DOMINGO 8 DE OCTUBRE DE 2000

 


Ť José Antonio Rojas Nieto Ť

El alto precio del gas natural

Hacía 15 años que la cotización del gas natural en el sur de Texas -famoso ya por ser el controvertido referente del precio interno- no superaba los cinco dólares del 2000 por millón de Btu (Brithis Thermal Unit's). Lo había hecho en algunos meses de 1981 a 1985 años en los que los precios del crudo oscilaron entre los 45 y 70 dólares (del 2000) por barril. Nunca más. Los casi 200 obreros accionistas de la Unión de Productores de Vidrio (Provisa) que tienen su pequeña industria en Coacalco, Estado de México, jamás imaginaron que por la determinación de vincular los precios internos del gas natural a los del sur de Texas, la realidad externa se impondría.

Así, hoy sufren los efectos de varios hechos que acontecen en Estados Unidos: presiones a la demanda por los altos precios del crudo; incremento de la generación eléctrica a gas por menores costos y ecología; alza estacional del consumo en el invierno; bajo nivel de los inventarios; accidentes en gasoductos. Estos hechos externos han llegado a ser elementos que amenazan un empuje industrial emprendido desde hace más de 15 años, luego de que después de un largo proceso de huelga las autoridades laborales les adjudicaran los activos de una pequeña fábrica en la que hoy, con muchos esfuerzos pero con una eficiencia creciente, producen 30 toneladas de vidrio plano al día para vivienda de interés social y autoconstrucción, compitiendo con los grandes del vidrio en México: la francesa St. Gaubain y la mexicana Vitro, que con uno y tres hornos respectivamente, producen 650 y mil 900 toneladas diarias. Y, sin embargo, estos grandes también se han visto severamente afectados por esa política, a pesar de que producen con los estándares internacionales que señalan un óptimo de consumo de 300 metros cúbicos de gas natural por tonelada. Y vaya que los de Provisa avanzan en su eficiencia; el mismo Conacyt se la reconoce y los apoya para que renueven su planta y arriben a este óptimo, al que esperan llegar en poco más de un año, siempre y cuando soporten la más terrible elevación de precios de un gas natural que hoy pagarán a cerca de dos pesos por metro cúbico -lo pagaban a 77 centavos hace apenas un año-, a pesar de que en el ambiente industrial se asegura que el costo de producción no es mayor a 21 centavos por metro cúbico.

Ciertamente era absurdo que el gas natural se vendiera indiscriminadamente a menos de 30 centavos actuales por metro cúbico en los años setenta y, todavía más, a menos de 20 centavos actuales por metro cúbico en pleno boom petrolero. Se alentaba el desperdicio, la ineficiencia, la corrupción y el robo abierto de una renta económica que pertenece a la nación. Pero más absurdo es que hoy se venda a dos pesos por metro cúbico (con impuesto), al vinculársele indiscriminadamente -por el esquema de costo de oportunidad- a una realidad ajena en la que no es necesariamente cierto que incidimos con la fuerza y el nivel supuestos.

Tampoco es cierto, como ha dicho el dirigente de la Coparmex -a quien se le debe recomendar un mayor estudio del asunto antes de hacer declaraciones tontas- que el precio es así de alto porque se importa el gas, porque Pemex es mala empresa, por... y que eso se reflejará en un aumento en las tarifas eléctricas de los usuarios residenciales. (Ya lo verán, dice amenazante en una entrevista radiofónica).

El absurdo de la política actual de precios sobresale cuando se confirma que el costo de producción es mucho menor y que el excedente se transforma en ingresos gubernamentales, por lo demás no presupuestados, pues con una cotización de entre 16 y 17 dólares para la mezcla mexicana de exportación (la de presupuesto) se vincula una cotización para el gas natural no mayor de 2.50 dólares por millón de Btu para el gas de referencia: El promedio anual alcanzará unos 3.80 dólares por millón de Btu, con niveles superiores a 5 dólares en los meses de invierno, como lo estamos viendo.

En este contexto la propuesta de coberturas es un paliativo. Resultando útil no resuelve el problema de fondo. ƑCuál es la política de precios a seguir para no ahogar artificialmente a los consumidores de gas natural en un país cuyo costo de producción es realmente bajo? ƑSe puede utilizar esta ventaja para alentar la industrialización, sin arribar a viejos esquemas de apoyo indiscriminado, de rentismo y, en última instancia, de robo a la Nación? ƑOrganizaciones sociales productivas como la Unión de Productores de Vidrio de Coacalco que, a decir de ellos mismos, mantienen más de 200 empleos directos y mil 500 indirectos, y que buscan mayor eficiencia no merecen una política más refinada? ƑEsta gran ventaja de costos menores de producción no podría ser inteligentemente utilizada para el aliento industrial en otras regiones y ramas del país, en pequeñas y medianas empresas intensivas en empleo? Lo fácil es no hacer nada o casi nada y decir: "Ni hablar... así es el mercado...". Lo difícil... lo difícil analizar bien lo que pasa, dar alternativa, cuidar y castigar excesos, alentar procesos virtuosos. La diferencia se caracteriza de manera simple: respuesta tecnocrática y administrativa o respuesta política de buen gobierno.