Ť Pide a las autoridades incluir a los discapacitados en el programa CIMA
Debe apoyarse a los paralímpicos como a cualquier atleta: Mendoza
Ť No queremos que se nos vea como un deporte especial o de recreación, dice el medallista
Abril del Río y Bertha Teresa Ramírez Ť Saúl Mendoza, el hombre que hizo escuchar el Himno Nacional mexicano en el estadio olímpico de Sydney, y que hoy encabezará en Los Pinos el abanderamiento de los atletas que participarán en los Juegos Paralímpicos 2000, hizo un llamado para que las autoridades del ramo integren a los deportistas discapacitados en los programas de respaldo con que cuentan los atletas "normales".
A su llegada ayer al aeropuerto de esta ciudad, donde fue recibido por sus familiares, Saúl Mendoza lucía la medalla dorada, un poco más pequeña que la oficial, pero con el mismo orgullo de campeón, obtenida en los mil 500 metros planos sobre silla de ruedas, prueba de exhibición del deporte adaptado en el atletismo olímpico de Sydney 2000.
"El apoyo del deporte paralímpico, que ha mejorado bastante, debe ser igual al de cualquier atleta. Creo que nunca hemos pedido de más, pero tampoco nos gusta que se nos vea como un deporte especial o de recreación.
"La exhibición (en Sydney) fue un ejemplo claro de lo que es el deporte de alto nivel, que necesita una preparación, una dieta y un equipo especiales, como los normales; entonces yo no veo la razón por la que debamos ser tratados de diferente manera, si somos como cualquier otro deportista".
Así se expresó Mendoza, quien competirá en las pruebas de 800, mil 500 y 5 mil metros en los Juegos Paralímpicos, a celebrarse del 19 al 29 del presente mes en Australia.
El atleta, ganador de oro y bronce en Seúl 88, descalificado en Barcelona 92 ?por empujar?, después otra presea áurea en Atlanta 96 y favorito en los 800 y mil 500 rumbo a Sydney, se trasladó a Atlanta desde 1996, a sugerencia de un amigo estadunidense que le recomendó integrarse al circuito de carreras en sillas de ruedas en ese país.
Se prepara en el Centro Roosvelt, en Warm Springs, donde subsiste con las ganancias de las competencias y la beca de 600 dólares mensuales que le deposita la Comisión Nacional del Deporte (Conade).
No obstante, consideró que los deportistas que como él se mantienen con resultados firmes en el alto rendimiento, deben ser incluidos en el programa de respaldo económico Compromiso Integral de México con sus Atletas (CIMA).
Mendoza indicó que no enfrenta problemas para entrenar tiempo completo en un sitio óptimo, donde cuenta con fogueo, pero observó que no es el caso de sus compañeros, que se preparan en esta ciudad; sobre todo las personas con discapacidades que tienen inquietud de desarrollarse en el deporte más allá de la rehabilitación.
Hizo hincapié en "la ventaja que tenemos en México con el Centro Paralímpico, instalación de la cual carecen muchos otros países, pero el problema es hacia afuera, hacia la sensibilización a la sociedad, de compartir y facilitar las condiciones para una vida más digna de los discapacitados". Sonriente en todo momento, Mendoza, impedido de ambas piernas como secuela de poliomielitis, confió en que la delegación de mexicanos consiga en Sydney "al menos el mismo número de medallas (12) que en Atlanta 96".
Si bien admitió que en los mil 500 habrá menos rivales de peligro que en la exhibición, "tendré que demostrar mi calidad, y para eso estoy preparado", concluyó.
Más tarde, el medallista festejó con sus vecinos en la colonia Ramos Millán, quienes le organizaron una "taquiza" a la que acudió la delegada en Iztacalco, Elena Tapia.
Por más de tres horas, el deportista platicó con los vecinos y dió autógrafos a un sinnúmero de niños y adultos que se acercaron para contemplar de cerca la presea dorada que obtuvo durante una exhibición en Sydney.
Dijo que este viernes será abanderado por el presidente Zedillo y el fin de semana viajará de nuevo a Sydney para participar en los paralímpicos.