Ť Melchor Peredo: se magnifica su lado oscuro
Mito ominoso oculta la real personalidad de Santa Anna
Ť El pintor incluye al caudillo en su mural Resistencia heroica...
Yanireth Israde Ť Antonio López de Santa Anna no traicionó a la patria, ni fue el personaje ruin y villano que promueve la "historia oficial"; merece "ser considerado un gran héroe", asegura el muralista e investigador Melchor Peredo, quien incluirá la figura del militar jalapeño en un mural de casi 180 metros cuadrados, que será el más grande en Veracruz.
La magna obra, que desde hace unos años comenzó a cubrir las paredes del antiguo edificio del Tribunal Superior de Justicia de Jalapa, se titula Resistencia heroica del pueblo veracruzano ante las invasiones e incorpora otras figuras, todas ilustrativas de algún periodo histórico.
Están, por ejemplo, Benito Juárez y los emperadores Maximiliano y Carlota. Santa Anna, ''falsamente acusado de vender la mitad del territorio mexicano a Estados Unidos", estará pintado como el ''héroe que fue", anticipa Peredo. Aclara que en su reconstrucción pictórica no omitirá los rasgos ''negativos" de quien se ostentaba como ''Su Alteza Serenísima".
¿Chivo expiatorio?
Hasta ahora no se reconocen los méritos del militar ''porque conviene mantener la idea de que en el asunto de la pérdida territorial hubo un traidor, y no un pueblo vencido. Es más tolerable la terrible derrota ante nuestros vecinos del norte si pensamos que el país fue víctima de un conspirador y Antonio López de Santa Anna es el chivo expiatorio", asegura el artista de trayectoria internacional, autor de murales que se exhiben lo mismo en París que en Estados Unidos, o en Jalapa, Veracruz.
''Procuré fue acercarme sin prejuicios al personaje", expone. ''Si los historiadores no hablan, entonces nos corresponde hacerlo a los artistas". Califica de ''ominoso" el mito que oculta la verdadera personalidad de Santa Anna, pues ''existe una creencia, casi generalizada, de que fue responsable de firmar el convenio por el que el México perdió cerca de 2.5 millones de kilómetros cuadrados. Eso no es cierto".
La verdad acerca Santa Anna está sepultada por la ''historia oficial". Y ''hay tanta tierra que es preciso leer prolijamente y entre renglones todo lo que se ha escrito sobre el caudillo, pegando fragmentos y rescatando omisiones. Es un trabajo más de arqueólogos que de historiadores. Yo he empleado tres años estudiando la historia de Veracruz, y mientras más polvo quito, más me emociona lo que hallo de Santa Anna".
Decidió investigar, porque ''no podía pintar la historia oficial. Esa siempre ha sido dudosa y tengo una gran responsabilidad en este mural". Las indagaciones no sólo sirvieron al muralista para recrear a Santa Anna en su obra pictórica, sino para escribir un libro, todavía inédito, Santa Anna, presencia de un mito histórico.
Asevera que el militar jalapeño no tuvo culpa en la pérdida del territorio. ''El Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo definitivo entre la República Mexicana y los Estados Unidos de América fue firmado en 1848 por el presidente Manuel de la Peña y Peña, quien aceptó la indemnización, pues no fue una venta, sino un armisticio, y Santa Anna estaba ausente.
''Cierto que el caudillo vendió territorio nacional, pero fue la pequeña franja denominada La Mesilla".
Una ''verdadera aberración" es que por el mito de traidor a la patria no se celebre el aniversario de la fundación de la República Mexicana. ''¡Eso es increíble!"
"Está enterrado también el triunfo santanista que evitó la reconquista de México por España. Cuando desembarcaron las huestes de Isidro Barradas en Cabo Rojo, Tampico. Cuidadosamente, nuestros historiadores atribuyen la derrota del invasor a un ciclón, el vómito negro y los mosquitos."
Es imposible negar, reconoce, el ''lado negro" de Santa Anna. "Fue una personalidad dual. Tuvo, como dicen sus críticos, vicios de carácter. Fue ególatra, vanidoso, excéntrico. Empero, la historia oficial magnifica esos aspectos y no se ocupa de los otros, de lo positivo".
Asegura: "Ningún otro militar ni político de la época independiente tuvo la constancia, la valentía y la entrega de él para combatir a los invasores".
Políticas ''imperdonables''
"Fue un gobernante muy especial: decretó la pena de muerte para los funcionarios corruptos, confiscó las joyas del clero, declarándolas propiedad de la nación, exentó a los estudiantes del servicio militar, obligó a los profesores a regularizarse oficialmente y decretó la fundación de la Escuela Nacional de Artes y la de Agricultura."
Sin embargo, impuso otras políticas ''imperdonables para los progresistas", por ejemplo, decretar obligatoria la enseñanza del catecismo del padre Ripalda en las primarias, imponer contribuciones según el número de ventanas, carruajes y perros, o mandar construir un cenotafio para su pierna amputada, así como la captura de Benito Juárez, enviándolo al destierro.
Hoy existe una mayor apertura para mirar de manera objetiva a Santa Anna, o por lo menos para ocuparse de él, añade Peredo.
Esos intentos se manifiestan en la película de Felipe Calzals (Su Alteza Serenísima, que se exhibirá en salas a partir del próximo mes); también en el texto de Enrique Serna, El seductor de la patria, o diversas investigaciones académicas. ''Muchos de los que se han interesado por su figura están fascinados porque es un personaje eminentemente teatral, además de su relevancia histórica, claro".