Ť Apoya Bill Clinton el levantamiento popular en Serbia
Occidente exige al presidente yugoslavo que dimita
Ť Putin se pronuncia por un país balcánico unido Ť La OTAN, lista para "cualquier eventualidad"
Afp, Ap y Reuters, París, 5 de octubre Ť Las naciones occidentales multiplicaron este jueves los llamados a la renuncia del presidente yugoslavo, Slodoban Milosevic, aunque ninguna amenazó con intervenir utilizando la fuerza, luego que decenas de miles de simpatizantes de la oposición tomaron las calles de Belgrado y de varias localidades serbias para festejar la "victoria" de Vojislav Kostunica.
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, manifestó este jueves su apoyo al levantamiento popular contra el gobierno de Milosevic, al tiempo que el mandatario ruso, Vladimir Putin, se limitó a pronunciarse por una "Yugoslavia unida".
Poco antes de que se desatara la sublevación en la capital yugoslava, Putin dijo que la situación en el país balcánico "adquiere cada vez más el carácter de una confrontación y, si esta tendencia no termina, las consecuencias podría ser muy graves y no solamente para ese país".
Ante estudiantes de la Universidad de Princenton, Clinton adelantó que Washington levantará lo más rápidamente posible las sanciones contra Yugoslavia desde el momento en que la democracia haya sido restablecida en el país.
"Estados Unidos se encuentra del lado de los pueblos que luchan por su libertad. Creemos en la democracia y haremos todo lo que podamos por el pueblo serbio, como por todos los otros pueblos, para que puedan elegir a sus presidentes", había dicho el mandatario demócrata horas antes a la prensa en la Casa Blanca, aunque descartó que la situación justifique una intervención militar estadunidense.
También la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que realizó una campaña de bombardeo aéreo contra Yugoslavia de marzo a junio en 1999, dijo que no intervendrá militarmente, y agregó que busca establecer contacto con Rusia para encontrar una salida negociada.
Sin embargo, el general estadunidense Wesley Clark, quien dirigió las guerra contra Belgrado, lanzada con el argumento de proteger a la minoría albanesa de la provincia serbia de Kosovo, advirtió a última hora de hoy contra una actuación de las fuerzas especiales de la policía de Milosevic, al asegurar que "nuestras fuerzas de la OTAN en los Balcanes están listas para cualquier eventualidad".
La comunidad internacional intensificó sus presiones para que Milosevic renunciara tras los comicios del pasado 24 de septiembre, luego de que desconoció el triunfo opositor, en los que incluso las autori- dades electorales yugoslavas reconocieron la victoria de Vojislav Kostunica sobre el gobernante, aunque sin la mayoría necesaria para evitar una segunda vuelta.
La secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, afirmó este jueves que las imágenes de los manifestantes invadiendo el Parlamento Federal en Belgrado fueron las "más extraordinarias desde que cayó el muro" de Berlín en 1989.
Manifestó su deseo de que con los serbios suceda lo mismo que "con el resto de Europa central y oriental, que fue capaz de librarse del comunismo".
El portavoz de la Casa Blanca, Jake Seiwert, subrayó a su vez que Rusia puede desempeñar un papel importante en la crisis, convenciendo a Milosevic a abandonar el poder, aunque advirtió que Washington no aceptará "cualquier tipo" de mediación, o que el gobernante serbio obtenga garantías de que si abandona voluntariamente el poder quedará libre de las inculpaciones por crímenes de guerra.
Putin había reiterado este jueves su ofrecimiento para mediar entre Milosevic y Kostunica, y esta noche las autoridades rusas realizaban reuniones en la cancillería para analizar la situación.
Desde Bruselas, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Kofi Annan, dijo que el pueblo de Serbia "hizo una elección clara. Ellos exigen un gobierno democrático".
Por su parte, la Unión Europea denunció los intentos de Milosevic por aferrarse al poder y adelantó que los países que integran esa mancomunidad de naciones están dispuestos a levantar las sanciones económicas contra Belgrado cuando Kostunica asuma el poder y así lo pida.
El primer ministro británico, Tony Blair, pidió al mandatario yugoslavo que se vaya "antes de que haya más muertos y más destrucción", al tiempo que el presidente francés, Jacques Chirac, sostuvo que "los serbios confirman hoy su victoria del 24 de septiembre y Milosevic tiene que entenderlo. Si esto no sucede, haría correr el mayor peligro a su país".
El canciller federal alemán, Gerhard Schroeder, instó a las fuerzas de seguridad yugoslavas a no disparar contra "su propio pueblo", y advirtió que el uso de la fuerza de quienes están en el poder en Belgrado "desataría resistencia" por parte de la comunidad internacional.
Por último, el primer ministro canadiense, Jean Chrétien, apoyó a los "miles de yugoslavos" que ocuparon las calles de Belgrado y llamó a la "calma", mientras que el alto representante de la diplomacia europea, Javier Solana, afirmó que "la historia se está escribiendo en Belgrado esta noche".