de encono entre diversas denominaciones religiosas, que en gran parte de los casos surgen a raíz de acusaciones mutuas hechas durante las transmisiones de sus respectivos programas.

Es necesario, dijo, insistir aún más en la ''cultura de la tolerancia'' religiosa, aunque lo ideal es que ni siquiera se utilizara ya este término, sino que se pasara definitivamente a la ''cultura del respeto'', donde ya no sólo se hable de tolerar, sino donde las iglesias y los feligreses se conozcan y reconozcan diferentes, en un clima de ''respeto mutuo permanente''.

A su juicio, esta práctica sería el factor clave para transitar con éxito hacia una nueva reforma constitucional en materia religiosa, donde a las iglesias también se les reconozca el derecho que tienen de ser concesionarias de medios.