DOMINGO 8 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Bárbara Jacobs Ť
Lenguaje y catarsis
Del asunto, lo que me pareció curioso fue que mamá nos comunicara que acababa de aprender tanto los términos "simbiosis" y "catarsis" como su significado. Al oírla, sonreímos. Luego, por mi cuenta, me solté a pensar. ƑEn dónde había aprendido mamá esas palabras? ƑLas habría leído? ƑEn relación a qué? O, Ƒpor qué me parecía sobrecogedor que ella, por esto o por aquello, hubiera reparado en esos dos conceptos precisamente? ƑPorque era una madre? ƑPorque era la mía? Me conmovió en los días siguientes, cuando la oía repetir, "simbiosis", "catarsis", y sus acepciones; a veces atribuyendo la de uno de los sustantivos al otro; a veces, esforzándose por recordar cuáles eran los dos nombres que había memorizado, como cuando uno estudia una lengua extranjera y, sí, debe hacer todo un esfuerzo para ejercitarse en el nuevo vocabulario.
Mi maestro no vacilaba en repetirnos que, si íbamos a ser escritores, debíamos leer el diccionario. ƑLeer el diccionario? ƑUna página al día? Lo que sea, con tal de conocer cada vez mejor el idioma con el que vas a trabajar. Las raíces, los niveles de uso, los ejemplos. Todo; sí; efectivamente. ƑQué aprendiste hoy? Que la raíz griega syn, en español significa con. ƑSimbiosis, por lo tanto, con vida? Bueno, y algo más. Pero hay que pasar de la superficie hacia abajo. Quien disfrute tu observación de syn como con, experimentará un grado de catarsis, sin duda. Que era lo que Aristóteles observó en el teatro. Ante una tragedia, ante la representación de pasiones como el miedo y el enojo, el espectador purga las suyas equivalentes, quieto y callado, y sale de ahí aligerado, como por arte de magia, Ƒcon el nivel de adrenalina intacto?
Ampliar el vocabulario propio no es fácil, por más que sepas cómo lograrlo. Mientras más autores de primera conozcas, etcétera. Familiarizarse con lo más rico, para que por añadidura de perdida tu ortografía sea buena de forma automática. Sí; pero luego se presentan casos que te mueven el tapete. Como el de oír una palabra determinada y saber que lo que quiso decir quien la dijo no era eso y, sin embargo, entenderle.
A ver si me explico. Oí a un boxeador referirse a la piel sencilla, a la vez que señalaba el borde exterior de su mano. Dijo sencilla, pero sé que quiso decir sensible. Oí sencilla; pero entendí sensible. ƑPara qué, entonces, aprender el significado de las palabras, si lo que uno quiere decir es transmisible a pesar de las palabras? Y, un planteamiento de esta naturaleza, Ƒno acaba con la literatura, que es el arte por excelencia de la comunicación a través del lenguaje escrito?
El lenguaje, o la expresión de la mente y del corazón, nos juega chueco, sin duda. Porque, Ƒquién no ha dicho alguna vez precisamente lo que no quería decir y que era, precisamente, lo que debía decir para comunicar con exactitud, aunque a pesar de sí mismo, lo que su cabeza o sus sentimientos se traen de verdad? Es decir, el que está en falta, traicionado o denunciado por su propia expresión conceptual.
Pero hay ejemplos de usos imprecisos del lenguaje que no son necesariamente bochornosos, como el de una niña de siete años que se quejaba de que le hubieran cortado cinco dedos de pelo. Manifestaba su protesta con esta expresión: "Yo no estoy acostumbrada"; sin embargo, el tono que empleaba permitía que uno supiera que lo que ella quería decir en realidad era: "Yo no estoy de acuerdo". Se miraba el pelo ante el espejo y añadía: "Ahora me da cinco dedos arriba del busto". Bueno, Ƒcuál busto, no? Pero era lo que quería decir, pues, la planicie debajo del corpiño hoy, mañana tendrá volumen, sin duda, y se llamará, como se llama, busto.
Y bueno, con todo esto, también pensé que el lenguaje y el que lo usa lo que tienen es una relación simbiótica, y que hablar o escribir, aunque de forma imprecisa o francamente equivocada, son acciones capaces de producir catarsis, tanto en quienes las llevan a cabo como en quienes, voluntaria o involuntariamente, las oyen o las leen, proceso que establece, a su modo, una interacción simbiótica, nociva o benéfica, pero efectiva.