DOMINGO 8 DE OCTUBRE DE 2000
Ť García Ramírez
El tricolor no atendió los factores que iban en su contra
A tres meses de la derrota en las elecciones presidenciales, el secretario general del PRI, Sergio García Ramírez, aceptó que su partido supo con anticipación de los factores que iban en su contra y no quiso escucharlos.
"Hubiera bastado con atender las voces del pueblo: sus demandas, sus inconformidades, sus anhelos. No lo hicimos a tiempo, negarlo sería ocultar el sol con un dedo. Esta es una pretensión imposible y destructora. Nos costó millones de votos ese día de julio, que no podemos y no queremos olvidar", advirtió el priísta.
García Ramírez aprovechó el cambio de delegado del PRI en Michoacán para advertir sobre posibles deserciones entre las filas después del primero de diciembre, ante las promesas del nuevo equipo gobernante, y por ello pidió preparar los caminos del fortalecimiento y la unidad.
"Primero hay que asegurar que el barco no naufrague", dijo al proponer que antes de pensar en la nueva directiva lo primero es resolver cuál será el compromiso social y moral, político e histórico del PRI, esclarecer su proyecto de nación y definir la forma de promoverlo y los medios para alcanzarlo.
Pidió a los priístas abrir las puertas del partido y reconocer los errores que los llevó a la derrota del 2 de julio: "Hubo conductas reprobables y reprobadas. Hubo demoras e insuficiencias en la adopción del rumbo democrático que muchos exigían. Hubo lejanía entre decisiones de gobierno y sentimientos de la nación. Hubo silencio o indiferencia frente a los sucesos que requerían elevar la voz y reorientar el comportamiento", dijo García Ramírez.