DOMINGO 8 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Caen sus líderes, pero las bandas siguen operando


Cobró auge la industria del secuestro en el sexenio salinista

Ť Para 1998 ya era una de las principales actividades delictivas

José Galán Ť La industria del secuestro en México cobró auge a partir de 1992, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, cuando importantes organizaciones criminales dedicadas al robo de vehículos, asalto y hurtos diversos, decidieron especializarse en la toma de rehenes por quienes exigían grandes cantidades de dinero, y en varios casos los privaron de la vida. Muchas veces actuaban en complicidad con autoridades.

Andrés Caletri y Modesto Vivas Urzúa, alias la Víbora, comienzan a destacar en ese año como los principales secuestradores, mientras que Daniel y Aurelio Arizmendi, los Mochaorejas; Marcos Tinoco Gancedo, el Coronel, y los hermanos Alfonso y Roberto Sánchez Ramírez, los Ponchos, aparecerían más tarde. Para 1998, según datos de la coordinación de inteligencia de la PFP, el secuestro se había convertido en una de las principales actividades delictivas junto con el tráfico de armas y drogas y el robo de autos.

Es precisamente en enero de 1992 cuando se fugan del penal de Santa Martha Acatitla Andrés Caletri López, Alvaro de León Valdez, el Duby; Héctor Cruz Nieto; Roberto Nieves Juárez, Bernardo Guerra Villalobos, Jorge Rodríguez Sáez, Leonardo Montiel Ruiz y Ricardo Arredondo Argüello, con la ayuda desde el exterior del célebre Alfredo Ríos Galeana -en cuya banda comenzó su carrera Andrés Caletri-; Ignacio González Nava, el Chorejas; José Bernabé Mendoza, el Marino; Raúl Aguilar Arzate, el Chamoy, y Héctor Peralta, el Papis.

En mayo es recapturado Héctor Cruz y enviado al Reclusorio Oriente, mientras que en septiembre es recapturado Andrés Caletri y enviado a ese mismo reclusorio. Para finales de 1992 y a lo largo de 1993, la industria del secuestro toma auge en Morelos, Guerrero, estado de México, Michoacán, Puebla, Hidalgo y el Distrito Federal. Para entonces las autoridades ya estaban detrás de la banda de Modesto Vivas Urzúa, la Víbora. Para 1994, y ante la inquietud ciudadana surgida en los tres años anteriores sobre los secuestros, las autoridades crearon la Unidad de Investigación Especial para la Atención de Secuestros (UIEAS), dentro del grupo de coordinación GAT.

Reclusorio Oriente, el club del crimen

En 1994, Modesto Vivas Urzúa, la Víbora, es reaprehendido e ingresa al Reclusorio Oriente, al igual que Benito Vivas Ocampo, alias el Viborón. Para entonces, el Reclusorio Oriente se había convertido en un verdadero club del crimen. Allí estaban no sólo los anteriores sino también Andrés Caletri, Alberto Sosa Sánchez, Angélica Vázquez Urzúa, la Gela, Armando Campos Osuna, Benigno Sánchez Franco, Carlos Mandujano Gómez, Carmelo Vergara Aguillón, Clemente Castrejón Sánchez, Eugenio Cuenca Palacios, el Gordo; Eusebio Sánchez Cortés, Felipe Franco Soto, Gaudencio Cuenca Palacios, la Gata; Gilberto Rodríguez Guevara y otros 16 secuestradores.

En 1995, mientras que Daniel Arizmendi comete sus primeros secuestros, dentro del penal José Luis Canchola Sánchez se relaciona con Modesto Vivas Urzúa a través de Andrés Caletri, y planean una nueva fuga, que tiene lugar en diciembre de ese año, cuando logran evadir los muros del penal 15 secuestradores, entre ellos la Víbora, Andrés Caletri y Héctor Cruz, el Negro.

En 1996, integran una sola banda que, luego de diferencias operativas, se divide en dos grupos: Modesto Vivas Urzúa y José Luis Canchola encabezan un nuevo grupo de secuestradores que opera en el Distrito Federal y Morelos, mientras que Benito Vivas Ocampo, Andrés Caletri y Héctor Cruz se refugian en Morelos, lugar donde inician asaltos bancarios y secuestros. La banda de los Mochaorejas, por otra parte, ya está en plena actividad.

Benito Vivas, Héctor Cruz y Alfredo García Santiago se enfrentan en 1997 a elementos de la Policía Judicial estatal y pierden la vida. Para abril, Maximiliano Vivas Ocampo y siete integrantes de la banda de Benito son detenidos. Para entonces, Andrés Caletri conforma una nueva banda junto con León Maya, el Brandon; Raúl Aguilar, el Chamoy; Héctor Peralta, el Papis, y Erick Alberto Sánchez Chávez, el Erick. Realizan secuestros en los estados de Morelos, México, Hidalgo y el Distrito Federal.

Para 1998 entra en acción la banda de los Ponchos. A lo largo de 1999 se realiza el desmembramiento de las principales bandas -Daniel y Aurelio Arizmendi son arrestados y remitidos a Almoloya de Juárez-, y para este año quedan operando los miembros de las bandas de Marcos Tinoco Gancedo, detenido y recluido en Almoloya de Juárez; de los Ponchos en el Distrito Federal, así como Héctor Peralta y Erick Alberto Sánchez Chávez. Este año es detenido Andrés Caletri en Pinotepa Nacional, Oaxaca, y remitido al penal de Almoloya, así como Roberto Sánchez Ramírez, de los Ponchos.

Sin embargo, la mayor parte de los cómplices de estos grandes capos están en libertad, y continúan actuando en diferentes bandas, entre ellas la de Los Vivos, a quienes se les atribuye el asesinato de dos agentes federales el pasado viernes, cuando pretendían entregar el rescate por una víctima. La industria del secuestro no se acaba.