SABADO 7 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Un típico pueblo campesino es escenario de las pláticas de paz en Colombia
San Vicente del Caguán, un paraíso efímero
Ť Madres de soldados capturados por las FARC filmaron a sus hijos presos tras alambradas de púas
Stella Calloni, enviada, San Vicente del Caguán, 6 de octubre Ť Podría ser un poblado de Nicaragua, El Salvador o México, mezcla extraña de Caribe y selva. Pero es San Vicente del Caguán, cabecera municipal de la extensa zona de despeje, donde a pocos kilómetros, en Villa Nueva Colombia, municipio de los Pozos, están los comandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) que llevan adelante las complejas negociaciones de paz con el gobierno del presidente Andrés Pastrana.
En San Vicente del Caguán, cientos de personas caminan despreocupada y alegremente por las calles. Parece que los 15 mil habitantes se dieran cita a lo largo del día en las calles, en los parques y que aquí la guerra estuviera distante.
En el centro del poblado, en la Casa de la Cultura de las FARC y en otras oficinas, se registra el movimiento común de todo municipio. Sólo que allí, atendiendo a los periodistas, están los guerrilleros con su pesado armamento.
La noche del jueves, a nuestra llegada, había una competencia deportiva de niños de distintos lugares del país. "Es imposible lo que estoy viendo", señala un periodista europeo que estuvo a punto de traer chaleco antibalas y casco.
El humilde parque central, de frondosos y viejos árboles, se convierte en la noche en punto de reunión de cientos de personas que se reúnen para hablar o tomar un tinto (café cargado), mientras que desde los restaurantes populares la música ranchera mexicana lleva la delantera sobre los vallenatos y cumbias locales.
Están de moda las canciones tecnocarrileras (música campesina con tecnología digital). "No pierdo el tiempo quitándole a los pobres, le quito al rico porque eso no es pecado", se escucha a ritmo de corrido. La canción se llama El torcido.
"Sí, soy torcido y torcido de los bravos y si he de morir torcido, que así sea", cantan Jimmy Gutiérrez y los Caciques del Despecho. "Necesitamos que usted cuente esto que ve, porque esto es Colombia, ésta es la Colombia que queremos", dice sonriendo, con escasos dientes, don Fernando.
Los habitantes de este pueblo se ufanan de que no hay robos ni delincuencia, lo que en este país sudamericano es como "haber tocado el cielo", dicen algunos.
En el Parque Transportadores, desde el amanecer se instalan las casetas donde se venden jugos, buñuelos de maíz, jugo de naranja y frituras , y en el centro mismo están las cabras. Allí su dueño las ordeña y vende la leche aún tibia.
También hay quienes se toman un desayuno muy especial: leche de cabra, miel, cola granulada y ron. "Es para el cerebro", me dice un campesino, pero muchos creen que es un afrodisiaco.
La voz soñada
Pasa el pregonero del pueblo, al que llaman "la voz soñada", anunciando con su megáfono nacimientos, muertes, horarios de escuela. Hace 40 años que camina por todo el poblado con sus anuncios.
En algún momento advierte que transmitirá "publicidad pagada" y anuncia algún acto político de los candidatos que competirán en las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes.
El rumor continúa y nadie se sorprende cuando un camión conducido por varios guerrilleros, entre ellos una joven de 20 años, viene a buscarnos para llevarnos a Villa Nueva Colombia.
La carretera de tierra roja por donde se llega a Los Pozos ha sido abandonada por las autoridades municipales, a medida que las conversaciones de paz bajaron de tono. El camino es largo y a veces accidentado.
Ya en Villa Nueva de Colombia, junto al poblado de Los Pozos, de pocas y coloridas casas, en el mismo lugar donde transcurren las pláticas de paz, esperan a la prensa varios comandantes guerrilleros: Simón Trinidad, Iván Ríos, Felipe Rincón, Andrés París y la comandante Mariana Páez, entre otras mujeres, que ya conforman 40 por ciento de la guerrilla de las FARC.
Aquí también la música suena todo el tiempo: hay cantantes y compositores en la propia comandancia. Pero la fuerza guerrillera más grande de Colombia sostiene que este "paraíso", como le llaman algunos, puede ser tan efímero como el deseo de paz, "que siempre fue interrumpido en Colombia por la violencia".
Entonces volvemos al momento real que vive el país. Y entre las realidades están las dramáticas imágenes divulgadas hoy de prisioneros de la guerrilla, policías y soldados capturados por las FARC durante combates, en espera de poder canjearlos por prisioneros de la guerrilla.
Las madres de algunos de los soldados y policías lograron filmar las condiciones en que viven sus familiares, durante una visita, y las imágenes los muestran rodeados por alambradas de púas, en lo que recuerda a un campo de concentración.
El video, filmado en uno de los campamentos de la guerrilla en el sureste colombiano y difundido por la cadena Caracol, mostró a varios de los prisioneros que viven en casas de madera con techos de latón, demacrados y a algunos víctimas de enfermedades como el paludismo.
Mientras tanto, se informó que dos reporteros fueron secuestrados por el Ejército de Liberación Nacional en la autopista Bogotá-Medellín, justamente cuando el gobierno anunció un programa de protección para los trabajadores de prensa de Colombia, donde desde 1978 han sido asesinados 89 periodistas, en atentados atribuidos al narcotráfico y grupos armados.