DOMINGO 8 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Intensa presión de bandas armadas de taladores ilegales, señala Semarnap 

Inminente crisis ambiental en la reserva de la mariposa monarca

Ť En 20 años se perdieron 13 mil hectáreas boscosas Ť En estudio, ampliación de la zona protegida

Matilde Pérez U. /I Ť Todos, autoridades ambientales, grupos ecologistas, campesinos, investigadores y gobiernos estatales y municipales, aceptan: el santuario de las mariposas monarca está al límite de una crisis ambiental, por la intensa tala clandestina protegida por bandas armadas.

"Es un problema terrible y grave. Son redes de organizaciones ilegales que están en la región. Con una credencial de la Profepa (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente) no se puede enfrentar a grupos armados. La cosa es seria y requiere de la intervención de la policía", describe Carlos Toledo Manzur, director general de Programas Regionales (Proders) de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap).

A esto se suman otros fantasmas. Más de un millón de personas del estado de México y Michoacán que habitan en esa extensa región montañosa conocida como Mil Cumbres podrían padecer hambrunas por la escasez de agua y la alteración del microclima. Por su ubicación, la zona forma parte de las dos más importantes regiones hidrológicas del centro del país: el Lerma y el Balsas.

Ťmariposa-monarca-mich-1-jpgLas luces ámbar están encendidas: en menos de 20 años se perdieron 13 mil hectáreas, es decir la mitad del área más conservada del bosque de oyamel; los especialistas temen que en un mismo lapso se termine con las poco más de 15 mil hectáreas que aún restan. "Lo más trágico de la devastación del macizo forestal es la pérdida de agua", dice el representante del Fondo Mundial para la Naturaleza en México (WWF, por sus siglas en inglés), Guillermo Castilleja.

Para tratar de salvaguardar la zona boscosa, e incluso restituir la parte destruida, la Semarnap inició, desde junio de este año, una amplia consulta entre 104 ejidos y comunidades, con los gobiernos del estado de México y Michoacán y con organizaciones no gubernamentales ecologistas, para ampliar de 16 mil 110 hectáreas a 56 mil 259 la superficie protegida bajo la figura "reserva de la biosfera".

En la búsqueda de aminorar las resistencias y el poco éxito que ha tenido en 14 años para que la gente acate el actual decreto de la reserva, la Semarnap acompaña su propuesta con la creación de un fondo económico de 6 millones de dólares para pagar a los ejidos que dejen de explotar sistemáticamente sus bosques y a los que sumen superficies para la conservación.

"El fondo monarca implica venta de servicios ambientales por no cortar árboles y proteger, y puede ampliarse cuando se abra el mercado de captura de carbono", expone el director general de los Proders, Carlos Toledo. Además, "el proceso de redefinición del decreto de la reserva es producto de una petición que los campesinos habían hecho y que se expresó claramente, casi como una conclusión, en la Reunión Regional de América del Norte sobre la Mariposa Monarca, hace tres años".

Allí, el presidente del Instituto Nacional de Ecología, Enrique Provencio, se comprometió ?ante campesinos, ONG y los representantes de la Comisión de Cooperación Ambiental (agenda ambiental dentro del Tratado de Libre Comercio) de Estados Unidos y Canadá? a elaborar una nueva propuesta de decreto, ya que el vigente, publicado en 1986, "tiene un conjunto de limitaciones, desventajas y problemas", abunda. "Se hizo a la vieja usanza. Se impuso a la gente, y no se asociaron a su esquema de conservación alternativas de desarrollo sustentable y de compensación económica para los productores".

Persiste la incertidumbre

La propuesta del nuevo decreto aceptada en lo general por los afiliados a la Confederación Nacional Campesina y por la Alianza de Ejidos y Comunidades de la Reserva Mariposa Monarca ?constituida en 1995? no termina con la incertidumbre de los campesinos ni con sus sospechas de que, una vez más, los programas no se cumplan por el cambio de administración.

Ambas organizaciones demandan a la Semarnap que en los artículos transitorios del nuevo decreto se incluya la constitución del fondo monarca y sus principales mecanismos, así como el compromiso gubernamental federal y de los estados de incrementar los recursos destinados a programas de desarrollo comunitario. "La inversión tiene que ser permanente, ya que la ampliación del decreto afecta a más de 100 comunidades", asienta Pascual Zigala, asesor de la Alianza de Ejidos y Comunidades.

Para las familias de los 22 municipios de la región que presentan condiciones de marginalidad y pobreza, los bosques son el recurso productivo más importante del que disponen, ya que 60 por ciento de sus ingresos provienen de la explotación de ellos y de la agricultura.

Pero, "aun en el caso de ser manejados (los bosques) de manera rentable, ello no lo hace un recurso suficiente para garantizar la reproducción del total de las familias campesinas de la región", establece el estudio La reserva especial de la biosfera mariposa monarca. Problemática y perspectivas, cordinado por Leticia Merino, de El Colegio de México. "La creación de fuentes de empleo no agropecuarias y la migración resultan medidas necesarias para esa reproducción y para la preservación de los recursos naturales de la región en el largo plazo".

El decreto de 1986 no impidió la tala clandestina ni benefició a los campesinos. Hoy, "el bosque es una serie de islas con grandes pedazos de monte degradado entre ellas", indica el estudio Deforestación y degradación forestal en la zona de los santuarios de la mariposa monarca, del Fondo Mundial para la Naturaleza. "La tala fuera de las zonas núcleo fue de 419 hectáreas anuales entre 1971 y 1984, y de 450 hectáreas entre 1984 y 1999"; en las áreas vedadas a la explotación forestal, esa cifra se multiplica.

Otro de los defectos del edicto es que "nadie sabe con exactitud cuáles son los límites de la reserva en la tierra (...) Nadie ha marcado con precisión los límites de las zonas núcleo o las áreas de amortiguamiento", expone a su vez la investigación Aspectos legales del manejo forestal en México, realizada en 1998 por el Environmental Law Institute.

En el apartado dedicado a la reserva de la mariposa monarca, el análisis advierte que "la reserva está en serios problemas. Partes de ella enfrentan problemas por enfermedades propias del bosque. Otras muestran una continua y significativa perturbación humana, incluyendo los efectos de incendios, tala ilegal y animales que pastan por (esas) zonas. La perturbación puede arruinar fácilmente el valor de los bosques para las mariposas en el corto plazo".

Y tras 14 años de la creación de la reserva ?a donde cada año se calcula llegan a hibernar entre 7 y 20 millones de ejemplares de la mariposa? ésta carece de un programa formal de manejo.

Roberto Solís, director de la reserva de la biosfera de la mariposa monarca, advierte: la región está en el límite de la sobrevivencia. "La capacidad captadora de agua ?a través de los bosques? y el equilibrio climático están perdiéndose", dice. "El 40 por ciento del bosque ha desaparecido en dos décadas y eso ya afectó el equilibrio de los cinco embalses de la región, fundamentales para la agricultura, para el uso doméstico, ¡para subsistir!".

Preocupado por la pérdida de la capa forestal de la reserva ?ya sólo quedan fragmentos, y están a más de 2 mil 800 metros sobre el nivel del mar?, Solís explica que la sobrexplotación de la región boscosa apenas logra cubrir un tercio de la demanda de la industria forestal. "Hay un déficit enorme".

Comenta que de los 104 ejidos, comunidades y pequeñas propiedades que abarca el nuevo decreto, sólo 44 estarían dentro de la zona núcleo, y de ellas únicamente 18 tienen permisos de aprovechamiento comercial forestal. "Para el próximo año, esos ejidos, comunidades y tres pequeñas propiedades podrán extraer ?si no hay un nuevo decreto? 323 mil 324 metros cúbicos en total, volumen equivalente a la producción de uno o dos ejidos de la región de la Tarahumara".

Lo más preocupante ?resalta? es la tala clandestina, y ninguno de los 18 ejidos con permiso de aprovechamiento forestal se salva de ese pillaje. "En camiones, con burros, con lo que pueden, sacan la madera. Son bandas organizadas que están en estrecha relación con los comerciantes. Los focos más difíciles están en los ejidos en los límites de Michoacán y el estado de México: Crescencio Morales, El Capulín, Sierra Chincua, Sierra Campanario, Rosario, Asoleadero y El Paso".

Carlos Toledo Manzur, director de los Proders, confirma que sí hay oposición al proyecto de decreto, pero "afortunadamente para las causas de la conservación, es minoritaria. Está muy asociada a los intereses de los madereros ilegales".