DOMINGO 8 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Néstor de Buen Ť
ƑQuién merece el regaño?
La comparecencia de Mariano Palacios Alcocer en la Cámara de Diputados fue, por lo visto, divertida. Los señores diputados de todos los partidos políticos quedaron sorprendidos ante la acusación de travestismo político que en forma indefinida -sin referirse en particular a algún priísta o algún perredista que haya cambiado de camiseta- lanzó sorpresivamente el secretario del Trabajo.
Pero eso fue para la anécdota. Lo que más me llama la atención es la acusación de la renuencia del Poder Legislativo a modificar las leyes laborales: es evidente que el secretario se refirió, sobre todo, a la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado que la Corte ha descuartizado, ha provocado que sean otros los conductos del cambio que, sin duda, se ha producido.
Habría que hacer algunas consideraciones adicionales. Por ejemplo, que el PRI, no recuerdo si en la época en que Mariano lo presidía, congeló en el Senado la iniciativa de Ley Federal del Trabajo que presentó el PAN en 1995 aprovechando su mayoría absoluta. En la Cámara de Diputados flotó, sin aterrizar, el anteproyecto del PRD, aunque por culpa del propio partido que, según ha dicho públicamente Rosa Albina Garavito, no quiso presentarlo formalmente.
Hay que recordar que en la Legislatura anterior entre el PAN y el PRD formaban mayoría y que dada la similitud de ambos proyectos de LFT habría sido muy fácil concertar uno solo e imputar a un PRI, arrinconado en el Senado, la culpa de la inmovilidad de la reforma.
Pero realmente, como dice el secretario del Trabajo, ha sido la Corte la que en forma valiente, a partir de 1996, ha establecido los nuevos criterios que rescatan la libertad sindical burocrática, la pluralidad sindical y la posibilidad de la reelección prohibida en el art. 75 de la LFTSE. Por el rumbo de la LFT no ha habido, en los últimos años, resoluciones de valor especial con sentido creativo, quiere decir, jurisprudencias contra el texto de la ley.
Mariano Palacios, que debe haber pasado un buen rato: tiene formación académica de primer nivel y es un orador muy fácil, hizo también referencia nada menos que a la requisa y a la necesidad de reformar disposiciones relacionadas con el derecho de huelga (una mención subliminal a la famosa inexistencia del minuto en la Volkswagen a la que no fue ajena en absoluto su secretaría), pero ahí me parece que le faltó, si es que realmente le faltó, quien le dijera que la requisa se puede quedar tan tranquila en el art. 112 de la Ley de Vías Generales de Comunicación, pero que no se vale aplicarla para controlar huelgas poniendo por debajo del mandato administrativo a una disposición de rango constitucional. Y en cuanto a las limitaciones a las huelgas, culpas son de la ley, pero sobre todo de las autoridades laborales, tanto administrativas como jurisdiccionales. Por ahí se mete la famosa y maquiavélica "razón de Estado".
Efectivamente es no sólo necesario sino indispensable reformar la LFT y hacer una nueva LFTSE. El problema es que tanto la iniciativa del PAN como el anteproyecto del PRD de LFT, acaban con el corporativismo, entregan a los trabajadores la libertad sindical y el derecho de huelga y mandan al demonio los contratos de protección, sin olvidar que archivan a las maléficas juntas de conciliación y arbitraje. Además, con muy buen juicio, el PRD propone la creación de un instituto de salarios mínimos y participación en las utilidades cuyos integrantes sean elegidos por la Cámara de Diputados y ya no dependan del señor Poder Ejecutivo. Y todo eso violenta los sagrados derechos de los cómplices laborales del Estado, hoy y ayer y antes de ayer reunidos bajo el palio del Congreso del Trabajo o del Bloque de Unidad Obrera. Desaparecerían sus privilegios y el formidable negocio económico que manejan con plena libertad fiscal, de aprobarse las reformas.
Tiene razón Mariano. El Poder Legislativo no ha cumplido su obligación de hacer las reformas pertinentes. Pero se le pasó decir a mi querido amigo que su partido, que ha presidido, ha tenido siempre las mayorías parlamentarias y que si no ha habido cambios ello se ha debido a que el PRI no ha presentado los proyectos que hubieran evitado todos los males que Mariano Palacios, con toda la razón, ha expuesto en su comparecencia. Y es que al PRI no le gusta perder su control corporativo.
Ahora no hay mayoría priísta pero tampoco del PAN. El PRD sólo juega al partido bisagra y el joven Fox se las verá medio verdes para lograr cambios legislativos. Con lo que la advertencia del antiguo rector de la Universidad de Querétaro, ex director de su Facultad de Derecho y miembro distinguido del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM no parece que pueda servir de mucho. Pero hay que felicitarlo por su gracia y salero.