VIERNES 6 DE OCTUBRE DE 2000
Ť La Iglesia aún rechaza el aborto: De Gasperín
Los católicos deben obedecer la ley divina antes que la humana
José Antonio Román Ť Ningún católico está obligado a obedecer una ley humana contra la ley divina, aunque provenga de la mayoría, afirma el obispo Mario de Gasperín, vocal del Consejo de Presidencia del Episcopado Mexicano, al abordar el tema de las legislaciones de varias entidades del país en las que se han ampliado las causales de aborto.
En una carta pastoral titulada "Sobre el valor de la vida", reproducida en la primera plana del semanario Nuevo Criterio, de la arquidiócesis primada de México, el prelado asegura que la Iglesia no modificará su postura ante el aborto, aunque "le lluevan críticas y acusaciones".
De Gasperín califica de absurdo y falso el argumento de que la opinión de la mayoría es absoluta e inapelable, ya que con esas acciones se niega la soberanía de Dios sobre la vida humana, para entregársela al arbitrio de la mayoría popular o parlamentaria.
Explica que estaríamos "en un absolutismo y dogmatismo mucho más grave que el que se pretende criticar. El débil queda a merced del poderoso, sencillamente porque son más. La antidemocracia defendida en nombre de la democracia".
El prelado agrega: la "verdad hace libres; la mentira, intransigentes. Lo sabemos desde hace dos mil años, pero seguimos prohijando a la casta de los dictadores, individuos o partidos".
Señala que el tan cacareado retraso o intransigencia de la Iglesia no aparece por ningún lado; por el contrario, con su inquebrantable postura y firmeza doctrinal, la Iglesia "no hace más que proteger al ser humano y, de paso, a la vida democrática", y advierte que la pretendida moral por consenso es sólo un engaño más, camuflado de democracia.
"ƑDe dónde sacarían eso de que el laicismo es creador de democracia, cuando su implantación en el país ha generado un régimen antidemocrático e intransigente?", se pregunta De Gasperín, y responde que "si ahora renace la esperanza de cambio, no es en virtud del laicismo sino por la presión exterior (globalización) y por la creciente toma de conciencia cristiana; el ciudadano cayó en la cuenta de su dignidad y la hizo respetar".
Respecto del aborto por violación, De Gasperín destaca que esta "sentencia de muerte" condena a un inocente para encubrir la propia responsabilidad ante los agravios padecidos por la madre. "El único allí sin culpa es condenado a muerte. ƑDónde está la responsabilidad de los demás? Ciertamente la de la madre es la menor; por eso la Iglesia la acoge con misericordia y trata de curar su herida no enconándola con otro crimen".
Agrega: "ƑPor qué no va a invitar a la agraviada a perdonar y a perdonar al inocente, si el cristiano se nutre del perdón de Dios? Los incrédulos no lo entienden, pero no es su falta de entendimiento lo que va a normar la conducta del cristiano. ƑQué queda del cristianismo sin el perdón?"
Asimismo, el miembro del Consejo de Presidencia de la CEM señala, de acuerdo con su juicio, que la autoridad en México "ha abdicado" su misión de ser garante de la vida moral de la sociedad.
El obispo también responde a quienes argumentan que la despenalización del aborto no es una recomendación para cometer un asesinato. "Se equivocan, porque la renuncia a castigar, en la práctica, equivale a su autorización, máxime cuando la legislación sigue considerando el homicidio como punible".
Y precisa que el estado de derecho, pilar de la democracia, se sustenta en la igualdad de todos ante la ley. Está claro que la solución no está por aquí, sino por la educación y el cumplimiento cabal de la misión propia de la autoridad. Que la autoridad (cualquiera que ésta sea) dé la cara y no descargue el castigo sobre el más débil, afirma el obispo Mario de Gasperín.